Eran las 2:14 horas del martes pasado cuando cuatro individuos se detuvieron frente de un edificio ubicado en las calles José Enrique Rodó y Minas. El edificio, de construcción reciente, tiene una coqueta fachada que mezcla el ladrillo y la piedra, cuya entrada fue enrejada por los propios vecinos.
Los cuatro individuos estaban con la cara descubierta. Uno de ellos, flaco y con vestimenta negra, cruzó la calle y comenzó a trepar por un costado de ladrillos que tiene el edificio. A medida que subía, con un spray, dibujaba grafitis. Así llegó hasta el noveno piso. Mientras trepaba, uno de sus compañeros se acercó hasta la mitad de la calle y lo fotografió.
El grafitero estuvo un minuto y cuatro segundos exactos en la fachada del edificio, según una filmación a la que tuvo acceso El País.
Luego que descendió, se juntó y festejó con sus compañeros. Uno de ellos caminó hasta la mitad de la calle y sacó varias fotos de la “obra”. Después se unió al grupo.
Entre el sábado 30 y el martes pasado, al menos cuatro edificio fueron grafiteados en las zonas de Cordón y Centro. Dos de ellos se encuentran en las calles Mercedes y Vázquez; un tercero en la esquina de Tristán Narvaja y Mercedes y el cuarto es el de José Enrique Rodó y Minas ya mencionado.
Según supo El País, la Policía identificó a algunos grafiteros y no se descarta que entre ellos haya algún ciudadano brasileño.
Ello se desprende de publicaciones de Instagram donde un grafitero, oriundo de la zona de San Pablo, divulgó que habían llegado a Uruguay.
En las grandes urbes brasileña, hay una corriente entre los grafiteros que promociona aquellas pintadas realizadas a mayor altura. Por eso, en grandes edificios de San Pablo, por ejemplo, se observan grafitis en sus pisos más elevados. Cuanto mayor el riesgo, más grande es la fama del grafitero.
En la publicación hecha el pasado martes, el grafitero brasileño señaló: “Brasil se suma al bravo de Uruguay”. Así aludió a un colega uruguayo que firma sus diseños con el apodo de “Roka”. Sin embargo, ayer el brasileño borró su publicación en Instagram.
“Roka” era una de las personas que rubricaron grafitis en los cuatro edificios afectados. Otros firmantes fueron “Zero”, “Pestes” (es brasileño) y “Ripa”.
Al realizar uno de los grafitis, uno de los desconocidos dejó un gorro caído en el balcón del segundo piso del edificio situado en Tristán Narvaja y Mercedes.
El gorro, de color negro, tiene la inscripción de una empresa brasileña “Atlas Powertech” que se dedica a fabricar herramientas eléctricas. Posee distribuidoras en las ciudades de Esteio (Río Grande del Sur) y San Pablo.
Piso quinto
Casi en la esquina de Mercedes y Vázquez, fueron grafiteados cuatro de los cinco pisos de un edificio.
Según relató un vecino a El País, ello ocurrió en la madrugada del sábado 30 de marzo cuando la mayoría de los habitantes del edificio se encontraban de vacaciones. Aquellos que no salieron a pasear, dormían mientras los grafiteros pintaban las paredes exteriores que daban a los balcones de sus apartamentos.
Una testigo dijo a El País que observó que los grafiteros llegaron al edificio por las azoteas de casas vecinas vistiendo canguros y gorros para impedir que se les viera el rostro y las pinturas en aerosoles las transportaban en sus mochilas. Posteriormente, uno de ellos grafiteó un segundo edificio cercano.
En ambos edificios, las pintadas tenían formas redondeadas. “Esos diseños son sus firmas. Uno de ellos se llama Duda. Otro Blitz. Ellos han grafiteado la Jefatura de Montevideo y por todos lados en 18 de Julio”, dijo Sofía, una joven que conocía a uno de los dibujantes callejeros y que ayer sacaba fotos a los grafitis.
En el tercer piso del edificio de Mercedes y Vázquez otra vez se podía leer la rúbrica de “Roka”.
Según la joven, la cifra 24 tiene que ver con el año. “Se trata de un grupo de cuatro o cinco grafiteros. No es cierto que utilizaron la parada de ómnibus para subir como se dijo. Hicieron una escalera humana y se subieron al primer piso. Está mal lo que hacen porque invaden propiedad ajena. Pero para ellos es arte”, explicó la joven.
En los edificios de Mercedes y Vázquez, los grafitis fueron elaborados con los colores blanco, verde, amarillo, rojo y negro. Mientras que en el edificio de Tristán Narvaja hicieron inscripciones con tinta negra y en el de José Enrique Rodó y Minas utilizaron tinta blanca.
Conmoción
Los grafitis en los cuatro edificios son investigados por la fiscal de Flagrancia, Silvia Naupp, quien ayer estaba de turno aunque había dado directivas a los investigadores de Zona 1 (Centro y Cordón), cuyo titular es el comisario Federico Larrosa.
En la tarde de la ayer, uno de los vecinos domiciliados en el edificio de Mercedes y Vázquez fue informado por efectivos policiales que habían identificado a algunos grafiteros. “Ese tipo de pintadas es peligrosa. Deja inseguro a las personas que duermen en el edificio. Subieron hasta el sexto piso. Los vecinos piden (al administrador) que ponga cámaras en el lugar. En el edificio casi no había gente por las vacaciones”, relató un comerciante de la zona a El País.
La cantante de tangos y profesora de música, Camila D’Angelo, dormía en su apartamento en el edificio ubicado en Tristán Narvaja y Mercedes. A eso de las cuatro de la madrugada del martes pasado, D’Angelo apreció que sus cinco gatos corrían nerviosos.
“Fue lo único que me llamó la atención. Yo vivo sola. Fui a trabajar y mi padre me dijo por teléfono que habían hecho un grafiti a nuestro edificio”, relató.
D’Angelo regresó a su casa rápidamente. Temía que ladrones se hubieran llevado todos los instrumentos de su escuela de música. Ya en su hogar, se tranquilizó. En el balcón, D’Angelo encontró un gorro utilizado por uno de los grafiteros que entregó en el lugar cuando llegó Policía Científica y los investigadores de Zona 1.
Paula López, vecina de Rodó y Minas, manifestó su molestia con esta situación. “Es una invasión a la propiedad privada”, dijo a El País. También indicó que dejaron un tarro de pintura que fue llevado por Policía Científica para analizar huellas dactilares.
Deben limpiar los grafitis que hicieron”
Un edificio del Centro de Montevideo, ubicado en el cruce de Vázquez y Mercedes, fue grafiteado en cinco de sus seis pisos durante la madrugada del sábado 30 de marzo, en Semana de Turismo.
Los vecinos realizaron la denuncia en la Seccional 3ª de Policía de Montevideo y sospechan que los autores de las pintadas escalaron al primer piso a través de la parada de ómnibus, y luego siguieron escalando.
Mario Turcio, administrador del edificio, dijo que “hay que respetar a los artistas y su arte, pero lo que está pasando es que se pasa la línea de la legalidad y abuso. Invadieron la propiedad privada”.
“Imagino que subieron por la parada del ómnibus al primer piso y así sucesivamente. Es un edificio de 12 apartamentos, de gente mayor edad, de trabajo, que hace muchos años mantiene su propiedad”, agregó.
Turcio expresó que los vecinos “están con un gran problema de seguridad y económico”. “La limpieza de cada uno de los apartamentos grafiteados podría rondar los $ 45.000 y $ 50.000”, acotó.
El administrador del edificio aseveró que “el problema lo tiene el propietario de su inmueble que está invadido por gente que no respetó la propiedad privada”. “Hay un piso que no se grafiteó porque estaba prendida la televisión, entonces pensaron que había gente despierta”, dijo.
Turcio señaló que se comunicó con la alcaldesa del Municipio B, Silvana Pissano, y plantearon la posibilidad de “correr la parada de ómnibus” de lugar. “Debemos buscar la solución de vivir en paz y tranquilos”, afirmó. Además indicó que, por lo que le expresaron las autoridades, este arte callejero es “una modalidad nueva que viene de Brasil, más concretamente de San Pablo”.
Una de las vecinas del edificio de José Enrique Rodó y Minas, Paula López, pidió a la Fiscalía que obligue a los grafiteros a limpiar la fachada dibujada. “Que se hagan responsables. Así como pudieron escalar y trepar para grafitear, que suban y limpien”, reclamó la vecina.