En la mañana de este jueves se retomaron las audiencias por el femicidio de Natalia Lagos ocurrido en agosto del pasado año. En esta instancia se discutió la renovación de las medidas cautelares del imputado y una futura declaración de testigos.

Al femicida —expolicía de 29 años y última pareja de Natalia— se le renovó la prisión preventiva y prohibición de comunicación hacia testigos y entorno de la víctima por 180 días, a la espera de que se lleve adelante el juicio. Fuentes del caso estiman que será “a mediados de este año”.

En la audiencia también se decretó que el 21 de febrero declararán dos testigos de forma anticipada. Según confirmó a El País el abogado de la familia de la víctima, Rafael Silva, se trata de dos familiares directos del imputado. “Se da así para evitar que interfiera en sus testimonios”, dijo y confirmó que estas declaraciones “serán tomadas como prueba”.

El fiscal del caso, Ignacio Montedeocar, pidió 30 años de cárcel para el imputado junto con 15 años de medidas eliminativas, lo que significa un total de 45 años de pena —la más alta posible. Los abogados Silva y Nicolás Pereyra —que representa al amigo de Natalia apuñalado esa noche por el imputado— destacaron “el trabajo de Montedeocar en la investigación”.

En paralelo, esperan que la Suprema Corte de Justicia tenga una resolución sobre la investigación administrativa contra dos juezas por su accionar en el caso. Los abogados entienden que “si las juezas actuaban de otra manera, se podría haber evitado este final”.

Por el mismo motivo, la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio del Interior deberá pronunciarse sobre una investigación a funcionarios policiales que recibieron anteriores denuncias por violencia y amenazas hechas por Natalia contra su ex pareja.

Natalia mantuvo un noviazgo de casi un año con el ahora imputado. Luego de terminar el vínculo -en julio de 2023-, lo denunció por varios episodios de violencia, así como acosos y amenazas posteriores.

Por las noches era acompañada por familiares o amigos para que no pasara sola debido al miedo que le generaban las amenazas de su ex pareja.

En las primeras horas del 2 de agosto, el ahora imputado se hizo presente en la vivienda donde se encontraba Natalia. Ella estaba con Franco Aranda —un amigo que la acompañaba esa noche. El agresor “tiró la puerta abajo”, según dice la acusación a la que accedió El País, golpeó a Aranda y lo apuñaló en el abdomen, mientras que le decía a su exnovia: “Si no es conmigo, no va a ser con nadie”.

Luego se llevó a Natalia en el auto de Aranda, quien estaba ensangrentado aunque consiguió sobrevivir. El femicida aceleró el vehículo a la altura del peaje ubicado en la ruta 8, en el kilómetro 50,5, e impactó contra una protección de hormigón. Natalia falleció al momento del choque mientras que el hombre tuvo heridas leves.