Por Eduardo Barreneche y Pablo Méndez
Eran pasadas las 14.00 horas del 28 de diciembre de 2014. Lola Chomnalez, de 15 años, salió del balneario Valizas y caminó 6.400 metros rumbo a Aguas Dulces por la playa. Durante su trayecto se encontró con el cuidacoches Ángel Moreira, conocido como “el Cachila”, que entonces tenía 27 años, y que venía caminando en dirección contraria.
—Hola, amiga. ¿Querés una estampita?—, le preguntó "el Cachila".
Lola le cuestionó qué era una estampita. El cuidacoches le respondió que el pago era a voluntad y sacó una estampita de un bolsillo. Si bien Lola rechazó la oferta, el cuidacoches decidió regalársela y la joven la colocó en la mochila. Luego, ambos comenzaron a charlar al borde del agua.
A unos 1.600 metros hacia el este, se observaban los primeros caseríos de Aguas Dulces. Era pleno verano y el calor se hacía sentir. Hacia Valizas, la playa estaba desierta.
Lola se sintió mal. Casi se desmayó. "El Cachila" la ayudó a caminar a través de unos médanos para sentarse bajo la sombra de unos sauces. Estaban a unos 300 metros de una zona conocida como “Los Arinos”.
Lola le preguntó al "Cachila" de dónde era. El cuidacoches le respondió que de Rivera. La adolescente, en tanto, le dijo que era argentina. También le comentó que estaba veraneando en el lugar en compañía de la madrina y de la familia de esta. También le contó al "Cachila" que tiene un novio de 16 años, compañero suyo del liceo.
Ambos se quedaron en el lugar una hora. Lola volvió a sentirse mal, a lo que el cuidacoches le sugirió que tome agua tras constatar que la joven llevaba una botella chica de agua sin gas. “Estábamos sentados abajo de un árbol, en un pasto, no en tierra. Yo le pregunté qué tenía y me dijo que un bajón de presión provocado por el calor y el camino recorrido por la playa”.
“El Cachila” le tomó el pulso a Lola y sintió que la joven estaba viva. No obstante, se asustó y se retiró del lugar, según declaró ante el juez penal de Rocha, Juan Manuel Giménez.
“Yo me asusté. No me dio para llamar a la Policía para que me ayude. (...) Yo tengo miedo que me culpen de algo que no hice. Yo la dejé ahí a ella bien. Puede haber venido un artesano, vio la mochila y la mató”, expresó el cuidacoches ante la Justicia.
Crimen fue aclarado por Policía Científica
A instancias de los abogados de la familia Chomnalez, Juan Raúl Williman y Jorge Barrera, se mantuvo la constancia de realizar muestras de ADN a todos los presos.
Esas pruebas eran almacenadas en un banco de ADN de Policía Científica. Pese a la tenacidad, a la hora de relevar las muestras no aparecía un ADN que permitiera acusar al asesino. La investigación siguió hasta que Policía Científica realizó un estudio y ubicó a un medio hermano del hoy condenado por la muerte de Lola.
El retorno
Poco después, “el Cachila” retornó al lugar. Debajo de un matorral o sombras de árboles, que denomina “la cueva”, “el Cachila” encontró el cuerpo semienterrado de Lola. Semanas más tarde, en el juzgado, dio detalles de su descubrimiento que coinciden con las fotos tomadas por la Policía.
“Su mochila estaba al lado de ella. Era una mochila negra. El monedero no lo vi nunca. No sé si tocaron la mochila” de la joven, declaró.
En el juzgado, “el Cachila” insistió en su temor a que le atribuyeran la autoría del homicidio de Lola. “Yo me acerqué, la vi semienterrada, pero no quise llegar. No avisé a nadie”, explicó el cuidacoches.
Juez Giménez: ¿Por qué no lo hizo?
Moreira: Porque si avisaba, me iban a culpar porque solo estaba yo ahí.
Juez Giménez: ¿La mochila de Lola estaba ahí?
Moreira: La mochila sí, la billetera no la vi.
Desarrollado el proceso penal, la fiscal de Rocha, Jessica Pereira, pidió la condena del “Cachila” como autor de un delito de encubrimiento a la pena de 10 años de penitenciaría.
A juicio de la fiscal Pereira, “el Cachila” estuvo antes y después en el lugar donde fue enterrada Lola.
En cambio, el juez Giménez entendió que no había pruebas suficientes que inculparan a Moreira y lo absolvió. La fiscal, luego, apeló.
El pasado jueves, el Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 4° Turno revocó el fallo del juez Giménez, le dio la razón a la Fiscalía y condenó al “Cachila” a cumplir una pena de ocho años de cárcel por un delito de encubrimiento, según informó El Observador.
En su fallo, al que también accedió El País, el Tribunal entendió que Moreira “encubrió” los hechos que desencadenaron la muerte de la adolescente pues “ayudó, colaboró, contribuyó o facilitó” que el autor o los autores del asesinato de Lola no fueran juzgados.
Y agregó que, de las pruebas recogidas por el juez Giménez -el caso se diligenció por el viejo Código de Proceso Penal donde la investigación es liderada por un magistrado- surgió que el cuidacoches “estuvo en la zona y también en el lugar de los hechos”.
El tribunal sostuvo: “Al respecto es dable reiterar que Moreira estuvo con la víctima en dos momentos. En efecto, cuando la misma estaba viva y se produjo el incidente del desmayo y luego con ella fallecida, enterrada en la arena, oportunidad en que la descubrió. Más específicamente, estuvo con la víctima cuando la misma vivía y posteriormente a su fallecimiento”.
El abogado del cuidacoches, Ignacio Morena, dijo a El País que presentará un recurso de casación ante la Suprema Corte de Justicia.
“Percibimos que (el tribunal) toma en cuenta únicamente sus declaraciones. Pero manejamos (que Moreira) fue presionado e inducido por policías y eso no se toma en cuenta”, señaló Morena.
Por su parte, Jorge Barrera, abogado de la familia Chomnalez junto con Juan Raúl Williman, coincidió con la teoría del caso de los fiscales Jorge Vaz y Jessica Pereira, mediante la cual se aseguró que “el Cachila” estuvo antes, durante y después del homicidio de Lola.
Leonardo Sena y “el Cachila” se conocían, según dictamen
El 19 de mayo de 2022, la Justicia de Rocha procesó con prisión por la muerte de la adolescente argentina Lola Chomnalez a Leonardo David Sena, de 39 años, quien ya tenía antecedentes penales por lesiones y por violación. El hombre fue detenido en el Chuy donde trabajaba como panadero.
El delito por el que Sena fue procesado es el de homicidio muy especialmente agravado.
La Policía logró vincularlo al caso a través de un familiar que está preso. Tras la detención le tomaron muestras de ADN que coincidieron con las halladas en las pertenencias de la adolescente argentina.
Según pudo saber El País, el hombre estaba caminando en la zona que va de Valizas a Aguas Dulces cuando se cruzó con Lola y quiso abusar de ella, mientras, el cuidacoches Ángel Moreira, apodado “Cachila”, habría estado presente en la escena del hecho.
En su fallo fechado el pasado jueves, el Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 4° Turno advirtió que debe considerarse la “contradicción” que existe entre lo que declaró en el juzgado el encausado Leonardo David Sena sobre que no sabía quién era el “Cachila”, que se enteró por la televisión sobre su procesamiento y que nunca lo vio en la playa de Valizas, con lo que dijo en la pericia psicológica donde sí admitió que lo conocía.
En dicha pericia, Sena sostuvo que “el Cachila” trabajaba en la zona y agregó que lo veía en forma frecuente, según se aseguró en el fallo del Tribunal de Apelaciones.
“Por lo tanto, este es un elemento importante que ubica al cuidacoches Moreira, no en la escena, pero sí en la zona del suceso”, insistió el Tribunal.
Sena fue condenado por una violación realizada en 2009 a una joven en barrio La Aguada de La Paloma.
Los investigadores policiales estiman que Sena pretendió abusar sexualmente de Lola y al no poder hacerlo, la hirió con un cuchillo, golpeó y luego le dio muerte apretando su rostro contra la arena.