Es una situación que lamentablemente se repite en el tiempo y en varios puntos del país. Adultos perciben la vulnerabilidad de chicas alojadas en hogares del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), las reclutan y luego las explotan sexualmente. En esta ocasión ocurrió en San José.
Un hombre, que hoy se encuentra en prisión preventiva, conoció a una chica de 17 años que estaba alojada en el hogar maragato del INAU. Tras seducirla, la “invitó” a vivir en su casa. Allí también residían dos adultos y una mujer, que era la pareja de uno de ellos, con un hijo menor de edad.
Según dijeron fuentes del caso, la adolescente alentó a una menor de 15 años, que vivía en el hogar del INAU, a radicarse en la casa de los adultos. Esta joven accedió y luego también fue explotada sexualmente.
A partir de ahí surgieron versiones contradictorias entre las víctimas: una dijo que la otra se fue a vivir a la casa en forma voluntaria, mientras que la víctima de menor edad señaló que fue retenida por la fuerza por los hombres.
Por esa causa, los individuos fueron imputados por un delito de violencia privada.
“Las menores fueron retenidas en la casa lejos de la órbita del INAU. Por eso fueron imputados”, explicó la jueza letrada de 5° Turno de San José, María José Camacho.
Pablo Abdala: “Hay una cifra negra de abusos”
El presidente del INAU, Pablo Abdala, dijo que “sin dudas” las situaciones de violencia de niños y niñas es algo que preocupa, sobre todo porque las cifras crecen. Afirmó que incluso los casos que llegan al sistema son “una parte de la realidad” dado que existe una “cifra negra” sin registrar. “La mayoría de los casos ocurren en el ámbito familiar y privado, y los niños son las víctimas más inocentes, incluso llegan a naturalizar la violencia”, sostuvo Abdala. El INAU creará un hogar de breve estadía para adolescentes que fueron víctimas de abuso o explotación sexual. “Es una carencia que tiene el sistema”, advirtió.
El caso
A mediados de este año, el fiscal de 1er Turno de San José, Alfredo Ruiz, solicitó a la jueza Camacho, la formalización de la investigación para las cuatro personas que vivían en la casa. En esa ocasión, el fiscal consideró que Johan R. había incurrido en los delitos de abuso sexual con reiteración real, privación de libertad y lesiones personales.
A su vez, el fiscal Ruiz pidió la imputación de María Victoria R. por complicidad de un delito de explotación sexual. Y para Jonatan B., el fiscal le tipificó los delitos de contribución a la explotación sexual de personas menores de edad o incapaces, privación de libertad y encubrimiento. Para Richard S., acusado de haber cooptado a las dos chicas, el fiscal solicitó la formalización de la investigación por reiterados delitos de contribución a la explotación sexual de menores de edad para realizar actos sexuales o eróticos con reiterados delitos de abuso sexual agravados.
La Fiscalía consideró que todos los imputados debían cumplir una prisión preventiva dada la gravedad de los delitos cometidos contra las dos menores en situación de alta vulnerabilidad.
Según dijeron a El País fuentes judiciales, Johan R., María Victoria R. y Jonatan B. acordaron un proceso abreviado con la Fiscalía y, por ello, se les cambió la carátula de sus expedientes. Es decir, la tipificación de sus conductas pasaron a ser sustracción o retención de una menor de edad del poder de sus padres, tutores o curadores con un delito de violencia privada.
Johan R. y María Victoria -tiene un hijo a su cargo- enfrentan una prisión domiciliaria total, la cual es controlada por la Oficina de Seguimiento de Libertad Asistida (OSLA). Mientras que Jonatan B. fue encarcelado en el penal de Santiago Vázquez.
El único imputado que no acordó con el fiscal es Richard S. Y es el más comprometido de todos. Sobre él pesan acusaciones graves por explotación y abuso sexual de ambas menores. Richard S. enfrentará un juicio penal. La fiscalía todavía no presentó la acusación a la jueza Camacho.
Con excepción de Johan R., todos los demás imputados tienen antecedentes penales, según señalaron las fuentes.
Seguimiento
El presidente del INAU, Pablo Abdala, dijo a El País que las autoridades del hogar de San José estuvieron atentas a lo que ocurría con las dos menores, hicieron un seguimiento y finalmente presentaron una denuncia penal.
Abdala destacó el trabajo coordinado de la Justicia, la Fiscalía e INAU para lograr rescatar a las dos chicas explotadas sexualmente.
“Se trata de un caso problemático. Se dan situaciones similares en otras partes del país. El trabajo interinstitucional permite desbaratar estos hechos, identificar a los culpables y brindar protección a las víctimas”, afirmó el jerarca.
Abdala explicó que las dos adolescentes ya no se encuentran en el hogar de San José y agregó que ambas chicas participan en un proceso de reparación del daño que “se cumple en forma satisfactoria”.
La Fiscalía investiga un caso de esclavitud sexual en Las Piedras
El 5 de mayo de 2021, la Policía detuvo a un hombre de 27 años que fue denunciado por tener una relación amorosa con una adolescente de entonces 15 años, con la que tuvo un hijo que ahora tiene dos años.
El hombre vivía junto con la adolescente, las dos hermanas de ella -también menores de edad- y la madre de ellas, quien estaba separada del padre de las chicas. Justamente el padre de las menores, de 38 años, fue quien se dirigió a la seccional de Las Piedras para denunciar al hombre y a su expareja. Le narró a la Policía que sus hijas le confesaron que su madre había forzado a la joven de 15 años a entablar una relación con el hombre detenido y que él, además de abusar sexualmente de ella, también “manoseaba” a las otras dos menores. El 26 de julio de 2021, la Justicia formalizó a la pareja de la víctima por abuso sexual con un delito de unión concubinaria servil (esclavitud sexual) y dos delitos de desacato. El 7 de noviembre de este año se tomó declaración a la joven. El juicio aún continúa.