La creciente del Uruguay trae pirañas y serpientes

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Enormes pirañas capturadas, de un tamaño superior a lo habitual. Foto: Andrés Sánchez.

Desde siempre, Verónica Correa vivió muy cerca de la costa sanducera, su padre fue pescador y ahora es su marido el que todos los días remonta el río Uruguay en busca del sustento.

Nunca había visto pirañas tan grandes en la zona. Las que aparecieron en los últimos días miden más 30 centímetros de largo y tienen un hambre voraz. Comen todo lo que encuentran, lo que incluye la captura de los pescadores.

La creciente del río Uruguay no perdona al litoral y los efectos se sienten en las redes de los pescadores de Salto y Paysandú. Las pirañas "vinieron con la creciente, han destrozado todo y se comen los pescados. Ahora sacamos otra, las tiramos porque no sirven para nada", dijo la mujer.

Tan excepcional es la presencia de estos peces carnívoros que su padre, el pescador retirado, está disecando una de las pirañas capturadas, contó. "Quedará en un cuadro para el recuerdo", señaló Verónica.

Las pirañas aparecen al mediodía y en las primeras horas de la tarde, cuando la temperatura del agua sube un poco. "Se las puede ver al solcito", dijo la mujer. "Ayer sacamos varios bagres y un patí totalmente comidos por las pirañas. A esos los usamos para carnada, no se pueden vender", explicó.

El río también trajo otras alimañas. Ayer Verónica observó muy cerca de su casa una "víbora con aros rojos". "Me parece que era una coral", supone. Como si fuera poco, viene presenciando un desfile de ratas, cangrejos y otros "bichos".

Como si fuera poco, la casa de la familia de Verónica está inundada. Aclaró que todavía no evacuaron pero podrían hacerlo en las próximas horas.

vecinos.

En las costas de Salto pasa algo parecido. Por estos días se están retomando las actividades de pesca artesanal tras la veda anual resuelta por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Las pirañas también están destrozando las redes de los pescadores salteños.

"Si no revisamos las redes o recorremos los espineles antes del amanecer, solo encontramos los esqueletos de los pescados, es un infierno el daño que nos están haciendo las pirañas", dijo a El País Juan Carlos Pérez, un pescador que hace mas de 30 años que se dedica a la pesca comercial artesanal.

Mientras dura la veda de pesca Pérez se traslada a trabajar a la zona del río Arapey. Contó a El País que allí pudo ver que las pirañas actúan con gran violencia en aguas que tienen poco movimiento y cuando las temperaturas son elevadas.

El trabajador aseguró que los cardúmenes llegan a atacar al ganado vacuno. "A las vacas estos bichos le llegan a comer parte de la ubre", afirmó. Pérez pidió que la Dirección de Recursos Acuáticos (Dinara) instrumente una normativa que permita la captura de estos peces al tiempo que asegure la colocación del producto en el mercado nacional o el exterior.

"Nadie va a pescar a las pirañas porque es una gran pérdida de herramientas tales como redes y espineles", dijo.

Ataque.

En el comienzo del año 2014 unos 30 bañistas fueron atacados por un cardumen de pirañas en la costa argentina del río Uruguay frente a la ciudad de Salto. El episodio ocurrió en dos playas del lago de la represa de Salto Grande y se supone que obedeció a las altas temperaturas y a la calma de las aguas de aquel momento.

Este año la situación es muy distinta. La creciente borró las playas del litoral y la temperatura de las aguas es inferior a la que había enero de 2014. Fuentes de la Prefectura Nacional Naval indicaron que por el momento no se han reportado denuncias de bañistas por efectos de mordeduras de estos peces.

Las autoridades argentinas instalaron una malla protectora alrededor de las playas para evitar nuevos ataques.

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Enormes pirañas capturadas, de un tamaño superior a lo habitual. Foto: Andrés Sánchez.

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