Faltaban cinco o seis minutos para las seis de la mañana del 7 de julio. Una brasa de la estufa a leña, ubicada en una habitación del fondo del “Residencial Adulto Mayor”, en Treinta y Tres prendió fuego en una ropa puesta a secar.

El foco se extendió enseguida y fue incontrolable: diez ancianos perdieron la vida por las llamas o el humo. Solo se salvó la funcionaria del residencial, quien fue atendida por una crisis nerviosa y no por efectos del humo o quemaduras.

En un principio, familiares de la funcionaria declararon que esta se encontraba en el baño higienizando a una anciana y que detectó el humo cuando abrió la puerta.

También señalaron que la mujer, de 30 años, había logrado sacar al exterior a esa anciana y que luego no pudo ingresar otra vez al residencial por el humo y el fuego intenso.

Sin embargo, en su declaración a la Policía, la trabajadora dijo que se encontraba en la habitación del frente atendiendo a una paciente y que el fuego se inició en el fondo, donde se encontraba la estufa a leña.

Reconoció que a menudo se ponía ropa a secar frente a la estufa y agregó que esta carecía de un protector de hierro para evitar chispas y brasas.

A los investigadores policiales les llama la atención que la funcionaria declare que se encontraba en la habitación del frente y haya dado un rodeo para salir por el garaje cuando se desató el incendio. La puerta de madera de la habitación del frente carecía de llave y sí la tenía la de reja. Pero las llaves de la puerta de reja se encontraba encima de una mesita ubicada en la habitación donde la funcionaria dijo que estaba a la hora del siniestro.

Arriba, en un primer piso del residencial, había una habitación donde se realizaban masajes a algunos internos del geriátrico. Esa habitación tiene una conexión directa al garaje. Una hipótesis manejada por los investigadores es que es posible que la funcionaria se encontrara allí en el momento del siniestro y no en la habitación del frente.

Por ello, la abogada Beatriz Eguren Manzur, en representación de los familiares de dos víctimas, se reunirá mañana con la fiscal del caso, Alicia Abreu, para conocer detalles de la investigación.

Foto: Francisco Flores/El País

Por ejemplo, Eguren Manzur pretende saber las razones por las cuales todavía no se tomaron declaraciones en la Fiscalía a la dueña del residencial, a la empleada y a los bomberos intervinientes en el caso, entre otras personas.

Los familiares de las personas fallecidas pretenden, además, que la Fiscalía ordene las incautaciones de los celulares de la dueña del residencial y de la empleada para conocer las comunicaciones entre ambas y si alguna de ellas llamó al Servicio 911.

También solicitan a la Fiscalía las pruebas de toxicología de los ancianos fallecidos para saber si recibieron algún tipo de medicamentos para dormir.

Consultada por El País, la fiscal Abreu dijo: “Hay que seguir esperando el análisis de la información que está haciendo la Policía”. Y agregó: “Por el momento sigue detenida la investigación. Hablé con el oficial del caso y ya está trabajando en eso, pero va a demorar”.

El siniestro fue detectado a las 5:55 horas del 7 de julio de este año. Cuando la funcionaria se encontraba afuera del residencial, un hombre se le acercó y le habló, según consta en filmaciones que obtuvo la Policía.

Luego ese hombre caminó poco más de dos cuadras y dio aviso a un policía ubicado en la Jefatura. Segundos después, la propietaria arribó al residencial. No logró entrar porque no tenía llaves, según dijeron fuentes del caso a El País.

Los bomberos demoraron entre seis y siete minutos en arribar al residencial. Sacaron al exterior a los diez ancianos. Pese a las medidas de reanimación de médicos y enfermeras del Hospital de Treinta y Tres, todos fallecieron.

Las preguntas que se hacen los familiares de las víctimas son: “¿Por qué la funcionaria del residencial no salvó a algún interno? ¿Por qué salió por el garaje y no por el frente del local? Varios residentes podían caminar y salir por sus propios medios”, dice la abogada

Una de las internas había llegado al residencial a las 22:30 horas del día anterior. Se valía por sus propios medios. Esa noche había festejado su cumpleaños. Unas horas más tarde, la mujer falleció en el siniestro.

Foto: Facebook de la periodista Laura Vaz