Willian Rosa, presidente de la Asociación de Fiscales, se sienta a la mesa en la que tantas veces lo hizo Gustavo Zubía. Lo hizo en la sala cuyo cartel colgó Carlos Negro y donde, como jerarca, llegó a visitar Jorge Díaz. Hoy, todos son políticos. Pero eso no representa a la mayoría de los fiscales, insiste Rosa, que busca que en esa misma sede surjan propuestas que realmente fortalezcan a la Fiscalía y ayuden a los fiscales. Para eso, esperan que el próximo presupuesto quinquenal haya un aumento que permita eliminar las fiscalías de turno único —que considera “prácticamente esclavizantes”— y haya mayores recursos para investigar casos de lavado de activos y ciberdelincuencia, donde falta mejorar el análisis de la “evidencia digital”.

Otro de los debates que se vendrá este año será sobre el Ministerio de Justicia. Aunque no tienen posición porque no saben “qué es lo que va a concentrar”, entienden que esa discusión debe darse con un fiscal de Corte ya designado para evitar injerencias indeseables del Poder Ejecutivo en la Fiscalía.

—Hace dos años y medio que la Fiscalía está al mando de fiscales de Corte subrogantes. ¿Qué pudieron hacer ellos al frente de la institución?

—Apagar incendios. No pueden hacer otras cosas que no sea ir a suplicar, por favor, que les apuren los trámites de la venia. Hablar con el ministro de Educación y Cultura o con el director general para ver si no podría hacernos el favor, humildemente, de darles trámite. Ahí te miran, me imagino que miran, (y dicen): "¡Ah, pero bien que nos llevaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por tal cosa!". Uno no va a dejar de hacer lo que tiene que hacer, pero lo cierto es que después se demora una venia. Otra cosa que hacen es tapar huecos. Ver quién va a los puestos vacantes. Llegan 100 mil reclamos, llamadas... Muchas de esas son atendibles.

—¿Qué gestión fue mejor? ¿La de Juan Gómez o la de Mónica Ferrero? 

—Imposible de evaluar. Fueron iguales. Aparte no debemos olvidar que están ahí tapando un agujero.

—¿El fiscal de Corte tiene que ser un fiscal de carrera? 

—Sí. No tendría por qué demorar porque las trayectorias de los fiscales las conocen de sobra.

—Puede no convencerles ninguno.

—Si el presidente tiene la capacidad de ver a un fiscal como ministro del Interior, ¿cómo no van a tener la capacidad de ver a un fiscal como fiscal general?

—¿Cómo se enteró de que su excolega Carlos Negro iba a ser ministro del Interior?

—Mi suegra me dijo: 'Che, tu compañero Carlos Negro va a ser ministro del Interior'. Yo le dije que no era verdad y me dijo que lo había visto en el informativo. Encontré la noticia y como tengo un grupo de WhatsApp con él y con otras personas, le escribí: "Che, Carlos, vas a tener que salir a desmentir esto". Y nunca apareció el desmentido.

—¿Le contestó el mensaje?

—"Jaja", me puso. Ahí me enteré. Él no me lo confirmó, no dijo nada.

—El politólogo Daniel Chasquetti dijo días atrás que la salida de Negro de la Fiscalía le hacía "mucho daño". ¿Coincide?

—Discutimos el tema en el gremio. Nosotros seguimos sosteniendo el discurso de que la Fiscalía tiene que estar alejada de las lógicas político partidarias, pero para el que dice "ustedes son una cueva de esto, o una cueva del otro", como que ahora puede cruzarse de brazos y decir: "La verdad es hija del tiempo"... Entonces, claro, lo empírico como te desbarata un poco la argumentación.

Lo que nosotros resolvimos decir es que hoy un fiscal cuando se va de la Fiscalía es libre. Cuando pasó en otros casos, no dijimos nada más allá de lo que dice la norma. Por una cuestión de coherencia, sostenemos lo mismo.

Nosotros lo único que podemos hacer es seguir pidiendo que no se mezcle a la Fiscalía con la política partidaria. ¿Eso quiere decir que los fiscales no tienen una orientación política? Seríamos tontos si pensáramos eso, pero jamás se puede decir que la fiscalía está politizada.

—Eso lo han dicho políticos, pero también excolegas devenidos en políticos ¿Qué le pasa cuando lo escucha de ellos?

—Me parece una inmundicia, es deshonesto. Es mentira respecto de ellos mismos, que también estuvieron ahí. La única forma de sostener eso es presentando evidencia.

—¿No les genera nada como colectivo de fiscales la designación?

—Incomodidad puede ser lo que nos genera. Es incómodo. Te queda menos lineal la explicación. Lo que estamos defendiendo es que mientras somos fiscales nadie nos puede venir a decir (qué hacer en un caso concreto). Yo con lo otro no puedo hacer nada. No porque yo valore la designación de cargos ni porque creo que confirme que la Fiscalía está politizada. Una golondrina, ni dos ni cinco hacen verano. Incomodidad es lo que yo percibí en un sondeo nuestro. ¿Cómo lo ven los fiscales? Debería hacer una asamblea para averiguar. Hay gente que cree que no es algo bueno, gente a la que le es indiferente y gente que le parece bien. Pero no sé en qué porcentaje.

Ignacio Sánchez

—¿Cómo es tener a su exjefe, Jorge Díaz, en la Prosecretaría de Presidencia?

—Espiritualmente para mí es insondable. Para cierta parte de los fiscales debe ser un horror y para otros debe ser algo positivo por su conocimiento de la institución.

—Si usted cruza la puerta de la Fiscalía y pregunta a los fiscales qué sienten respecto de la figura de Díaz ¿qué van a responder?

—Si gritas "aguante Jorge", nadie te va a aplaudir. Es natural, porque alguien que es jerarca difícilmente coseche muchas simpatías. Él es una figura controversial que genera sus resistencias. En una punta debe de haber 15 personas, que no sé si llegan a 15, que tienen una visión muy favorable de su gestión y en la otra punta otras 15 que lo aborrecen. En el medio hay diferentes intensidades de quienes lo resisten como jerarca.

—Han habido problemas de inseguridad graves contra fiscales. ¿Cómo lo han visto?

—Al ser la cara visible del Código, el delincuente te identifica como el enemigo. Hay cosas de todas los días y otras escaladas mayores. El caso más icónico de lo regalados que estamos, porque estamos regalados, fue que una persona investigada por un hurto fue a la Fiscalía de Bella Unión y tiró una bomba molotov provocando un incendio. Si no fuera porque un vecino tenía cámaras, eso nunca se hubiera esclarecido. Esa sede no tenía cámaras de seguridad propias en ese lugar.

—Hay pocos fiscales que son conocidos mediáticamente y muchos de los atacados no lo son, como es el caso de una fiscal adscripta de Homicidios a la que ingresaron a su casa.

—En el interior del país ha pasado que el fiscal sale de una audiencia tarde, va a su auto y encuentra la rueda pinchada. "Cuidate", les han dicho personas en la puerta del juzgado, incluso a fiscales de Homicidios. No a los titulares, claro. Mediáticamente son ellos los conocidos, pero para los imputados el fiscal es el adscripto, porque es quien se encarga de su caso. Los titulares de esas fiscalías complicadas tienen custodia, pero los adscriptos tienen las mismas vicisitudes y han sufrido episodios delicados.

—¿Qué se va a hacer para mejorarlo?

—Va a haber un protocolo que está para aprobarse. Si se da una situación, va a haber un comité que evalúe el riesgo y disponga medidas en base a escalas de riesgo.

—¿Han incrementado las denuncias administrativas contra fiscales?

—Entiendo que sí, en el sentido de que es una herramienta que usan los abogados. En ocasiones se da esto de “si el fiscal no me lleva el apunte, lo denuncio al fiscal”. Eso genera un desgaste para el fiscal. Hay que tener cuidado de hasta dónde es un elemento legítimo. Obviamente, hay un aspecto de denunciar a quien está afectando su garantía como persona. Ahora, hay veces que es evidentemente para enmendarte la plana.