En Chile, estudios advierten que entre el 50% y el 60% de los pacientes que necesitan audífonos no los usa o lo hacen sólo de manera esporádica. Un grave error si se considera que los adultos mayores que sufren una pérdida auditiva tienen un riesgo mayor de desarrollar problemas cognitivos, sobre todo en algunas áreas de la memoria.
Aunque se desconoce con exactitud la causa, se estima que el aislamiento social en que suelen caer estas personas sería uno de los factores que favorecen la pérdida de habilidades mentales.
Investigadores del Centro de Salud y Envejecimiento de la U. Johns Hopkins, que realizaron este estudio, plantean también que el esfuerzo por tratar de escuchar mejor hace que se pierda parte de la energía que ocupa el cerebro en sus funciones de pensamiento y memoria.
"La pérdida de audición no debe considerarse como algo trivial durante el envejecimiento. Este hallazgo enfatiza cuán importante es que los médicos evalúen este problema con sus pacientes y sean proactivos en la búsqueda de una solución", dice el doctor Frank Lin, a cargo de la investigación en la que se evaluó a 1.984 personas de 75 a 84 años.
Algo fundamental si se considera que no todas las personas con problemas auditivos tratan de corregirlos.
"Muchos adultos rechazan el audífono desde un punto de vista emocional; sienten que los ´declara como adultos mayores´ o que confirma de alguna forma que han envejecido", comenta el doctor Hayo Breinbauer, otorrinolaringólogo de la UC. "En esos casos es importante rescatar las ventajas que traen estas terapias, como ayudarlos a volver a participar activamente al interior de sus familias y en sus grupos de amigos".
Sonia Ramírez (85) tuvo claro desde un principio esos beneficios, y por eso no ha dejado de usar nunca sus audífonos en estos últimos diez años. "Me los sacó nada más que para dormir. Usarlos fue un gran cambio y no me costó acostumbrarme; cuando me propongo algo, lo cumplo".
Reconoce que gracias a eso mantiene una vida normal, con reuniones y salidas a todas partes. "No me complica para nada usarlos; lo importante es que me siento bien y puedo comunicarme con todo el mundo".
Como precisa el doctor Breinbauer, la audición permite "conectarnos con las personas que nos rodean. Uno de los principales riesgos de la pérdida de audición es la disminución de la calidad, frecuencia y reciprocidad de las relaciones sociales". Con todos los riesgos que ello implica.
"Los sentidos, como la vista o la audición, alimentan de estímulos al cerebro; de lo contrario se atrofia. Y eso incide a nivel cognitivo", comenta el doctor Homero Gac, de la Sociedad Chilena de la Sociedad Chilena de Geriatría.
En la investigación del doctor Lin -que aparece en la edición online de la revista JAMA Internal Medicine- se vio que habilidades como la atención y la abstracción se veían alteradas en las personas con problemas auditivos sin tratamiento. En ellos, la pérdida de habilidades cognitivas se producía hasta 40% más rápido que en una persona con audición normal.
A eso hay que agregar, como precisa el doctor Gac, que un trastorno auditivo aumenta el riesgo de caídas y depresión.
Según la OPS, alrededor del 30% de los mayores de 60 años y el 60% de quienes son mayores de 85 años tienen una pérdida auditiva significativa.
EL MERCURIO /GDA