La disfunción eréctil es el trastorno sexual más frecuente en Uruguay

| Fumar y tomar alcohol lejos de favorecer la sexualidad, pueden causar este trastorno

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoce como un problema que genera el mismo grado de discapacidad y severidad que otras enfermedades, como la angina de pecho, fractura del antebrazo o la artritis reumatoide.

Cuando se producen trastornos de la esfera sexual el individuo puede sufrir una afectación psicológica que ensombrece su calidad de vida, su autoestima, su relación con la pareja, la familia y su medio laboral y social. Además la disfunción eréctil puede ser síntoma de enfermedades orgánicas no diagnosticadas; es por eso que tiene tanta importancia recurrir a la consulta médico-sexológica para realizar la correcta valoración y tratamiento. Consultamos sobre el tema al Dr. Santiago Cedrés, médico internista, especialista en sexología, actualmente docente grado 2 de Medicina Interna de la Facultad de Medicina del Uruguay.

En la actualidad se prefiere no utilizar el término impotencia al referirse a este trastorno, para eliminar todo matiz peyorativo. La disfunción eréctil se define como la incapacidad del hombre para lograr y mantener una erección suficiente para realizar el coito. Si logra la erección y la pierde antes o a poco de la penetración sin eyacular, también se trata de una disfunción eréctil. Esta definición se restringe a la capacidad de la erección del pene y no incluye alteraciones de la libido, la eyaculación o el orgasmo.

Un estudio de prevalencia de esta disfunción sexual en Uruguay, desarrollado por el Dr. Cedrés en el año 2002, arrojó cifras asombrosas: 60 % de los hombres mayores de 18 años evaluados al azar presentaban esta disfunción.

CAUSAS. El Dr. Cedrés señaló que las causas son múltiples y pueden ser orgánicas, emocionales o mixtas.

La conflictiva de la pareja, así como la ansiedad y la depresión se acompañan muchas veces de disfunción eréctil; sobre todo en pacientes jóvenes. El estrés laboral y familiar es una de las principales causas emocionales de las disfunciones sexuales en el hombre mayor de 40 años.

La edad es un factor muy importante; al pasar de 40 a 70 años la probabilidad de padecer Disfunción eréctil completa se triplica desde el 5% al 15%, mientras que la probabilidad de sufrir Disfunción eréctil moderada se duplica desde el 17% al 34%.

La diabetes es la enfermedad endócrino-metabólica que más frecuentemente se asocia a esta problemática. Hasta 35 a 50% de los diabéticos la presentan. Además ocurre a edad más temprana que en la población general.

La disfunción eréctil también está claramente relacionada con la hipertensión arterial, los trastornos del colesterol, del ácido úrico y la insuficiencia renal crónica.

Fumar (independientemente del número de cigarrillos) y tomar bebidas alcohólicas en exceso, lejos de favorecer la sexualida, es una causa de disfunción eréctil.

El uso de algunos medicamentos, sobre todo para el tratamiento de la hipertensión arterial o de la insuficiencia cardiaca, tiene un efecto deletéreo en varias fases de la respuesta sexual, incluyendo la función eréctil.

La radioterapia puede provocar una lesión severa del tejido eréctil. Pacientes con cáncer de próstata que reciben este tratamiento, desarrollan Disfunción eréctil en el 50-79%.

DIAGNÓSTICO. Para la evaluación es imprescindible lo siguiente: historia clínica completa, exploración física y determinaciones analíticas básicas (exámenes de sangre.

Con respecto al tratamiento siempre debe ser realizado por un médico, y preferentemente, en interconsulta con un psicoterapeuta. Inicialmente deben corregirse los factores de riesgo modificables y si persiste la Disfunción eréctil se establece una propuesta terapéutica médica escalonada de menor a mayor agresividad, comenzando con el sildenafil en comprimidos ; siguiendo con los inyectables intra cavernosos hasta llegar a las prótesis peneanas.

El sildenafil se debe tomar una hora antes de la relación sexual, y actúa 4 horas. Para lograr los efectos terapéuticos es imprescindible la presencia de deseo y estimulación sexual. Otros fármacos orales que todavía no están disponibles en Uruguay son el Tadalafilo y el Veredenafil.

El tratamiento con inyección en el pene a nivel de los cuerpos cavernosos, produce una adecuada rigidez peneana. Para su efecto no precisa deseo ni estimulación sexual e induce rigidez peneana a los 5-6 minutos.

Tres tipos de prótesis peneanas están actualmente siendo empleadas: el implante hidráulico, la prótesis maleable y el implante de bloques plásticos. Todas deben ser colocadas quirúrgicamente.

Muchos tratamientos actuales son muy eficaces y seguros. No son mágicos y cierta espontaneidad es sacrificada, pero para muchas parejas, esto es bien recompensado por el placer sexual restaurado.

El problema específico que causa la impotencia dicta la modalidad del tratamiento. El primer paso es definir la causa, luego se debe valorar la severidad y tratar la solución más sencilla y menos arriesgada. Es por eso que el Dr. Cedrés insiste en la necesidad de consultar al médico sexólogo, en lugar de automedicarse sin previa valoración ni diagnóstico médico.

Consejos para la disfunci0n erectil

Tener en cuenta que el tener una erección insuficiente, no implica que la persona sea un "impotente", ni disminuye su valor como persona, ni como varón.

Incentivar unas relaciones sexuales flexibles, espontáneas, donde la sensualidad y la ternura tengan un papel importante, donde no existan obligaciones absolutas como llegar "siempre" al orgasmo, ni expectativas excesivas y no realistas.

Generalmente la pareja tendrá que intervenir en el proceso de tratamiento.

Explorar y combatir mitos negativos que generalmente van unidos a la disfunción eréctil.

La DE no supone que haya necesariamente un conflicto afectivo en la pareja.

La DE no implica que el hombre haya perdido interés sexual por su pareja o que esté teniendo relaciones sexuales extraconyugales.

En la DE sólo está afectada, en principio, la fase de excitación. El varón puede sentir deseo y placer sensual.

Modificar el estilo de vida, valorar la importancia del estrés y del exceso de trabajo en la sexualidad.

Para tener unas relaciones sexuales satisfactorias se requiere un cierto clima emocional que hay que cultivar: sosiego, tiempo, no estar agotado.

Cultivar un clima de tolerancia a la frustración ("no siempre puede salir todo bien, puede haber altibajos en el tratamiento") y tener un cierto sentido del humor lo que siempre facilita mucho las cosas.

Independientemente de su causa, cualquier persona con este trastorno desarrolla una serie de mecanismos disfuncionales, básicamente un exceso de autoobservación y una falta de atención hacia los estímulos eróticos, junto con una serie de anticipaciones negativas, que le llevan a evaluar constantemente su función erectiva, lo que contribuye a consolidar o a agravar el problema y a distorsionar la comunicación sexual de la pareja. Para romper este círculo vicioso, se debe variar un poco la dinámica de la relación sexual, dando más importancia a las caricias no genitales en una actitud no evaluativa, donde lo más importante sea el cultivo de la sensualidad. Este es uno de los recursos básicos de la terapia sexual y es útil para romper las rutinas de autoobservación que hayan podido crearse.

Modificación de estilos de vida : abandonar el hábito tabáquico, reducir la ingesta alcohólica, practicar regularmente ejercicio, disminuir el exceso de peso, reducir el consumo de grasas en la dieta y, en general cualquier cambio conductual que promueva una mejoría del bienestar físico y mental es probable que tenga un efecto positivo sobre la función sexual.

Tratar las enfermedades asociadas: El tratamiento y control óptimo de las enfermedades médicas asociadas a la DE (diabetes, hipertensión arterial, dislipemia etc.) es fundamental.

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