INCAUTACIÓN
El contenedor “contaminado” estaba en el medio de otros con puertas trancadas. No fue cargado con el barco en tránsito.
Los tres contenedores debían transportar semillas de soja a granel desde Montevideo a Amberes, Bélgica. Pero el 2 de agosto en uno de ellos se hallaron 4,5 toneladas de cocaína. Y el “matute” nunca llegó a su destino final. Fue en Hamburgo (Alemania) donde se incautó la droga. A partir de ese momento la Fiscalía Especializada en Estupefacientes, a cargo de la fiscal Mónica Ferrero, inició una investigación para determinar si efectivamente la droga había sido cargada en Uruguay y cómo había sido la trama detrás del caso.
Hasta el momento el único acusado por este hecho es el empresario Martín Mutio (32). El delito que se le tipificó fue el de asistencia al narcotráfico por el envío de un cargamento de 4.500 kilos de cocaína. El 24 de octubre, durante una audiencia judicial, la fiscal Ferrero le solicitó a la jueza de Crimen Organizado Beatriz Larrieu cambiar la acusación de Mutio.
En vez de tipificarle el delito de asistencia al narcotráfico, la fiscal pidió imputarlo como coautor de exportación de estupefacientes al entender que había nuevos datos en la investigación que así lo indicaban.
La jueza no hizo lugar al pedido fiscal y ese día además le otorgó prisión domiciliaria a Mutio. ¿Pero cuál fue la maniobra que realizó el empresario y quién es quién en la trama según la investigación fiscal?
La trama
Martín Mutio compró entre 400 y 500 toneladas de soja a granel a una empresa que no solo se encargaba de venderle el producto, sino que además le realizaba la logística para la carga antes de que se hiciera la exportación. En junio, Mutio llamó al titular de la empresa y le pidió una carga de cinco contenedores, cuatro que se iban a llenar directamente en la planta de la empresa y un quinto que debía ser llenado, según indicó Mutio, en un silo ubicado en el departamento de San José.
Esto tenía que ocurrir el viernes 7 de junio; sin embargo, el dueño de la empresa indicó que no tenía un camión adecuado para hacer el traslado a San José. Fue entonces que Mutio llamó a un gerente de otra empresa para que consiguiera un camión que trasladara el contenedor hasta ese silo. Para esta maniobra se contrató, además, a un camionero.
El sábado 8 de junio el transportista levantó el contenedor y emprendió viaje a San José, donde lo esperaban Mutio y el dueño del silo. El trabajador declaró que vio el momento en que los dos cargaron la soja y dijo que cerró el contenedor, pero que no le colocó el precinto de la naviera, algo normal en esa situación, explicó. El hombre indicó además que antes de irse se pesó el contenedor, pero aseguró que no le dieron el comprobante para ver el pesaje. El contenedor debía esperar una inspección del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, porque debía ser fumigado; sin embargo, fue el propio Mutio el encargado de hacer la fumigación, según él mismo declaró. El empresario volvió solo al silo en la noche del sábado 8 de junio, momento en que la Fiscalía cree que cooperó con la carga de la droga.
Según se desprende de testimonios de la investigación fiscal, Mutio estaba en tratativas para comprar el silo. Por eso lo conocía y sabía que no existían cámaras de videovigilancia, ni rejas o barreras, por lo que cualquiera podía ingresar sin ser visto. Mutio nunca pudo explicar por qué envió a cargar un contenedor con soja a un silo apartado de los otros. El acusado dijo que se debió a que la empresa naviera había cambiado en forma repentina los cut off (cierre del plazo de la documentación de un flete). Sin embargo, surge de la documentación y de las declaraciones que tal cambio no fue abrupto.
Por otra parte el Documento Único Aduanero (DUA) certifica que los tres contenedores fueron cargados en la planta de la empresa encargada de la venta y logística de la soja. El despachante aduanero, que se encarga de entregar ese documento, declaró ante la fiscal que el empresario lo había engañado.
Una firma con titulares ficticios, dice Fiscalía
La empresa exportadora figuraba a nombre de dos personas cuando en realidad el titular de la misma, según la investigación fiscal, era Martín Mutio. Aún falta que declaren “personas determinantes” en el caso, según dijo la fiscal Mónica Ferrero en una audiencia. Entre ellos está un empleado de Mutio que contaría con antecedentes por narcotráfico.