Desde que se levanta hasta que se acuesta, la persona se siente cansada. Esa falta de fuerzas es constante desde hace varios meses y no hay día libre, fin de semana, o una buena noche de sueño que lo libere. Esta situación repercute invariablemente en la actividad profesional y en las relaciones personales. No hay una causa sola que la provoque, ni siquiera un tratamiento específico. Es un trastorno denominado Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), tan difícil de definir como de tratar. De hecho no hay cura, sino prácticas para sobrellevarlo lo mejor posible.

De acuerdo con Ruben Cesarco, jefe de la Unidad de Medicina Psicosocial del Hospital Maciel, la fatiga puede ser un síntoma de enfermedades como depresión, anemia o de casos de mal nutrición. Pero el SFC es una patología en sí. Para eso, la sensación de cansancio "debe extenderse por seis meses, no aliviarse con el descanso y asociarse con una disminución de la actividad del individuo". Esa baja en la productividad "está mensurada en un 50%", según dijo el médico.

Además, esta situación deberá estar acompañada por otros síntomas como pérdida de la memoria y de la concentración, formación de ganglios a nivel cervical, dolores musculares, de cabeza, de garganta y articulares "sin que las articulaciones estén inflamadas". Previamente a que el SCF sea diagnosticado, se deben descartar otras patologías médicas o psiquiátricas.

No hay cifras que indiquen la prevalencia de esta enfermedad en Uruguay. En Estados Unidos, estudios realizados en ciudades como Seattle o San Francisco señalan que la padecen 200 cada cien mil personas. El sitio web especializado del Institut Ferran de Barcelona indica que en España esta patología la sufre el 0,5% de la población.

Esos estudios dejaron claro que el 98% de los casos pertenecían a personas de raza caucásica y el 85% correspondían al sexo femenino. La media de edad rondaba los 30 años, el 80% tenían "formación académica avanzada" y "la tercera parte" integraba la franja socioeconómica alta. Empero, especifica que esta información proviene solamente de los casos que recibieron atención médica.

Pese a estar más estudiada en el hemisferio norte, el doctor Cesarco asegura que nadie está a salvo de padecer fatiga crónica. No hay límites de edad, sexo o profesión.

NO ES ESTRES. El SFC no es lo mismo que el estrés. A este último, Cesarco lo definió como "una serie de estímulos internos y externos que nos provoca adaptarnos a algo". Pese a las connotaciones del tema, el estrés no tiene por qué ser algo negativo. "Un reto que sabemos poder dominar es algo que redunda positivamente. Lo malo es cuando uno se siente vencido por las situaciones", explicó.

La falta de fuerzas que interfiere en la vida cotidiana es el rasgo distintivo del Sídrome de Fatiga Crónica. "Su origen es múltiple; tanto pude ser de naturaleza hereditaria como neurológica, endocrinológica y hasta viral", dijo a El País el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina del Trabajo, Franco Danza.

Para Danza, la sintomatología incluso puede variar de acuerdo a la actividad que realice el individuo. Así como las causas y sus manifestaciones, tampoco el tratamiento es uno solo. "Se debería analizar desde el punto de vista ergonométrico, vinculando al paciente con su tarea".

SIN CURA. Sea como sea el disparador, quien padece SFC deberá ser consciente de que tendrá que lidiar con él toda su vida. Si bien la mejoría puede ser constante al aferrarse a un tratamiento determinado, esta patología tiene una importante probabilidad de recaídas y retrocesos.

Además, es una patología que puede generar "etiquetas" negativas que afectan incluso la autoestima del paciente, tales como sentirse "vago" o "inútil". Según Cesarco, quien lo padece casi que debe "demostrar" a la sociedad (y a su médico) que está enfermo. "El individuo no puede asumir sus responsabilidades porque realmente no le da el cuerpo. Entonces, si se le diagnostica SFC, esto representa una suerte de ‘explicación válida’ a su sufrimiento". El diagnóstico de fatiga crónica representa el primer alivio para el paciente.

El tratamiento depende de cada paciente y puede incluir fármacos tales como antidepresivos para el dolor neurálgico. Otros medicamentos podrían ser recetados para el resto de la sintomatología. Por supuesto, deberá diseñarse un cronograma de ejercicios para inducir al individuo a que retome la actividad de forma progresiva. "Luego del diagnóstico, el principal paso es convencer de cambiar el estilo de vida, que se paralizó hace meses", indicó Cesarco. En algunos casos, ese "estilo de vida" ha provocado el pasarse jornadas enteras en la cama.

Como en toda enfermedad crónica, es fundamental la relación entre médico y paciente para un buen tratamiento. El sitio web familydoctor.org indica en relación al SFC que el profesional deberá ayudar al individuo a "encontrar maneras de tolerar los cambios" que esta patología provoca en su vida diaria del punto de vista físico, social y emocional. Los fármacos que se receten están destinados a dolencias y malestares específicos, el resto del tratamiento puede incluir atención psicológica o psiquiátrica. El entorno familiar también es fundamental.

En la misma línea opina el doctor Ruben Cesarco, enfatizando en el rol de confianza y contención que debe generar el médico, sobre todo tomando en cuenta las "etiquetas" (ver nota central) que provoca esta enfermedad. Sobre todas las cosas, resaltó, el galeno nunca deberá juzgar.

CASO TESTIGO. "El caso típico es el que ocurrió en el (Hospital) Maciel con una mujer de poco más de treinta años. No podía trabajar como solía y en su casa pasaba la mayor parte del tiempo en la cama. Ya había comenzado a perder la memoria y presentaba cuadros febriles", recordó. Esa misma paciente había recorrido consultorios de médicos de distintas disciplinas sin que nadie pudiera acertar con su dolencia.

Finalmente, se le diagnosticó Síndrome de Fatiga Crónica. Ese fue el primer paso en su recuperación. Además de recetarle antidepresivos, Cesarco le indicó que comenzara a caminar. Primero fue una vuelta a la manzana, "eso parecerá poco para alguien sano, pero para quien está en esa situación algo tan simple representa un avance enorme". Hoy recuperó la energía y se convirtió "en una adicta a la caminata", según el médico.

Hoy 12 de mayo se celebra el "Día Internacional de Reconocimiento" de las "Enfermedades Inmunoneurológicas Crónicas". Estas incluyen, además del SFC, el Síndrome Fibromiálgico, el Síndrome de la Guerra del Golfo y el Síndrome de la Sensibilidad Múltiple a los Químicos.

Según indica la página en Internet de la Asociación Argentina del Síndrome de Fatiga Crónica (AASFC), el objetivo de esta jornada es "hacer partícipes a los distintos sectores de la sociedad" para "propiciar el conocimiento y reconocimiento del SFC como una genuina condición clínica cuya causa y tratamiento necesitan ser objeto de estudio e investigación".

Si padece Fatiga Crónica, mantenga un diario identificando las horas en las que sienta más energía. Para ese tiempo planee sus actividades.

Tenga un nivel de actividad y ejercicio acorde a sus posibilidades.

Reconozca y exprese sus sentimientos de ira, frustración y tristeza a amigos, familiares y médicos. Usted necesita lamentar la energía perdida.

Pida ayuda y apoyo a familiares y amigos. Puede buscar apoyo en grupos que aborden este tema. El doctor es otro recurso importante de ayuda. Es fundamental el apoyo emocional para poder tolerar un problema de salud crónico.

Si su memoria y concentración sufren los efectos del Síndrome de Fatiga Crónica, mentenga una lista y haga notas para recordar posteriormente cosas importantes. También, dése tiempo para hacer cosas que requieran concentración. Hay medicinas que pueden ayudar a dormir mejor, lo que a su vez mejora la concentración y la memoria.

(Fuente: familydoctor.org)