La piel es la primera "víctima" de los graves efectos del estrés

Manifestaciones. Caída del pelo, picazón, acné, herpes y hasta psoriasis

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Médicos reconocen un aumento de consultas por patologías cutáneas que se ven gatilladas o agravadas por períodos de mayor tensión. Acné, herpes y psoriasis, así como la caída de cabello y una picazón generalizada, son ejemplos comunes.

De todos los órganos del cuerpo, es quizás la piel la que mejor delata a una persona estresada: luce más cansada y menos luminosa fundamentalmente por la falta de sueño, la mala alimentación o el exceso de cigarrillos y alcohol en que se suele caer en períodos de mayor tensión emocional.

El estrés también puede desencadenar o exacerbar condiciones tan variadas que van desde la caída del pelo o el aumento de la caspa hasta patologías crónicas como la psoriasis o la rosácea.

El tema no es algo aislado pues los especialistas reconocen que en los últimos años ha habido un mayor número de consultas por patologías cutáneas asociadas a las exigencias de la vida moderna.

"Ha habido un aumento paulatino e importante de problemas dermatológicos asociados a cuadros de estrés. Los dermatólogos somos, de alguna manera, los primeros en detectar cómo las personas somatizan el estrés en su cuerpo", cuenta el doctor Raúl Cabrera, jefe de Dermatología de la Clínica Alemana.

Es un fenómeno que no tiene nada de extraño si se considera que la piel y el sistema nervioso tienen un origen común a nivel embrionario.

En medio de esa relación entre piel y sistema nervioso, el estrés tiene un doble rol sobre las dolencias: no solo puede causar la exacerbación de numerosas enfermedades co-mo psoriasis, rosácea o vitiligo, sino que, en muchos casos, también puede ser el factor que las desencadene en personas que previamente estaban sanas.

Así ocurre con la alopecia areata, una enfermedad en la que el sistema inmune ataca los folículos pilosos -parte de la piel que da crecimiento al cabello-, provocando la caída del pelo en ciertas zonas del cuero cabelludo. A veces puede comprometer cejas, pestañas o la barba.

Otros problemas que suelen aparecer bajo estrés son el eczema y prurito, lesiones asociadas a una inflamación de la piel y que provoca picazón, según explica Juan Honeyman, dermatólogo de la Universidad de Chile.

Algo similar sucede con la dermatitis seborreica, que se caracteriza por el enrojecimiento y descamación de la piel, en especial del rostro, el cuero cabelludo y el pecho. También es común que el estrés provoque exceso de sudoración y aumento de caspa.

ACNÉ. Un factor que motiva un porcentaje importante de consultas es la exacerbación del acné. Un ejemplo de cómo el estrés influye en este problema lo observó Honeyman junto con un equipo de dermatólogos de la Universidad de Chile durante un operativo en Santa Cruz tras el terremoto del 27 de febrero de 2010: los casos de acné se agravaron en personas de todas las edades.

Por otra parte, el herpes simple es otra afección que reaparece durante un período de tensión que baja las defensas del cuerpo, provocando erupciones, ardor y enrojecimiento alrededor de los labios o al interior de la boca.

En cuanto a la diferencia de sexos y si los hombres son más o menos susceptible existen diversos enfoques y estudios relacionados.

"El efecto del estrés es si-milar en ambos sexos, pero las mujeres consultan más, especialmente cuando las lesiones son en zonas visibles como cara, cuello y manos, afectándoles la autoestima", precisa Honeyman con base en su experiencia como clínico.

Es entonces cuando se desencadena una suerte de círculo vicioso en que las lesiones cutáneas provocan disconformidad, angustia y estrés en la persona, lo que a su vez incide en que el problema se intensifique.

"Así ocurre particularmente con patologías crónicas como el vitiligo (despigmentación de la piel) o la psoriasis (lesiones escamosas)", agrega Cabrera desde su experiencia como jefe de la Clínica Alemana. "En esos casos, el tratamiento dermatológico adecuado logra cambios dramáticos a nivel emocional, mejorando el estrés", asegura el dermatólogo.

Pero como el estrés puede ser también el gatillante de un problema, a veces una terapia tópica no tiene efecto si la persona no mejora su salud mental. "Se debe evaluar la magnitud del estrés y, si existe un compromiso importante, derivar a un psicólogo o psiquiatra según sea el caso", precisa Honeyman.

EL CORAZÓN. Las situaciones estresantes afectan a todo el organismo, más allá de la piel. A nivel del corazón, las mujeres son más propensas que los hombres a mostrar síntomas de problemas cardíacos después de un episodio de estrés, de acuerdo a lo concluido por un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania presentado este martes en la conferencia Biología Experimental 2012, en Estados Unidos.

En la investigación se observó que el flujo sanguíneo en las coronarias aumenta en los hombres durante el estrés mental y emocional, pero no cambia en las mujeres. Esta diferencia, dicen los investigadores, podría predisponer a las mujeres a problemas cardíacos durante el estrés.

ASPECTOS CLAVE

Los efectos de la tensión

Al igual que sucede con otros órganos, la piel registra los cambios en los estados de ánimo y es capaz de reaccionar ante grandes estados de estrés y tensión.

Desde herpes hasta calvicie

Los dermatólogos registran casos de patologías cutáneas que son consecuencia del estrés: herpes, acné, pérdida repentina del cabello y picazón aparentemente inexplicable.

Más consultas en las mujeres

Las mujeres consultan más que los hombres pero solo porque se preocupan más por el efecto de la lesión en su estética personal y autoestima.

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