El 28 de diciembre de 2023, autoridades de la cárcel de Santiago Vázquez (el ex-Comcar), ordenaron una requisa en parte del módulo 4. Al observar el movimiento de policías en el pasillo, ocho presos de la celda 48 pasaron, a través de un boquete de 60 centímetros de ancho y ubicado a un metro y medio del suelo, dos celulares y unos gramos de pasta base, hacia la celda 49.
La maniobra, en principio, funcionó. Los policías no detectaron la presencia de los celulares ni de la pasta base, y se retiraron del lugar, con el propósito de continuar con los controles aleatorios de rutina.
Como el módulo 4 fue uno de los primeros en ser construidos cuando se inauguró el Comcar en 1986, sus paredes son de bloques. Lo mismo pasa con los módulos 1, 2, 3, 5 y 6. Los reclusos logran remover estos bloques muchas veces con facilidad. Así lo hicieron los de la celda 48, para reclamar a los de la 49 que les devolvieran los celulares y la pasta base.
Tanto los teléfonos como la droga tienen gran valor dentro de las cárceles. Este aumenta dados los ferreos controles que se realizan en la puerta del penal y se incrementa luego de cada requisa.
Sabiendo esto, los internos de la celda 49 se negaron a devolver las cosas. Los de la 48, entonces, le otorgaron un plazo a sus vecinos.
Así las cosas, se desató un conflicto entre los ocupantes de las celdas.
Poco después de una negativa de entregar los dos celulares y la pasta base, presos de la celda 48, por venganza, armaron una lanza con un palo de hierro y en la punta colocaron un pedazo de colchón de polyfon empapado con nafta.
La lanza con la punta encendida fue arrojada por la ventana hacia el interior de la celda 49. Como había colchones, también de polyfon, el fuego se expandió con facilidad.
Dos reclusos murieron al instante. Otros dos presos ensancharon el boquete de la pared y lograron pasar hacia la celda contigua, según dijeron a El País fuentes del Ministerio del Interior.
Allí nadie los increpó. La venganza ya se había consumado.
Al comenzar a extenderse el fuego, los reclusos comenzaron a hacer un boquete para pasar a la celda 50. Allí arribó el personal con máscaras, debido a la gran cantidad de humo tóxico. En particular, un policía abrió la puerta y sacó a los restantes presos.
Se trata de un hecho casi inédito. Fuentes penitenciarias señalaron a El País que en estos casos muchas veces los guardia abren las puertas de las celdas y obligan a otros presos a que ingresen a rescatar a víctimas de incendios o de peleas.
El policía sufrió quemaduras en los brazos. Además de los dos reclusos fallecidos dentro de la celda, otros dos perecieron al día siguiente del ataque, el 29 de diciembre de 2023, en el Centro Nacional de Quemados (Cenaque).
El miércoles 3, uno de los presos heridos fue dado de alta en el Cenaque. Mientras que otro interno se recupera en forma favorable. El martes 9, uno de los presos quemados falleció. Dos días más tarde, el jueves 11, murió el sexto interno por las graves quemaduras sufridas.
Junto a la celda donde se produjo el incendio, el director del centro dijo que había “una botellita chica” con material inflamable, por lo que una de las hipótesis es que los atacantes hayan robado combustible de una máquina cortapasto.
El caso es investigado por el fiscal de Homicidios de 1er Turno, Carlos Negro, quien subrogó a la fiscal de la misma materia de 3er Turno, Adriana Edelman.
Según dijo una fuente de la Fiscalía a El País, la Unidad de Investigación y Análisis Penitenciario (UIAP) de la Dirección Nacional de Investigaciones ya tomó declaraciones a los presos involucrados.
Superpoblación
El incendio de una celda y la posterior muerte de reclusos no fue un hecho aislado. Hoy el penal de Santiago Vázquez aloja a casi 5.000 reclusos. Tiene una superpoblación de 120%.
Esa situación genera problemas casi diarios de convivencia entre encarcelados que deben ser resueltos por el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Luis Mendoza, y su equipo.
Según supo El País, la estrategia de Mendoza para “enfriar” el sistema es rotar continuamente a los presos de cárceles, en función de sus conductas e, incluso, trasladarlos al interior del país.
En este momento, el sistema carcelario aloja a 15.648 presos. Esa cifra se duplica, si se cuenta a los internos que cumplen medidas sustitutivas a la pena de penitenciaría (prisión domiciliaria, libertad a prueba, etcétera).
En el operativo que se realizó antes del incendio, se constató que “un funcionario ingresaba una garrafa grande de agua mineral, de 6 litros, y dos botellas grandes de gaseosa fruté manzana”. Sin embargo, en el bidón de agua había vodka y en las botellas de refresco había whisky. El incidente se dio, también, luego de que se hicieran públicas imágenes de las requisas que mostraban a los presos todos en ropa interior.
Inddhh dice que fue “un horror” y “representa la falla del Estado”
La presidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh), Jimena Fernández, calificó como “una tragedia” y “un horror” la muerte de los seis presos del penal de Santiago Vázquez (ex-Comcar) ocurridas en los últimos días.
“Lo sucedido representa una falla del Estado. Estamos frente a un sistema penitenciario que debe ser reformado, porque viene funcionando mal desde larga data”, manifestó Fernández.
Señaló que el Inddhh monitorea casos puntuales que suceden en la prisión, pero ahora el organismo impulsa una ronda de consultas para tratar de buscar una solución preventiva al problema carcelario.
Por ello, la institución estableció un canal de comunicación diario con el comisionado parlamentario, Juan Miguel Petit, y mañana se realizará una reunión entre ambas partes para analizar lo sucedido.
En forma simultánea, la Inddhh iniciará una ronda de contactos con integrantes del Poder Ejecutivo y legisladores de todos los partidos y la sociedad civil, para buscar una solución de fondo al problema carcelario.
“Las cárceles no rehabilitan. Es de interés del Estado y de la sociedad, pragmáticamente, sentarse alrededor de una mesa y pensar qué hacer con el sistema carcelario. Todos estamos de acuerdo en que hay que reformarlo”, concluyó Fernández.