En un caso que ha tenido diversos idas y vueltas, y que se estima continuará sin una resolución por los próximos meses, la jueza Carolina Olivera decretó la prisión domiciliaria nocturna y el rastreo con tobillera electrónica para una presunta médium acusada de estafar a una mujer brasileña de Artigas y quedarse con una herencia de US$ 20 millones.

La audiencia realizada en la mañana del lunes, a pedido del fiscal Federico Rodríguez, corroboró que la presunta médium -ya formalizada por delitos de abigeato, apropiación indebida y falsificación ideológica por un particular- no cumplió con ninguna de las medidas cautelares que se le habían impuesto.

Esas medidas fueron decretadas en una audiencia el 7 de noviembre cuando la jueza Olivera estableció la prohibición de comunicación con la víctima y su entorno, así como la fijación de domicilio y la prohibición de salir del país.

Fuentes del caso dijeron a El País, que la primera de las medidas fue incumplida el mismo día de la audiencia, ya que la acusada habría enviado a su concubino y “guardaespaldas” a “intimar a los administradores de la herencia”.

Con respecto a la fijación de domicilio, se constató que la mujer no residía donde había declarado a la Justicia. La médium había fijado domicilio en la casa de su hermano -quien luego confirmó que ella no vivió allí- ubicada en Artigas, pero se la encontró en su casa ubicada en Quaraí, Brasil, incumpliendo la última de las medidas cautelares al salir de Uruguay. Además, sobre finales de 2023 se mostró en sus redes sociales pasando las fiestas en Punta del Este.

Luego de decretarse la prisión domiciliaria en horario nocturno -a lo que Fiscalía y la defensa de la víctima apelaron solicitando la prisión domiciliaria total-, la presunta médium fijó su domicilio en la casa de su hijo, ubicada en el barrio Carrasco Norte de Montevideo.

Su hijo también es investigado por presunto lavado de activos por un vale que se le hizo firmar a la víctima por US$ 3 millones. Al hombre se lo acusó de “sustentar un supuesto proyecto cannábico con una inversión de origen ilícito y fraudulento”, aunque la jueza entendió que al momento de la audiencia en noviembre no existían elementos para su formalización.

Actualmente se espera por el juicio oral que, según las fuentes del caso, se estima se hará sobre la mitad de este año.

Durante la audiencia del pasado lunes, desde Fiscalía se adelantó que la denuncia será ampliada también por el delito de lavado de activos y no descartaron más acusaciones. Fernando Araújo, abogado de Marina Brasil, la víctima, destacó a El País la labor del fiscal.

Por parte de la defensa de la imputada, aclararon a El País que se optó por apelar la sentencia de sustitución de medidas cautelares porque consideran que “se funda en premisas empiricamente falsas y normativamente inválidas” y esperan que esta medida sea revertida. “El supuesto de que mi clienta estuvo en Quaraí quedará prontamente refutado”, dijo el abogado Rodrigo Rey que es acompañado por Juan Dutra en la defensa. También negó que se hayan incumplido otras medidas. “No se pudo aportar ninguna evidencia que sustente el incumplimiento de la prohibición de acercamiento”, agregó.

La defensa considera que la solicitud Fiscal se construye “a partir de dificultades de comunicación telefónica” con su clienta y que “en ningún momento representaron un riesgo procesal ni pusieron en riesgo la gestión cautelar de las medidas impuestas”. Por último, señalaron que estudiarán tomar acciones legales de responsabilidad por considerar que “se han formulado afirmaciones que rebasan el debate argumentativo e ingresan el ámbito de la calumnia”.

Además del proceso que enfrenta en Uruguay, la presunta médium tiene fijada para el 5 de mayo una audiencia en Brasil junto con su concubino, por otro delito de estafa.

La primera denuncia por el caso fue llevada adelante por Marina Brasil en 2020, debido a que la presunta médium “se había aprovechado de una situación de debilidad”, diciéndole conectar con su esposo muerto para quedarse con una herencia que ronda los US$ 20 millones.

“Creí que estaba firmando papeles normales de inventario”, dijo asegurando que nunca recibió una copia. Hasta el momento no ha recuperado nada, aunque actualmente se están encargando de la herencia administradores judiciales.