JUSTICIA

El Carnaval de las Promesas tiene un impacto social evidente. Participan en este evento 43 conjuntos activos, con 1.300 chicos que se reparten en las diferentes agrupaciones.

En 2018, la Asociación de Directores de Carnaval de las Promesas (Adicapro) recibió una denuncia de una adolescente integrante de un conjunto y su madre. A partir de ese relato, la asociación civil comenzó una investigación sobre mensajes de texto que se le hacían llegar a la menor de tono sexual.

Después de varios instancias, y ante la asunción de culpa del socio, la Asociación decidió la expulsión del carnavalero. Este no solo trabaja con menores en Adicapro, sino también en escuelas de baile y era empleado municipal, por lo cual se inició un sumario, según un informe de la gremial enviado a El País.

Directivos de Adicapro y el abogado de la institución, Eduardo Outerelo, concurrieron a la Fiscalía de Delitos Sexuales de 4° Turno, cuya titular es la fiscal Darviña Viera, a presentar una denuncia penal y prestar colaboración a la menor y a la madre de la misma.

La demanda presentó a tres testigos de los hechos y cinco capturas de pantalla, donde el carnavalero le pedía a la adolescente fotos en malla de baño.

La Fiscalía comenzó a investigar el hecho y la Justicia resolvió este año medidas contra el denunciado, según el documento de la Asociación de Directores de Carnaval de las Promesas.

En el Estatuto de dicha entidad civil se encuentra el artículo 9º que refiere a los procedimientos disciplinarios contra aquellos socios carnavaleros que se apartan de las conductas propias de un director de conjunto. Entre ellos están los actos u omisiones contra los principios morales.

Si bien el hecho denunciado fue aislado, Adicapro organizó en 2019 talleres de violencia de género, abuso sexual, consumo de drogas, entre otros temas, para padres, madres, directores y componentes de los conjuntos menores de edad. Esos talleres fueron obligatorios.

Pese a ello, entre fines de 2019 y julio de 2020, comenzaron a llegar a la Asociación denuncias de algunas y algunos componentes contra varios directores y un técnico de un conjunto. Ello derivó en citaciones inmediatas para los socios acusados por las menores a través de Outerelo. Una vez realizado el procedimiento establecido en su estatuto, la Asociación presentó una segunda denuncia penal por un posible abuso sexual más mensajes de texto con connotaciones de índole sexual contra menores.

En el escrito, la asociación civil determinó el hecho y presentó cuatro testigos, más capturas de pantallas de un celular que refería a un incidente ocurrido en el Teatro de Verano. Los chats del carnavalero tenían connotaciones sexuales.

El acusado por los adolescentes fue citado por la Asociación donde presentó descargos. Pese a las pruebas recabadas en su contra, negó los hechos.

El caso hoy está a estudio de la fiscal de Delitos Sexuales de 4° Turno, Silvia Lovesio.

Un tercer hecho fue denunciado contra otro director de un conjunto del Carnaval de las Promesas. También se le inició procedimiento disciplinario interno y se le intervino su conjunto. En este caso, el socio argumentó que su cuenta y la de su conjunto habían sido hackeadas. En ese sentido presentó denuncia en el Departamento de Delitos Informáticos de Crimen Organizado e Interpol. A la fecha no se ha tenido noticias sobre la misma.

Sin embargo ese mismo director fue denunciado nuevamente por otro caso vinculado a una adolescente, y se le inició un segundo procedimiento en Adicapro. Según el informe, la reiteración da lugar a que Adicapro deba cumplir con la Ley de Violencia de Género y dar cuenta a Fiscalía.

La Asociación presentó a la fiscal Lovesio capturas de pantalla que no tenían connotaciones sexuales pero sí era evidente el asedio realizado por el director carnavalero a la adolescente. Era un acoso permanente con pedidos a altas horas de la noche donde le solicitaba datos personales para inscribirla en un grupo.

Todos esos hechos ocurrieron antes de las denuncias realizadas en la cuenta “Varones en Carnaval”. Una vez conocidas las publicaciones en la cuenta de Instagram, nueve socios de Adicapro concluyeron que las mismas no eran reales.

Trascendió que esas denuncias derivaron en la intervención de dos fiscalías de Flagrancia. Esos carnavaleros también decidieron retirarse de sus conjuntos hasta que se esclarezcan los hechos.