Ese mismo día hubo un temblor de tierra fuerte en Chile. Alfonsina estaba en la sala de recuperación y la camilla se le movía. Lloraba. De pronto, llegó el mejor amigo de su marido, cirujano de profesión, la ve y le pregunta por qué estaba triste.

"La peor noticia ya te la dieron, de ahora en más son puras buenas noticias. Date cuenta que la que está con temas sos vos y no ella”, le respondió.
El construir nuevos paradigmas en su caso fue lento y fue un proceso de replantarse un montón de estereotipos preestablecidos. En un principio veía más al síndrome de Down que a su hija. “Cuando miraba a Cande no la encontraba parecida a mí ni a mis papás ni suegros. A nadie. Veía sus rasgos de síndrome de Down y, como para mí era tanto tema el síndrome de Down, no veía a mi hija”, confiesa la autora.

Fue a los tres meses, en un momento en que su bebé comenzó a reírse en que todo cambio. “Se mi hizo la luz, ahí puede verla a ella y darme cuenta que ella no era el síndrome de Down, que ella era Candelaria”, asegura.
Empezó una nueva etapa de romper mitos y conocerla.

“A Cande no le pido nada y me da todo”, asegura Alfonsina al agregar que adoptó esa filosofía en su vida: “Hoy en día esperamos mucho de las otras personas, esta persona por cómo la veo, la encasillo, espero o no tal cosa de ella. Y Cande me enseñó que no es así. Que todo lo que no podía esperar de ella, era esperable”.

“Yo tenía asociado el síndrome de Down con personas con coeficiente bajo, y no. Candelaria es una niña muy inteligente. Lo tenía asociado con la dependencia. Cande es increíblemente independiente. Fue como romper con eso de esperar del otro algo y dejarme sorprender. Creo que cuando uno se deja sorprender da lugar a poder ver las características positivas que tiene el otro, en vez de enfocarnos en lo que nosotros ya creemos o prejuzgamos de esa persona”, sostiene.

Una de sus principales luchas es la inclusión. Alfonsina es una fuerte defensora de este término, pero tiene reparos en cómo se emplea en la actualidad. “Me da mucho miedo que se esté vapuleando como ocurrió con el concepto gourmet o sustentable. Son términos que se ponen de moda y los usamos para todo. Y englobamos muchas cosas ahí adentro”, manifiesta.

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Para la autora, la base es la empatía: “La inclusión no es tolerancia, a mí no me interesa que nadie tolere a mi hija, a mí me interesa que acepten a mi hija como es”. Y agregó: “Es habilitar al otro a que sea el otro. Y poder empatizar con lo que somos iguales y poder entender lo que no y ayudarte a llevarlo adelante”.

Además del blog Cande Down Side Up, Alfonsina lanzó Rompe Mitos, un libro que destierra, de manera simple y en un lenguaje accesible, 31 mitos que como sociedad acuñamos sobre la condición de síndrome de Down. Asimismo, es la creadora de la campaña En tus zapatos, que se convirtió en un clásico de octubre. En el mes de la concientización del síndrome de Down esta acción invita a ponerse en lugar del otro y a salir con un zapato de cada par.

La historia de Alfonsina es una de las 10 que componen al ciclo “Universos. Historias que construyen futuro”, que presentan MAPFRE y El País. En esta ocasión participaron en la moderación Erika Hoffmann, directora y socia fundadora Tinker; Silvana Nicola, editora de Eme en El País; y Juan Pedro Mir, director de Primaria del Colegio José Pedro Varela.

Compuesto por una decena de encuentros registrados en formato audiovisual con referentes de la historia reciente de Uruguay y publicado en las distintas plataformas del medio de comunicación y de la aseguradora, el ciclo apunta a impulsar la generación de contenidos relevantes junto a personas transformadoras que transmitan desde su experiencia.