FLORIDA

Anoche el hombre que secuestró a su expareja en Florida fue condenado a seis años y medio de prisión efectiva tras un proceso abreviado alcanzado por la fiscal Lucía Nogueira. Se le condenó por los delitos de privación de libertad y violencia doméstica.

El secuestro conmovió a todo el país. A la hora 5:45 de ayer sonó el teléfono personal del jefe de Policía de Florida, Ruben Saavedra. Era el ministro del Interior, Jorge Larrañaga. “Felicitaciones, jefe. Traslade mis felicitaciones a todos los policías”, dijo el secretario de Estado.

El sábado Larrañaga madrugó. Se había acostado preocupado por el secuestro de una mujer, de 43 años de edad, trabajadora de un tambo. Su expareja la había sacado a la fuerza en la madrugada del viernes de un tambo cercano a La Macana, una localidad situada a unos diez kilómetros de la ciudad de Florida.

El ministro había mandado un helicóptero y se disponía a desplegar a la Guardia Republicana, un francotirador y su plantel de perros en la zona del secuestro. La jefatura local había realizado un rastrillaje con personal pie a tierra y a caballo.

La conversación entre el ministro del Interior y el jefe de Florida se produjo cuando la mujer fue trasladada a un centro asistencial y el hombre ya había sido detenido. El jefe Saavedra narró ayer que tras varias horas de trabajos infructuosos se logró montar un operativo que fue exitoso.

En determinado momento llegó el dato que el hombre tenía una casa en la localidad de La Macana, distante unos cinco kilómetros del establecimiento rural donde comenzó el incidente.

Hacia el lugar se dirigió un equipo policial pero no se ubicó al hombre. Los uniformados resolvieron retirarse, pero dejaron cerca de la vivienda un vehículo policial sin identificación. Un vecino observó desde lejos que el hombre venía caminando.

De inmediato, avisó a los policías que permanecían de guardia. Los efectivos procedieron a detener al hombre, quien se entregó sin ofrecer resistencia aunque llevaba un cuchillo entre sus ropas. Allí mismo dijo que la mujer estaba escondida en una casa cercana.

La víctima del secuestro fue localizada a los pocos minutos. Se la trasladó al hospital público y allí se confirmó que tenía heridas por golpes en todo su cuerpo. Además, se pudo constatar que el hombre había atado de pies y manos a la mujer.

El hombre, muy conocedor de la zona, resolvió mantenerse en un monte del lugar a la espera de que se liberara la presencia de policías de la zona.

Todo comenzó sobre las 4 de la mañana del viernes al recibir un llamado al 911 para alertar sobre un incidente en un tambo. La mujer trabaja en el lugar y su expareja también estaba viviendo allí, donde realizaba “changas”.

Cuando ella terminó de trabajar volvió a la casa que compartían. Los compañeros de trabajo empezaron a sentir ruidos, golpes y gritos, y luego vieron cómo el hombre la forzó a subir a su camioneta, que más tarde fue encontrada por la policía a unos 200 o 300 metros de la vivienda.

La Policía había encontrado signos de violencia y sangre tanto en la casa como en la camioneta. Saavedra se trasladó al lugar de los hechos. Rápidamente concluyó que la mujer había salido viva del tambo. “Yo creía y deseaba que la mujer estuviera viva”, confesó el jefe a la Nueva Radio Florida.

De inmediato dispuso que efectivos de las seccionales séptima y octava, y de la Dirección de Violencia Doméstica de Florida se ocuparan de buscar pistas que llevaran hasta la mujer. Es decir, se utilizó todo lo disponible.

Llegó el helicóptero apenas una hora después de que fue solicitado. Hizo vuelos rasantes por espacio de tres kilómetros a la redonda. Al mismo tiempo se desplegaban los efectivos pie a tierra. Además, se realizaban pericias en las señales de los teléfonos del secuestrador y su víctima.