Bogotá - La negativa del gobierno colombiano a firmar un tratado con Estados Unidos para la construcción del canal fue el detonante para que en el departamento de Panamá se iniciara un proceso independentista que culminó con éxito el 3 de noviembre de 1903.
En la independencia de Panamá se conjugaron varios factores: el deseo de los istmeños -que se sentían abandonados- de adquirir la independencia, la indiferencia del gobierno de Bogotá, la necesidad de Estados Unidos de controlar el estratégico canal y la ambición de inversionistas franceses y norteamericanos.
Panamá había adherido voluntariamente a la Gran Colombia en 1821, con un régimen especial que perdió con la constitución colombiana de 1886, lo que afianzó un descontento que ya existía entre los istmeños.
Ya antes de eso Estados Unidos tenía una activa presencia en Panamá gracias a las concesiones que le fueron hechas en 1846 por el gobierno de Bogotá para la construcción de un ferrocarril que uniera las dos costas del istmo.
Pero fue el francés Ferdinand de Lesseps, quien, tras construir el canal de Suez, intentó a finales del siglo XIX unir el Pacífico y el Atlántico en Panamá, en una empresa que le llevó a la quiebra total.
Colombia finalizó el siglo XIX y comenzó el XX enfrascado en la llamada Guerra de los Mil Días, que enfrentó a liberales y conservadores, una lucha que debilitó al gobierno.
Dicho sea de paso, durante ese periodo, el gobierno colombiano pidió al de Estados Unidos enviar marines para proteger el istmo. Nunca más saldrían de allí.
El historiador Gentil Almario dijo a la AFP que el gobierno colombiano de la época no entendió a cabalidad que Estados Unidos construiría el canal "por las buenas o por las malas".
A comienzos de 1903 parecía que el asunto sería por las buenas. El embajador de Colombia en Washington, Tomás Herrán, firmó con el secretario de Estado norteamericano, John Hay, un tratado en que Colombia permitía a Estados Unidos la construcción y el dominio del canal.
Sin embargo las cosas empezaron a agriarse: una oleada nacionalista en Colombia reclamaba mejores condiciones, especialmente en el tema de la soberanía sobre la zona del canal. Este ambiente hizo que el 10 de agosto de 1903 el Congreso colombiano rechazara el Tratado Herrán-Hay.
Y allí comenzó la separación de Panamá.
Los dirigentes políticos en Panamá -un departamento olvidado y pobre- veían en la construcción del canal la redención económica. Al negarse el tratado en Bogotá entendieron que había llegado la hora de la independencia.
Para ello contaron con la ayuda interesada de un financista francés, Philippe Bunau-Varilla, que movió los hilos en Washington para obtener el apoyo del presidente Theodore Roosevelt para el levantamiento popular de los panameños.
Los panameños comenzaron a formar una junta de gobierno, encabezada por Manuel Amador Guerrero, quien luego sería el primer presidente del país.
No hubo sangre en la independencia de Panamá. Colombia envió un contingente de más de 500 soldados para sofocar la rebelión, pero la presencia de naves estadounidenses fondeadas frente a Colón y la negativa del ferrocarril a transportar a la tropa terminaron con cualquier intento de resistencia de los uniformados enviados por Bogotá: Panamá se convirtió en país el 3 de noviembre de 1903.
El juego del francés Bunau-Varilla había resultado exitoso, pero aún seguiría siendo protagonista de la historia de Panamá.
Si antes había logrado el apoyo de Estados Unidos a la causa panameña y había hecho un fuerte cabildeo para que el canal no se hiciera por Nicaragua, como pretendían muchos congresistas estadounidenses, en el momento de la independencia se hizo nombrar embajador en Washington.
En ese cargo, y sin consultar con las nuevas autoridades panameñas, firmó un tratado con el secretario de Estado Hay, y la suerte del canal quedó echada. Este quedaba a perpetuidad en manos de los estadounidenses.
"El tratado que él (Bunau-Varilla) negoció desposeyó a Panamá de cualquier derecho dentro de la zona del Canal, declarándola territorio norteamericano a perpetuidad. Era un documento tan sesgado a favor de los norteamericanos que el propio secretario de Estado John Hay vaciló en firmarlo por temor de que estallara la ira de los latinoamericanos", dice el historiador y abogado panameño Ovidio Díaz.
Al final el tratado fue firmado así, y ese entuerto sólo habría de ser corregido más de 70 años después por el general Omar Torrijos, cuando negoció con el presidente Jimmy Carter la devolución del Canal, que se cumplió el 31 de diciembre de 1999.
El canal se terminó de construir en 1914, justo al comienzo de la primera guerra mundial.
Según la historiadora colombiana Teresa Morales, "la vergüenza era común a todos los colombianos". Las responsabilidades políticas de la pérdida de Panamá nunca fueron aclaradas y todo terminó en un tratado de 1922 que otorgaba a Colombia una compensación de Estados Unidos de 25 millones de dólares. AFP