Sus padres la llevaron a formar parte de la secta de Arno Wollensak cuando era una adolescente. Años más tarde logró escapar y escribir su historia en varios libros.
Arno Wollensak, el hombre que fue encontrado muerto en La Floresta, era buscado en Alemania por varios casos de abusos sexuales, entre ellos el más conocido se trató del denunciado por Lea Saskia Laasner, una joven de origen suizo.
Laasner tenía 13 años cuando fue llevada por sus padres a la secta dirigida por Wollensak junto con su esposa, y permaneció allí durante varios años, viviendo en diferentes hogares de otros países hasta el año 2002, cuando logró escapar.
Por su parte, la madre continuó en la secta y, según confirmó el juez del caso Marcos Seijas a los medios, se encontraba en Uruguay viviendo con el matrimonio. Se presume que la mujer, también de origen suizo, volvió a su país.
La secta, que tenía unos 40 seguidores y también se auto denominaba como "La Familia", logró reunir un capital millonario. Sus integrantes debían donar todas sus propiedades como un requisito previo al ingreso. Se desplazaban por Alemania, Francia, Portugal y Bélgica.
Durante su cautiverio, Laasner fue designada como una esclava sexual ya que según anunciaba Wollensak, quien funcionaba como un gurú, este acto ayudaría a su crecimiento espiritual. El primer abuso se dio en 1994.
Wollensak y su esposa, Julie Ravell, fueron acusados en 2006 por nueve casos de abuso sexual, de los cuales varios ya prescribieron. En 2007 se dieron a la fuga y se trasladaron a Surinam, donde obtuvieron documentos falsos, fue en 2008 cuando llegaron a Uruguay.
Laasner escribió varios libros que cuentan acerca de su paso por la secta, los abusos que recibió y cómo logró escapar. En 2005 recibió el "Premio del Coraje" otorgado por la revista suiza Der Schweizerische Beobachter por su valentía al hablar en público.
UNA HISTORIA TRÁGICA