La familia Lagos comercializa en ferias de la Costa de Oro desde hace por lo menos tres generaciones. Primero vendían frutas y verduras y luego comenzaron a revender chacinados, quesos y frutos secos. Cada integrante de familia tiene su camión o camioneta y administran individuamente sus empresas y contrataciones de empleados. El matrimonio tenía cinco hijos, cuyas edades oscilaban entre 28 y seis años.
En 2021, el dolor sacudió a la familia Lagos cuando la madre falleció de cáncer. Su hijo mayor, Gastón Lagos (28) se deprimió y desapareció. Poco tiempo después fue encontrado muerto en el balneario Cuchilla Alta.
Natalia Lagos (23) continuó trabajando en el puesto de su madre y hacía trabajos de manicura. Natalia distribuía sus productos chacinados en una camioneta Fiat Fiorino o en un camión que perteneció a su madre.
Hace un año y tres meses, la joven contrató como peón al expolicía Óscar Daniel Ferradans (29). Nadie en la familia sabe cómo Natalia contactó a Ferradans, quien tenía un antecedente por violencia doméstica con su anterior pareja.
“Cada uno de nosotros contaba con sus propios empleados”, explicó a El País la hermana de la víctima, Yanina Lagos (24).
Cuando regresaban de las ferias, Natalia y Ferradans descargaban los quesos y los fiambres. Luego el expolicía se iba. No ingresaba a la casa. Hace unos ocho meses, Natalia y Ferradans se ennoviaron. Él nunca cruzó la reja de entrada de la casa y no se integró a la familia Lagos.
En una ocasión, Ferradans trajo a la casa de Natalia un hijo de cinco años que tuvo con su anterior pareja, quien lo había denunciado por violencia doméstica. Por ello, el hoy feminicida debió llevar una tobillera electrónica durante un tiempo.
Hace tres semanas, Yanina y Natalia conversaron sobre las golpizas que recibía su hermana a manos de Ferradans. “¿Por qué dejás que te pegue?”, preguntó Yanina Lagos (24). Y luego argumentó: “Papá (Carlos Lagos) nunca nos levantó la mano”.
Una tía de Ferradans, que lo crió desde pequeño, le advirtió a Natalia que no se dejara pegar. “Te va a terminar matando”, le dijo.
Ante sus familiares, Natalia justificaba el comportamiento de su entonces pareja: “Ustedes no entienden. Él pasó muy mal”.
A las pocas semanas, la opinión de Natalia sobre el expolicía cambió en forma radical. “No saben con qué persona estoy tratando. Él es muy peligroso. Tengo miedo”, le dijo a sus familiares.
Un día Natalia se animó y cortó la relación. Pero a partir de ese momento, Ferradans comenzó a acosarla por teléfono.
El siguiente es un fragmento de una conversación entre Natalia y el asesino poco antes de su muerte ocurrida el miércoles 2.
Natalia: No sé qué querés hablar. Si ya está (la relación terminó).
Ferradans: No está.
Natalia: Si está. Es lo que quiero.
Ferradans: No es lo que querés. ¿Por qué lo querés?
Natalia: Porque ya está, no da para más. Yo quiero estar sola. ¿Vos vas a decirme qué quiero y qué no, Daniel? Estoy demasiado sola. Me doy cuenta. ¿Y? No lloro. Estoy bien. No me voy a matar. No voy a terminar como mi hermano.
Ferradans: Vas a terminar como tu hermano (que apareció muerto en Cuchilla Alta).
Natalia: Quedate tranquilo. No voy a terminar como él. Solamente que me mates vos.
Ferradans: ¿Vos te parece que te va a pasar eso?
Natalia: No sé. Me amenazaste 200 veces.
Y ocurrió lo que vaticinó Natalia en la conversación pese a que tiempo atrás ella presentó una denuncia en la Comisaría Especializada de Violencia Doméstica de Parque del Plata. Sin embargo, no se le dio protección policial ni se le colocó una tobillera al agresor, señaló Yanina Lagos. Y agregó que Natalia era cuidada por sus familiares y amigos. “Al asesino le pusieron una tobillera luego que tiró tres tiros a la casa de su expareja. No entendemos por qué (la Justicia) no hizo lo mismo cuando Natalia lo denunció. (...) La Justicia no hizo nada. Ahora es tarde. Que ahora se haga justicia y que él pague lo que tenga que pagar”, dijo Yanina.
“Dejame vivo”
El martes 1° Natalia pasó todo el día con sus familiares en su casa. A llegar la noche, se fue a una cabaña que había construido su hermano, Gastón Lagos, poco antes de morir, en un terreno que perteneció a su madre. Esa noche la cuidó Franco Aranda, un amigo que conocía de la época de la escuela. Ambos dormían cuando Ferradans pateó la puerta de la cabaña y entró. Natalia gritó: “¡Uy!” Y quedó muda, relató Yanina Lagos en base a lo que le narró Aranda.
Franco se despertó con el grito de Natalia. Ferradans miró a Franco y dijo: “Te voy a meter una puñalada. Quedate quieto. Te voy a dar un corchazo (disparo)”.
Aranda respondió: “Por favor, dejame vivo que tengo un hijo”.
Ferradans no tuvo piedad. Lo apuñaló en el abdomen y en el ojo. Luego, a los gritos, pidió a Natalia las llaves de la camioneta Fiat Fiorino. Pero ella las había escondido antes de dormir.
Encima de la mesa, Ferradans encontró las llaves del Citroën AX de Aranda. Mediante amenazas obligó a Natalia a subirse al auto. El perro caniche de Natalia corrió y logró subirse al Citroën. Minutos más tarde, Ferradans estrelló el auto contra el peaje Soca. Natalia falleció. El homicida sufrió una fractura de una pierna.
En la tarde de ayer, el caniche de Natalia corría de un lado a otro entre las ruedas de los camiones que la familia Lagos utiliza para realizar ferias. Yanina enfrenta un problema difícil: “¿Y ahora cómo le cuento a mi hermana de seis años lo que pasó con Natalia? Ella ya está sospechando que algo ocurrió”.
Seccional “no informó” a fiscal sobre denuncia
La jueza de Atlántida, Jimena Rosas, formalizó ayer la investigación contra el expolicía Óscar Daniel Ferradans por una larga lista de delitos. Estos incluyen violación de domicilio, homicidio en grado de tentativa (atacó a un amigo de Natalia Lagos), hurto, privación de libertad (se llevó a la joven), desacato (incumplió una orden judicial de no acercamiento con la víctima) y femicidio. En la audiencia, participaron, además, el fiscal de Atlántida, Ignacio Montedeocar, el padre de la víctima, Carlos Lagos y sus abogados Rafael Silva y Valeria Campos.
Durante la audiencia, Silva destacó la labor de la Brigada de Homicidios de Canelones que resolvió el caso en breve tiempo. Poco después, la jueza Rosas decretó la prisión preventiva de Ferradans por 180 días. Afuera del juzgado hubo una movilización de personas reclamando justicia. Al finalizar la audiencia, el fiscal Montedeocar dijo que “vamos a estar muy cerca de pedir la pena máxima”. Montedeocar afirmó a El País que Natalia Lagos hizo una denuncia en la Policía en julio y se informó a la Justicia de Familia Especializada. “Sí, me consta que esa denuncia no había sido puesta en conocimiento de la Fiscalía. No sabemos las causas de ello”, dijo.
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