Laicidad en debate por balconeras

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Polémica por la balconera católica en la residencia particular de Tabaré Vázquez. Foto: F. Ponzetto

Expertos consideran que es legítimo que Vázquez exprese su fe en su residencia privada.

Fue una balconera traída de España la que dio origen a la idea. El equipo encargado de planificar las actividades de la arquidiócesis de Montevideo nunca pensó que su iniciativa para celebrar la Navidad fuera a volverse tan popular. Del souvenir al eslogan "Navidad con Jesús" y de ahí a 28.500 balcones, incluyendo al del propio presidente Tabaré Vázquez, la campaña con que la iglesia dice querer recordar el origen cristiano de la celebración generó debate: ¿Debería el mandatario hacer manifestaciones públicas de su fe?

La respuesta del abogado constitucionalista Martín Risso es contundente. El presidente es libre de realizar este y otro tipo de manifestaciones en su residencia privada. "No podría poner la balconera en la Torre Ejecutiva o en el auto oficial, pero en su domicilio particular no tiene ninguna restricción, como cualquier uruguayo".

El diputado del Partido Colorado Ope Pasquet también consideró que este tipo de expresiones no interfieren con la laicidad del Estado. "Es una demostración más de que en Uruguay hay plena libertad religiosa, contra los que dicen que laicidad ha relegado la religión a las catacumbas. Estos hechos, como tantos otros —la celebración de Iemanjá sin ir mas lejos— demuestran que no hay tales catacumbas y que cada cual es libre de manifestar libremente su creencia religiosa".

En esta línea, el sociólogo Néstor Da Costa recordó una frase de Vázquez cuando asumió su primer mandato: "Laicidad no es esconder, es expresar públicamente sin imponer nada a nadie". Lo había mencionado en la sede de la masonería, de la que es parte.

En la Asociación Uruguaya de Libre Pensadores, en cambio, creen que no es correcto que "el presidente de todos los uruguayos" tenga una balconera en su casa. "Es como si colgara la bandera del Frente Amplio, cuando es el líder de todos", explicó el dirigente Alexis Saavedra. Y acotó: "No importa si en su casa vive su mujer que es devota, el presidente eligió esa casa, con un equipo de seguridad que pagamos todos".

¿Viralización?

Más de 1,4 millones de uruguayos se autodeclaran católicos. Por eso el legislador Pasquet dijo que "el número de balconeras" no le parece significativo.

La estrategia en todo caso, explicó el antropólogo Nicolás Guigou, es "afirmar a los fieles y no evangelizar". La "fuga masiva" de la Iglesia Católica, dijo, comenzó en la década de 1960 y tuvo su mayor pico en los últimos 20 años. De hecho, acotó Da Costa, desde que se instaló la cruz en Bulevar Artigas, en lugar de crecer, la cantidad de devotos disminuyó. "Nadie se convierte a una religión por ver más balconeras en su barrio".

En todo caso, manifestó Guigou, "participar con una balconera es similar a la lógica del "me gusta" en Facebook, no implica un compromiso, sino que es una tentativa de reafirmación de identidad".

La particularidad del fenómeno para Uruguay, es que "demuestra que se es parte del mundo y las tendencias actuales", señaló Da Costa. "Si en el siglo XX la idea era ocultar las diferencias y que todos éramos iguales detrás de la túnica blanca y la moña azul, ahora el valor es la diversidad: sexual, racial y también religiosa". Según el académico, en esta nueva etapa cualquiera puede mostrar su identidad sin prejuicios.

Si bien Uruguay sigue siendo uno de los países más ateos, los no creyentes son solo poco más del 10% de la población. Por eso Guigou señaló que "el contrincante de los católicos en América Latina hoy son los pentecostales o evangelistas".

La diversidad de opciones, sobre todo entre los más jóvenes, fue dando confianza para hacer más pública la fe, especialmente entre quienes creen en Dios por fuera de las instituciones tradicionales. Esta franja de la población, el 24% según el Pew Research Center, colaboró a que "no haya tanto temor a la hora de manifestar la fe", explicó el sociólogo especializado en religión. "Y la corriente New Age se ha hecho muy visible".

Guigou también destacó que la campaña de las balconeras puede tener buena aceptación ahora porque "hay una Papa (Francisco) del que el católico menos conservador no tiene que avergonzarse". El argentino Jorge Bergoglio logró instalar "una imagen más humanista, de mediación entre Cuba y Estados Unidos, de diálogo en Venezuela", ejemplificó. Aun así, aclaró, no es un líder que genere tanta simpatía entre los más tradicionalistas.

Prueba de las diferencias a la interna de la Iglesia es que la campaña de las balconeras apenas penetró en el interior y lo hizo por fuera de la aprobación de los obispos.

"No es proselitismo ni autoafirmación", dijo el vicario pastoral de la Arquidiócesis de Montevideo, Daniel Kerber. Según explicó, el objetivo fue reafirmar la asociación de la Navidad con lo religioso. "Buscábamos volver a darle el sentido".

"En Uruguay tenemos una ignorancia religiosa obligatoria", dijo Kerber, quien considera que hoy "no se puede hablar de Dios" en las instituciones educativas, lo que lleva al desconocimiento.

Como ocurre en las campañas publicitarias, para algunos actores de la Iglesia el hecho de que se hable del tema ya es parte del éxito. Para Da Costa, en cambio, es prueba de que en el país se sigue discutiendo con los mismos discursos del 1900", previo al cambio constitucional de 1919. La Navidad, a nivel de Estado, sigue siendo un feriado nacional, conocido como el Día de la Familia, que rige desde la década de 1920.

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Polémica por la balconera católica en la residencia particular de Tabaré Vázquez. Foto: F. Ponzetto

LA FE EN EXPOSICIÓNM. CASTIÑEIRAS

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