"La inseguridad y la corrupción llevan a mucha gente pensar en un golpe"

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Mitchell Seligson

Desde el Barómetro de las Américas, Seligson y otros investigadores toman el pulso a las percepciones de los ciudadanos de 22 países sobre la democracia y sus diferentes expresiones. En América Latina dominan hoy ampliamente regímenes electos democráticamente, pero no se trata de un proceso consolidado, ni por su extensión en el tiempo ni por su calidad institucional, ya que hay muchos gobiernos populistas. Hoy las democracias de la región aparecen vulnerables a las crisis económicas -y hay una grande en ciernes-, a la corrupción en el manejo de la cosa pública y al incremento de la violencia y la sensación de inseguridad, señala el experto.

Alejandro Nogueira

-A partir de los resultados en Uruguay del Barómetro de las Américas, ¿cuál es su impresión sobre la calidad de la democracia en Uruguay?

-Las noticias son bastante buenas, distintas a las variadas que vimos en Bolivia u Honduras de donde venimos. Uruguay va bien, no es ninguna sorpresa, con un alto apoyo a la democracia y a sus normas y valores, en comparación con otros países que estudia esta encuesta que es la única que cubre Estados Unidos, Canadá, México, el Caribe y toda Sudamérica.

Uruguay está en los primeros lugares y en temas como corrupción tiene muy buenos indicadores. Un país con corrupción siempre está castigado por la falta de control del sector público y Uruguay tiene el premio de tener los menores niveles de corrupción en el continente.

-¿Cuáles cree que son los puntos más flojos de Uruguay?

-Hay una brecha bastante grande entre mujeres y hombres en cuanto a su experiencia de la corrupción. En el marco de la buena noticia, los hombres son dos veces más propensos de ser victimizados por la corrupción, lo que implica que el hombre participa más en lo que es público que la mujer, que está más volcada al hogar.

-América Latina está en una coyuntura histórica en la que dominan las democracias. Salvo Cuba, hay sistemas democráticos en todos los países. ¿Le parece que estos sistemas democráticos están consolidados o cree que todavía no?

-La consolidación es a veces una esperanza. Estamos hablando hoy de una posible crisis económica global y la economía afecta mucho en América Latina las actitudes democráticas. Cuando hay problemas serios en la economía la gente piensa en soluciones rápidas que a veces se ven frustradas por la lentitud de la democracia en dar soluciones.

Por ejemplo, la situación de los partidos políticos como representantes de la gente no va muy bien ni en Uruguay ni en el resto de la región y son los que tienen menor confianza.

-En el caso de Uruguay la existencia de un sistema de partidos bastante estable ha sido una explicación de su apego democrático, al contrario de lo que sucede en otros países donde los partidos desaparecen y surgen nuevos todo el tiempo. ¿Ve riesgos en la democracia por la cuestión económica o por la falta de tradición de partidos políticos?

-No tenemos dos siglos de tradición democrática. De ninguna forma hay garantías. Uruguay tiene una tradición democrática de muchos años, pero también se rompió con la democracia.

Además tenemos democracias no liberales, como el caso de Venezuela y posiblemente el caso de Bolivia.

En varios países se está tratando de limitar a los poderes democráticos tradicionales y concentrar mucho poder en el presidente. Es un gran riesgo. No es el caso de Uruguay, pero hay otras realidades.

Hay intentos de cambio no todos buenos y eso genera problemas porque las personas no saben cuáles son las reglas de juego y esto es especialmente importante en las inversiones.

-En el Barómetro de Uruguay impactó el dato de que el 36% está dispuesto incluso a aceptar un golpe de Estado para afrontar la delincuencia creciente y la sensación de inseguridad pública, aunque este porcentaje sea menor al de otros países relevados en el Barómetro ¿Cómo lo valora?

-Anteriormente se ha preguntado esto en relación a problemas como la alta inflación o las protestas estudiantiles. Hoy éstos no son problemas y sí lo son la inseguridad y la corrupción. Son estos temas que para muchas personas justifican la terminación de un sistema democrático y su sustitución por un régimen militar, suponiendo que los militares no son corruptos, lo que no creo.

Hay países como El Salvador que han pasado por períodos de guerra civil, de regímenes militares, de violación a los derechos humanos y hay apoyo fuerte de la gente a optar por un régimen militar en un país con una tasa de homicidios y delincuencia bastante alta.

-Igualmente impresiona que en Uruguay donde hay una mala percepción de la seguridad pero menos mala que en otros países, un tercio de la población considere que un golpe militar es la solución.

-No podemos sobreinterpretar esto. Lo que se señala es que en situaciones de crisis económica complicada por un ambiente en algunos países de bastante corrupción y, además, delincuencia, puede llevar a la gente a buscar soluciones rápidas ante la demora en las repuestas de los partidos y las instituciones democráticas.

-Uruguay aparece con un alto apoyo a la democracia, 85,3%, un poco menos que Argentina y bastante más que países como Brasil y Chile, lo que sorprende.

-Esta pregunta depende mucho de la concepción de lo que es la democracia. Pero hay visiones muy distintas sobre qué significa la democracia y en muchos casos encontramos que la gente no sabe definir qué es la democracia, la asocia a la libertad y a las elecciones, pero también la asocia al libre mercado y al capitalismo, como sucede, por ejemplo, en Chile.

Perfil

Nombre: Mitchell Seligson

Edad:

62 años

Otros datos:

Casado, una hija, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Vanderbilt

Estudioso de la democracia

Fundó y dirige desde 2004 el Lapop, Proyecto de Opinión Pública de Latinoamérica de la Universidad de Vanderbilt de Nashville, Tennesse, que explora las relaciones entre los ciudadanos y las instituciones democráticas. Los resultados de esta investigación, basada en miles de encuestas en 22 países de la región, Estados Unidos y Canadá, se reporta anualmente en el Barómetro de las Américas. Temas como la seguridad, la corrupción, la economía son analizados en los diferentes países junto a la valoración de los ciudadanos de su confianza en los partidos políticos, los medios de comunicación, la Policía, etc.

Seligson tiene un impresionante curriculum académico con títulos en las universidades de Pittsburg, Michigan y Florida.

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