Entrevista a la Directora de Dermatología Infantil del Pereira Rossell.

Jabón Dove lanzó el mes pasado Memorias de Piel, un libro que reúne historias de personas marcadas con distintas huellas en la piel. El objetivo de Dove es que todas las personas se acepten como son, y lo recaudado con las ventas será donado a la Unidad de Dermatología Pediátrica del Hospital Pereira Rossell. En este contexto, la directora de esta Unidad, Mariela Alvarez Goya comparte algunas recomendaciones para proteger la piel, así como el trabajo realizado en el Hospital con niños.

—¿Qué cuidados especiales hay que tomar respecto a la piel?
—La piel es la barrera que nos protege del medio externo, y por eso hay que preservarla sana. Para esto es importante fijarse en el pH y los componentes de los jabones que se usan. Como referencia, se debe tomar en cuenta que el pH de la piel es ácido y varía entre el 5,5 y 5,9. Por lo tanto, el pH del jabón debe estar por debajo de ese número, para que la piel cumpla su función y conserve la cantidad de lípidos o grasas que la constituyen.

— ¿Por qué recomienda la barra de jabón Dove?
—La composición del producto es superior a la de un jabón, es lo que llamamos un sustituto de jabón. Esto hace que el producto tenga un pH adecuado para la higiene de la piel, y además le aporta lípidos._Estos son importantes porque estimulan la reparación de aquella piel dañada. La barra de jabón_Dove tampoco tiene agregados de perfume, que no se recomiendan porque irritan la piel.

—¿Cuáles son los cuidados que se deben tener en invierno?
—En invierno los principales irritantes son el frío, el cambio brusco del frío al calor y la sequedad de los ambientes con calefacción. Por eso lo más importante en esta época del año es hidratar bien la piel con cremas hidratantes o reparadoras después de bañarse, así como también utilizar jabones adecuados.

—En el libro se habla de marcas y cicatrices. ¿Cómo es el tratamiento en estos casos?
—A nuestra unidad llegan muchos casos derivados de la Unidad de Quemados del Pereira Rossell, con el fin de mejorar las cicatrices que quedan de la quemaduras en niños. Muchas veces se ven cambios de color de la piel porque han sufrido injertos que vienen de otras áreas corporales. También hay casos de cicatrices hipertróficas, que es cuando queda la piel arrugada. Para estos casos, se puede hacer un tratamiento a nivel tópico — aplicación de cremas y tratamientos— para mejorar el color de la piel o emolientes para ablandar cicatrices. Sin embargo, este método tiene un beneficio limitado. Y en algunos casos se debería considerar un tratamiento láser.

—¿Cómo es este tratamiento?
—Hay tres tipos de tratamientos con láser: el que mejora el color de la piel haciéndolo más uniforme, el que genera un daño controlado para que la piel se regenere y crezca con mejor calidad y el que ayuda a mejorar la fibrosis.

—¿Qué valor tiene un libro como Memorias de Piel, en el que las personas con marcas cuentan su historia?
—Hay personas que tienen algún tipo de lesión permanente y aprenden a aceptarlas y seguir con su vida. Esto es muy valioso. Sin embargo, todos tenemos diferente capacidad para enfrentar la vida y por eso también es importante que se den a conocer los distintos tratamientos. En los bebes, por ejemplo, la mancha en vino de oporto es una lesión en la piel que con los años probablemente se engruese, pero si se trata en el momento adecuado es probable que desaparezca.

—¿Cuál es el trabajo de la Unidad de Dermatología del Hospital Pereira Rossell?
—Lo más valioso de esta unidad es su trabajo multidisciplinario, ya que trabaja en conjunto con otras especialidades pediátricas. Una de las unidades con las que más trabajamos es con el departamento de neonatología ya que son muchos los bebés que nacen con lesiones en la piel. Otro aspecto importante es que tenemos formada una unidad de estudio y tratamiento de lesiones vasculares. Este tipo de lesiones son muy frecuentes en los niños, sobre todo los hemangiomas infantiles –tumores benignos- que son transitorios y, aunque son auto resolutivos, también pueden ser lesiones complejas.

—¿Cuáles son las consultas más frecuentes que llegan a esta unidad?
—Las más frecuentes son los eccemas —una enfermedad alérgica—, sobre todo la dermatitis atópica o sea que la piel tiene lesiones rojas y escamas. También las la psoriasis— una enfermeda que genera escamas e inflamación— y distintas infecciones en la piel. Otras consultas son las infecciones por estafilococo o estreptococo, muy común en la edad escolar cuando hay hacinamiento en la casa o en los colegios, y los niños se lo transmiten entre ellos. La parasitosis, como la sarna y la pediculosis, también son casos que llegan seguidos.

—¿Reciben pacientes de otros centros?
—Sí, el Hospital Pereira Rossell, como es un hospital de referencia nacional, se tratan pacientes que fueron derivados de otros lugares porque tienen una condición rara o necesitan de un equipo multidisciplinario. Con esto me refiero a las enfermedades genéticas como la epidermólisis ampollar, también conocida como piel de cristal, que al mínimo traumatismo se ampolla.

—¿A qué se va a destinar la recaudación de la venta del libro?
—Ahora se va a instalar un equipo de fototerapia que sirve para tratar afecciones de cierta cronicidad como son los eccemas y la soriasis. La donación de Dove nos permitirá acondicionar el área y comprar todo el equipo lo que haga falta para estos tratamientos, por ejemplo computadoras.

El libro Memorias de piel cuenta con textos de la periodista Blanca Rodríguez e imágenes de la fotógrafa documentalista Susette Kok, y los protagonistas son: Francis Andreu, Cristina Morán, Carolina García, Fernando “Lobo” Núñez, Giovanna Martinatto, María Flores, Juan Manuel Hernández, Josefina Tramontín, Clara Ramos, Tatiana Sandberg, Malena Raffo, Dolores Moreira, Martín Buscaglia, Victoria Césperes y Gastón Ramírez. El libro está a la venta en todas las sucursales de Farmashop y en Puro Verso a $ 300.

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