Testimonio del joven agredido en Pinares: “Me golpean, piden perdón y luego me invitan a la piscina”

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Familiares del joven agredido en Pinares. Foto: Ricardo Figueredo.

TRAS SER CONFUNDIDO CON UN LADRÓN

La victima, de 18 años, fue perseguida y golpeada por cuatro vecinos; sufrió lesiones de poca entidad, pero si un shock emocional, según declararon sus familiares.

Eran las 20:30 horas del sábado pasado en un casa del balneario Pinares, ubicado a poca distancia de Punta del Este. El joven, de 18 años, le dijo a su padre, el docente Juan Pablo Romero, que iba dar una vuelta a la manzana antes de cenar. El chico se colocó sus auriculares y luego salió. La vivienda lleva por nombre “Virnamar” y está en la calle Carlos Polux y Prosión.

Frente a la casa contigua se encontraban cinco jóvenes. Vieron salir al hijo de Romero y pensaron, según ellos por su vestimenta, que era un ladrón. Este llevaba un pantalón de color marrón, un buzo negro que decía “Nike” en el pecho, championes blancos también marca Nike y una gorra con visera.

Al verlo, los jóvenes le gritaron: “Chorro. Chorro hijo de puta”. El hijo de Romero hasta ese entonces no los escuchó. Iba con los auriculares puestos.

El relato que la víctima realizó el martes a la fiscal de Maldonado Ana Roses es estremecedor: “Los atacantes me dijeron que me habían gritado. Yo no los oí por los auriculares. Se acercaron corriendo y uno de ellos me dio una patada como para tirarme al suelo. Miro para atrás y vienen sus amigos con cachiporras”.

Uno de ellos le gritó: “Dejá de robar, chorro de mierda”.

La víctima intentó darle una explicación: “Te estás confundiendo. Vivo acá”. Pero al mismo tiempo el hijo de Romero supo que el grupo no lo iba a entender jamás. Giró su cuerpo y corrió con todas sus fuerzas. Mientras lo perseguían, escuchó que le seguían gritando: “ladrón, ladrón”.

Enseguida la víctima dejó atrás a sus perseguidores. Sin dejar de correr, el hijo de Romero pasó frente a un supermercado y dobló la esquina. Pensó que los perseguidores lo habían dejado en paz. “Ya fue”, pensó mientras continuaba con su vuelta a la manzana.

Pero estaba muy equivocado. Y se dio cuenta de ello minutos más tarde. Vio que un hombre que conducía un cuatriciclo lo miró. El joven continuó caminando enfocado en sus pensamientos y en la música que sonaba en los auriculares. Y otra vez sintió un golpe desde atrás. Cayó y al darse vuelta observó que había sido embestido por un cuatriciclo. El conductor intentaba mantenerlo en el suelo acelerando la máquina y amenazándolo con embestirlo.

La víctima no sabía que el conductor del cuatriciclo estaba relacionado con los vecinos que minutos antes lo habían agredido. En ese momento, el joven perdió el gorro y también el celular. No le importó. Motivado por el temor, se levantó y trató de escapar del cuatriciclo. Corrió. Se tiró por encima de unas plantas para que el cuatriciclo no lo pisara. Ahí quedó acorralado. Segundos más tarde su situación empeoró. Un auto blanco se detuvo en la mitad de la calle y descendieron otros amigos del conductor del cuatriciclo.

“Me siguieron amenazando con que me iban a matar. Querían subirme a la fuerza al auto. Les dije que era su vecino. Querían llevarme a mi casa. Yo me resistí. Me saqué el buzo y ellos se lo quedaron; lo metieron dentro del auto. Me cachearon por si estaba armado. No había hecho nada malo como para que me hicieran eso”, expresó el joven ante los operadores judiciales.

En un intento por salir de la encrucijada en que se encontraba, la víctima les dijo a los agresores que les iba a mostrar donde vivía. Comenzó a trotar hacia su casa. Varios atacantes lo acompañaron a la misma velocidad. Uno de ellos le espetó: “Si no es tu casa, te vamos a matar y a tirar en una zanja”.

Cuando llegaron a la puerta de la casa de la víctima, los atacantes se llevaron tamaña sorpresa. La pareja del docente Romero salió afuera y los increpó. Ahí los agresores descubrieron que habían cometido un grave error. Le devolvieron a la víctima el buzo sustraído y le entregaron también su gorra rota y pisoteada. Como la gorra quedó en mal estado, uno de los atacantes le entregó $ 3.500 a modo de indemnización. “Ellos se dieron cuenta que se habían confundido. Me pidieron perdón. Me invitaron a ir a la piscina (de su casa)”, declaró la víctima, según las fuentes.

El joven testificó que sufrió algunos golpes y que tenía una herida en la pierna poco profunda pero que sangraba. Y señaló: “Sentí miedo. Pensé que me iban a linchar en la calle. En el caso hipotético de que fuera un ladrón, es la Justicia que se tiene que encargar. No ellos”.

La Justicia no decretó la prisión preventiva para los imputados

El juez de Maldonado, Sebastián Amor, hizo lugar ayer al pedido de la fiscal Ana Roses y formalizó la investigación contra cuatro indagados por la agresión al joven en Pinares. B.D.R.R. fue imputado por violencia privada agravada y lesiones personales en calidad de autor. En tanto, R.A.C.F., F.L.F. y F.O.G. fueron imputados por violencia privada agravada y coautoría de lesiones personales. La fiscal Roses pidió al juez la prisión preventiva de los imputados por 90 días, fundamentada en el riesgo de la víctima y la frustración de la investigación.

Los abogados de los agresores, Sebastián Serrón Bon y Ramón Ramírez, se opusieron alegando que en el caso no se dan los riesgos procesales que exige el Código de Proceso Penal para pedir la prisión preventiva. Agregaron que no hay proporcionalidad entre el hecho ocurrido y la medida porque se trata de un caso de lesiones leves y violencia privada. Ambos delitos son excarcelables. Al finalizar la audiencia, el juez Amor prohibió a los imputados acercarse a la víctima, ordenó el retiro de sus documentos y les impidió salir del país.

La víctima sufrió lesiones de poca entidad.

El caso de un joven confundido por ladrón generó conmoción pública y enseguida se hizo viral en las redes. El joven fue perseguido y golpeado por cuatro vecinos. Pese al mal momento vivido, el joven no sufrió heridas de entidad y sí un shock emocional, según declararon sus familiares a la Policía y a la Justicia. En su testimonio ante operadores judiciales, el propio joven dijo que no había recibido golpes de entidad. El médico forense Sergio Mozo expresó en su dictamen: “Presenta dolor en región lumbar baja. Erosión en pierna izquierda y dolor en pierna derecha. Tiempo de curación: tres días. Sin riesgo de vida”.

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