"Ricardito" Cáceres reclamó por sus condiciones carcelarias en módulo de máxima seguridad y pidió estudiar

El comisionado parlamentario para las cárceles, Juan Miguel Petit, adelantó que ya tenían previsto "auditar" el módulo; el exlíder narco afirmó que "vive entre ratas"

Compartir esta noticia
Militares en el Comcar
Militares en el Comcar
Foto: Archivo El País.

Ricardo “Ricardito” Cáceres, un exlíder de la banda narco más poderosa del Cerro, presentó un habeas corpus correctivo para mejorar su situación carcelaria. El recluso denunció que en la celda de máxima seguridad donde cumple condena, “vive entre las ratas” y no tiene derecho a salir al patio, pero por sobre todas las cosas reclamó que se le conceda la posibilidad de estudiar. En el marco de esa audiencia por el habeas corpus presentado, el comisionado parlamentario penitenciario Juan Miguel Petit, anunció que tenían previsto “auditar” la Unidad 25, que es donde está preso Ricardito.

Durante su exposición, Petit señaló que la Unidad 25 es de los centros de mejor estado del sistema carcelario, aunque no quiere decir que no tenga sus problemas. Por ejemplo, detalló, todavía no todos acceden a salud mental y a la educación. Sí cuenta con acceso a luz solar, colchones, agua corriente caliente y no tiene hacinamiento.

El módulo en cuestión está reservado para presos especialmente peligrosos, cuenta con inhibidores de señal, y celdas individuales. Al momento, hay cerca de 30 presos en estas condiciones.

La denuncia de los abogados de Ricardito, Karen Pintos y Diego Cabrera, indicó que las condiciones de vida de su cliente no pueden compararse “ni siquiera con las de un animal”. Los abogados aseguraron que se le prohíbe salir al patio y que en el único momento que está al aire libre es cuando va a trabajar a una quinta, en la que tiene contacto con un ciudadano montenegrino que no habla español.

“Vive entre las ratas y el agua de las cloacas”, repitieron. Al cerrar su argumento resaltaron que “dentro de tres o cuatro años, va a salir de vuelta al mundo y tiene que tener un proyecto de vida” y afirmaron que cumple una “doble condena” que es “la pena y el trato del INR”, refiriéndose al Instituto Nacional de Rehabilitación.

Cáceres fue condenado en 2021 a nueve años de prisión por ser el autor de un delito de organización de actividades de narcotráfico, reiterados delitos de extorsión, violencia privada y coautor de un delito de lesiones personales agravadas.

La abogada del Ministerio del Interior, Gabriela González, sostuvo que a su juicio Cáceres no sufre “tratos crueles, inhumanos y degradantes”, que es la condición para que tenga andamiaje un recurso de habeas corpus. Afirmó que tiene la posibilidad de salir al patio y que cuando no lo hizo fue porque no quiso.

“Tiene tareas laborales asignadas, salidas al patio y llamadas” telefónicas, aseguró. Además, sostuvo que el ciudadano montenegrino con el que cumple tareas en la quinta sí habla algo de español.

Respecto de la solicitud de estudio, que es la parte más importante de la demanda, refirió que no hay profesores de secundaria que den clases allí, pero que lo que podían ofrecerle es brindarle el material y que estudie para dar las materias libres.

La jueza Diovanet Olivera, que es quien debe decidir qué hacer con la denuncia de Cáceres, le pidió al director de la unidad, Fabricio Díaz, que vuelva a comunicarse con la Dirección Nacional de Secundaria para ver qué posibilidades de que acceda a estudiar. Puntualmente, si al menos puede beneficiarse de algunas clases de apoyo mientras estudia solo.

A su vez, la jueza Olivera concurrirá a la unidad la semana que viene para documentar, junto a Policía Científica, el estado del módulo.

El comisionado Petit reconoció en audiencia que había estado este jueves en ese módulo y que otros dos reclusos le habían mencionado que había ratas y otras condiciones de poca higiene.

En ese sentido, adelantó que ya tenían previsto realizar una auditoría del funcionamiento de la Unidad 25 para conocer su estado en profundidad.

En la audiencia declaró el director de la Unidad, Fabio Díaz, quien recordó que cuando Ricardito ingresó a ese módulo era un privado de libertad “violento y hostil” y ahora está en “un proceso de evolución”.

Antes, también había dado su parecer la fiscal de Flagrancia Bettina Ramos, quien recordó que en sus tiempos como fiscal de Libertad, también estaba bajo su égida los delitos que se cometían dentro de la cárcel de Punta de Rieles. Cuando Ricardito estaba allí, él era una “bomba de tiempo” –en palabras de la fiscal– por la cantidad de delitos que se llevaban adelante, por ejemplo extorsiones, y por eso habían pedido se lo trasladara a esta cárcel.

Cáceres, cuando declaró, dijo que era cierto que él era una “bomba de tiempo” pero que esto fue hace más de tres años y que desde que está en este nuevo módulo no ha tenido sanciones, lo que fue ratificado por las autoridades del Ministerio del Interior.

“Ya no soy el peligroso que era antes”, aseguró.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar