Roban oro en estancia uruguaya de multimillonario alemán

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Lingotes de oro. Foto: AFP

DE PELÍCULA

La víctima del hurto fue el barón August von Finck junior; su fortuna es de US$ 8.700 millones.

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En la madrugada del 6 de junio de este año, tres integrantes de una banda de ladrones profesionales ingresaron a una estancia ubicada en el litoral del país. Figura como titular de ese establecimiento el banquero alemán August Heindrich von Finck von Rücker. Así consta en el pedido de procesamiento de 11 integrantes de la gavilla presentado el 16 de setiembre pasado a la Justicia por la fiscal de Carmelo, Eugenia Rodríguez.

August Von Finck senior falleció en 1980 tras levantar un imperio bancario en Alemania. El actual dueño de la estancia es el hijo del titular, August von Finck junior, calificado por la Revista Forbes como uno los empresarios más ricos del mundo.

El jefe de Policía de Colonia, Jhonny Diego dijo a El País que August von Finck junior es hoy el propietario del establecimiento robado por la banda.

“El dueño de la estancia tiene 91 años y es uno de los banqueros más ricos del mundo. Es una persona muy querida en la zona. Ha realizado obras de beneficencia allí”, afirmó el jerarca policial.

Según el jefe Diego, August von Finck junior ordenó la construcción de una bóveda con una caja fuerte debajo de su habitación principal. “Su intención era guardar en el lugar documentos, pertenencias de la familia” y una reserva económica, agregó el jerarca.

Los delincuentes ingresaron a la estancia mediante forzamiento de varias puertas, concretamente de la habitación principal de la estancia.

Posteriormente fueron al subsuelo de dicha habitación donde se encontraba la caja fuerte, señala el pedido de procesamiento de la fiscal de Carmelo, Eugenia Rodríguez al que accedió El País.

En esa oportunidad, los tres ladrones no pudieron acceder al contenido de la caja fuerte y dejaron en el lugar gran parte de las herramientas como, por ejemplo, dos tubos de oxígeno, una batería, un guante, una llave francesa, un disco de corte de amoladora y un destornillador, señala el documento de Fiscalía.

En su primer ingreso a la estancia, los integrantes de la organización solo pudieron sacar la traba de hierro de la caja fuerte y cortar su primera capa de hierro que quedó tirada en el piso, señala la fiscal Rodríguez en el pedido de formalización de la investigación.

La banda manejaba información al detalle sobre la distribución del establecimiento perteneciente a Von Finck. Tenían un “contacto” que conocía la estancia por haber realizado obras en la casa, concretamente en la habitación donde se encuentra la caja fuerte

Un mes más tarde, el 26 de julio pasado, los delincuentes regresaron a la estancia aprovechando que sus moradores se habían ausentado.

En esa oportunidad, munidos de herramientas de mayor potencia y un tanque de oxígeno extra, la banda sustrajo 17 lingotes de oro y mil krugerrands. Se trata de una conocida moneda de oro sudafricana.

En una conferencia de prensa realizada el 16 de setiembre pasado junto con el jefe Diego, la fiscal Eugenia Rodríguez, dijo que los lingotes y las monedas de oro tenían un valor de US$ 2,5 millones. Los lingotes y las monedas de oro habían sido retirados de un banco alemán, informaron los jerarcas en la conferencia de prensa.

La investigación fiscal y policial duró cuatro meses. Once integrantes de la banda fueron detenidos durante la “Operación Anonymous”. Luego fueron condenados por la Justicia.

Según dijo una fuente del caso a El País, es muy probable que los delincuentes no supiesen que habían ingresado a la estancia el barón August von Finck junior. La revista de negocios estadounidense “Forbes” estimó que, este año, su fortuna alcanza los US$ 8.700 millones.

Amante de las artes.

August von Finck junior integra una dinastía de banqueros y empresarios alemanes. Nació en 1930 y, a petición de su padre, también aprendió el oficio de banquero en el banco privado de la ciudad alemana de Múnich, Merck Finck & Co. Ese banco representaba entonces el eje principal de la fortuna familiar de los Von Finck.

La prensa alemana califica a August von Finck junior como una persona tímida, que le gusta el perfil bajo y amante de las artes. Al llegar a los años 90, se sinceró con su verdadera vocación y actuó en consecuencia. Decidió vender una parte de las acciones del banco de los Finck por 500 millones de francos suizos, a la compañía inglesa Barclays. Poco después también vendió la aseguradora Allianz.

Su objetivo personal era concentrarse en los negocios que le eran más atractivos.

El más importante está ligado a Suiza, y se trata de la cadena hotelera Mövenpick, que compró, y fue el motivo de su mudanza definitiva a Suiza, según señala el portal de noticias suizo Swissinfo.

Von Finck apuntó también a otros de sus negocios favoritos: el cervecero. Luego comenzó a enfocar sus inversiones en Suiza, comprando participaciones en la cadena de restaurantes y hoteles mencionada, así como en firmas como Von Roll, Alusuisse-Lonza, Oerlikon y SCS, una multinacional suiza de inspección, verificación, pruebas y certificación de cargas.

Von Finck también invirtió en una empresa de compraventa de oro y plata.

Los medios europeos señalan que August von Finck junior permanece activo incluso en la vejez. Dona no solo a partidos políticos, sino también a la investigación: este verano apareció como mecenas de la investigación biomédica en ETH.

No trascendió cuando el empresario alemán comenzó a administrar su estancia en Uruguay.

En 2010, una escuela cercana a su estancia fue remodelada a nuevo gracias a una donación del empresario. El centro escolar sufría un importante deterioro.

Durante la refacción, la escuela funcionó en el casco de la estancia que el empresario solidariamente cedió para que los niños no perdieran sus clases.

Ladrones circulaban en autos a 180 km/h

La investigación sobre los delincuentes que ingresaron a la estancia de la familia Von Finck no fue sencilla para la Policía. Según dijo el jefe de Colonia, Jhonny Diego, los delincuentes cometieron varios robos en Ombúes de Lavalle. “Sabíamos que los ladrones no eran de acá”, explicó el jerarca policial a El País.

Después de irse de Ombúes de Lavalle, la banda copó una casa en el pueblo de Cufré, ubicado al norte de la ciudad de Rosario. Habían tenido el “dato” de que una pareja, que se estaba divorciando, poseía US$ 200.000 en la vivienda. “Pero en la casa no había ese dinero. Los delincuentes solo se llevaron $ 40.000”, afirmó Diego.

Cuando los delincuentes escapaban, a un policía de particular le llamó la atención el auto y sacó una foto de su matrícula. La Policía detectó el vehículo en la ciudad de Colonia en varias ocasiones. “Fue seguido por nosotros”, contó el jerarca.

En una ocasión, el vehículo se desplazó a más de 180 kilómetros por hora en dirección a Paysandú. Ello dificultó el seguimiento policial. Tras coordinaciones hechas por las jefaturas de ambos departamentos, el auto no se perdió de vista. “Mantuvimos contactos con el jefe de Paysandú (Eduar Alvez) para ubicar a los integrantes de la banda. Eran de varios departamentos (Montevideo, Colonia y Paysandú)”, dijo Diego.

En Canelones, los delincuentes robaron una barraca donde sustrajeron herramientas industriales para poder efectuar el robo a la estancia. También hurtaron una casa en Durazno. “La Fiscalía de Carmelo dio luz verde y se realizaron allanamientos y detenciones de 11 delincuentes”, sostuvo el jefe Diego. Fueron condenados por asociación para delinquir

El abogado de uno de los imputados, Pablo Casas, dijo que le sorprendió la cantidad de oro hurtado por la banda.

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