El testimonio de un imputado por la Operación Océano: “Me ganó la lujuria”

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Audiencia judicial por la Operación Océano. Foto: Francisco Flores

EXPLOTACIÓN SEXUAL DE MENORES

Las fiscales indagaron al exjuez Washington Balliva sobre el contenido de los chats que mantuvo durante varias semanas con una de las víctimas de entonces 17 años.

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El exjuez Washington Balliva (69) tiene una extensa carrera dentro de la judicatura. Como magistrado penal se encargó de casos sonados, entre los que se encuentran la investigación sobre las compras del Estado uruguayo a la paraestatal española Focoex y los faxes falsos del exdiputado astorista Leonardo Nicolini. También decidió las extradiciones a Italia de un miembro de la Camorra y a Perú de dos militantes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, que terminó con la toma de la embajada de Japón en el país andino. Se jubiló hace 10 años.

Según consta en el expediente del mayor caso de explotación sexual de adolescentes de la historia, Balliva fue detenido en mayo por orden de la Fiscalía de Delitos Sexuales e interrogado horas más tarde por la fiscal Darviña Viera y la fiscal adscripta, Fulvia Favretto. En el interrogatorio, Balliva fue asistido por el abogado penalista Martín Frustacci.

Las fiscales indagaron a Balliva sobre el contenido de los chats que mantuvo durante varias semanas con una de las víctimas de entonces 17 años.

Favretto le preguntó al exjuez penal si sabía que chateaba con una adolescente.

Balliva negó.

Favretto insistió: “En el chat usted vio que ella le dijo que estaba en sexto año del liceo. Es evidente que tenía 17 años”.

Washington Balliva es investigado por ofrecer dinero a menores a cambio de actos eróticos. Foto: El País
Washington Balliva es investigado por ofrecer dinero a menores a cambio de actos eróticos. Foto: El País

Balliva señaló que no pensaba lo mismo. “No necesariamente tienen 17 años por cursar 6to. año del liceo. La mayoría de las mujeres con que me encuentro están cursando ese año del liceo y tienen 18 o más”.

Favretto insistió: “Su punto de vista no es creíble”.

Balliva respondió que generalmente pedía la cédula de identidad cuando sospechaba que las personas que se contactaban con él a través de las páginas de encuentros Tinder y Badoo eran adolescentes.

En ese momento, la fiscal Viera pidió que se le mostrara el rostro de la víctima. “¿Usted cree que es mayor de edad está chica?”, inquirió Viera.

El exjuez penal respondió que no sabía. Y agregó: “Jamás la vi personalmente a esa muchacha. Solo conversé con ella por Whastapp. (…) Cuando me pidió US$ 400 decidí no verla”.

Viera lo interrogó sobre si le había ofrecido estupefacientes a la adolescente. “Usted dijo en el chat con la víctima que su hijo tenía un club cannábico y podía conseguirle marihuana”.

Balliva argumentó que “eso fue una mentira” que dijo a la víctima para buscarle “el pico”. “Nunca pensé en llamarla. Lo único que puede usted tener contra mí es que le prometí US$ 100 por conocernos”, explicó en la Fiscalía.

Favretto preguntó a Balliva si consumía pornografía a través de internet.

El exmagistrado respondió en forma afirmativa y aclaró que frecuenta un sitio web que advierte que todas las mujeres son mayores de edad.

Y reconoció que en ocasiones almacenaba material pornográfico para su consumo. “Nunca lo difundí”, aclaró.

La detención.

El 14 de mayo de este año, Balliva y otras cuatro personas, entre ellos un docente de derecho administrativo, fueron procesados por la entonces jueza de la causa, Adriana de los Santos, por el delito de retribución o promesa de retribución a personas adolescentes para mantener sexo o cualquier otro acto erótico.

En la audiencia, la fiscal Viera leyó un chat que escribió Balliva a la víctima. “¿Tenés experiencia sexual como para satisfacer a un viejo? Es decir, ¿ya trabajaste de escort o solo con noviecitos? (…) No perdamos tanto tiempo. Ante cualquier problema que tengas estoy a las órdenes. Soy juez retirado, abogado y hago política. No pago tanto (US$ 400). Mi hijo tiene un club cannábico, si usás marihuana te la consigo gratis”.

Hombre usando el celular. Foto: Shutterstock
Foto: Shutterstock

Frustacci, abogado de Balliva, dijo a El País que su defendido no sabía que trataba con menores de edad.

Y explicó que la investigación de la fiscal Viera contra su cliente refiere a un delito de peligro, ya que el bien tutelado por la Fiscalía es la integridad de la víctima adolescente.

El 12 de mayo Balliva recibió un allanamiento en su casa y fue detenido por parte de efectivos de Crimen Organizado e Interpol.

Al día siguiente, Balliva y otros tres imputados por la fiscal de Delitos Sexuales, Darviña Viera, fueron procesados por la jueza De los Santos por supuestos delitos de promesa o pago de una retribución económica a una menor para que ejecute actos sexuales.

El siguiente es un resumen de la entrevista concedida por Balliva a El País:

-Para un exjuez penal, ¿qué significó el registro a su casa y su detención?

-Fue muy vergonzoso para mí y para el sistema judicial en general. Pido disculpas a todos los colegas jueces. Me siento un poco culpable de lo que pasó. Estoy arrepentido por todo lo que hice. También pido disculpas a todas las mujeres que ofendí.

-¿Qué lo llevó a ingresar a páginas virtuales para contactarse con mujeres?

-Jamás entré a páginas de prostitutas. Comencé a usar Tinder y Badoo buscando una nueva esposa. Me había divorciado de mi mujer. Estaba muy solo. En Tinder y Badoo me aparecieron un montón de chiquilinas. Me ganó la tentación, la lujuria. Lo reconozco.

-¿Qué querían esas muchachas que se contactaban con usted?

-En lugar de contestarme una mujer de mi edad, me escribían chiquilinas en un porcentaje de 20 a uno. Generalmente ellas no cobran (a cambio de servicios sexuales) sino que querían que les comprara ropas y perfumes. Se ofrecían a trabajar como Sugar Baby.

-¿Usted sabía lo qué significaba la palabra Sugar Baby?

-No. Ellas me contaron. Con dos de ellas salí gratuitamente. Eran mayores de edad. Entonces yo me siento culpable por haber sido un viejo verde. Tenía edad para hacer otra cosa. Pero no tenía nada para hacer. Estaba jubilado, vivía solo. Y sufría una serie de cosas que me llevaban a contactarme con mujeres. No quería envejecer. Era una forma de escapar a una vida rutinaria que llevaba, más allá de que escribo libros. Empecé a salir con muchachas, fueron más de 20. Lo puedo decir sin ninguna soberbia. Y no miento porque la fiscal (Darviña Viera) tiene todos esos datos. Al final fui un viejo bobo. Aclaro, eran todas mayores de edad. En un promedio de 20 muchachas que salieron conmigo, se me mezclaron una o dos menores de edad -lo dice la fiscal- haciéndose pasar por adultas. Pero estoy seguro de que no me acosté con ninguna de esas adolescentes.

Fiscal Darviña Viera. Foto: Leonardo Mainé
Fiscal Darviña Viera. Foto: Leonardo Mainé

-¿Ellas le dijeron que eran mayores o les pidió la cédula?

-Siempre lo dijeron ellas.

-Se le acusó de cosificar a las mujeres.

-Yo tengo una hija. Me pasé la vida defendiendo chiquilinas. Fui juez de Menores. Me peleaba con todo el mundo porque no metía presos a los varones que robaban. En esto, tengo la impresión de que me quieren agarrar de chivo expiatorio por ser un exjuez.

“Es posible que se me quiera usar como chivo expiatorio”

-¿Piensa que se busca dar un mensaje simbólico a la sociedad con su caso?

-Tal vez tengo algún enemigo oculto que me quiere perjudicar pues mi actividad fue larga y quizás moleste a algunas personas de poder. También es posible que, siendo los demás imputados empresarios poco conocidos, y yo exjuez de Menores, se me quiera utilizar como “chivo expiatorio” para dar una lección por parte del “movimiento feminista”. La propia fiscal hizo declaraciones públicas en el sentido de que pretende que estas medidas sirvan como ejemplo. Obsérvese que teniendo el reconocimiento de la presunta víctima sobre que había engañado a los hombres, se allanó mi casa y se incautó mis teléfonos y computadoras y las de empresarios poderosos. Además, personas que no conozco se meten en mi vida privada y empiezan a rebuscar delitos inexistentes. Para mí soy un “chivo expiatorio”, lo cual está probado por la inmediata filtración de los nombres pese a que ello es ilegal y hay una prohibición expresa de la jueza.

-Otros imputados en la Operación Océano pedían imágenes a las víctimas adolescentes. ¿Usted solicitó fotos a esas chicas?

-Ellas me mandaban imágenes desnudas sin que yo les pidiera. Algunas me solicitaban que les sacara fotos manteniendo relaciones sexuales con ellas. Luego me pedían que les mandara las fotos. Yo nunca les envié las fotos que yo mismo sacaba a ninguna de ellas por intuición.

-¿Por qué?

-Tenía miedo de que pudieran usarlas en mi contra. Me llamaban la atención esos pedidos.

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