Parece ser que el sentido del humor empieza a tomarse en serio. Últimamente psicólogos y psiquiatras están sumando esfuerzos para estudiar cómo el humor puede ser útil en el tratamiento de sus pacientes. Prueba de ello es que cada vez hay más publicaciones sobre el efecto favorable de la risa y el sentido del humor en la química cerebral y en el sistema inmunológico.
Desde los griegos, numerosos filósofos, sociólogos y psicólogos han investigado sobre el humor y sus beneficios. El filósofo romano Plotino recomendaba ver la propia vida y el mundo entero como una obra de teatro, y a uno mismo como un simple personaje.
Tener sentido del humor no significa ser un payaso o contar un chiste tras otro. Se trata de responder con una actitud positiva ante los retos o situaciones difíciles que la persona encuentra día tras día. El humor permite enfrentarse a una situación difícil sin dejarse secuestrar por las emociones negativas. Ayuda a crear ambientes más relajados y favorables para la toma de decisiones y la solución de conflictos; y protege, en cierta medida, contra el estrés.
Expertos en el tema consideran que la esencia del humor está en la capacidad de reírse de uno mismo. Esta actitud se admite como signo de inteligencia y de buena salud mental. Reírse de sí mismo significa que el individuo está a gusto en su piel, a pesar de sus imperfecciones; que se acepta como persona falible, que puede equivocarse. Si alguien se ríe de sí mismo no sufrirá cuando se lo critique o desvalorice porque él se habrá reído primero de sus defectos.
El sentido del humor es un buen antídoto contra el miedo. Reírse de las cosas que asustan las vuelve menos amenazantes.
Como dicen los expertos, las personas capaces de reír frente a los contratiempos, dejan de sentir lástima de sí mismas. Y es que no es posible sentir lástima y reírse al mismo tiempo. El cerebro no puede actuar según dos órdenes opuestas.
El agua tónica en las dietas.
La tónica, al tener un sabor amargo, puede parecer que no tiene azúcares. Pero los contiene en una cantidad similar a la de cualquier refresco. Una lata de tónica lleva añadidos 30 gramos de azúcares, equivalentes a tres sobres de azúcar, lo que se traduce en unas 120 kilocalorías.
Depresión causa pérdida de masa ósea.
Un informe de los institutos nacionales de salud de Estados Unidos destaca que la depresión aumenta la probabilidad de fracturas al llegar a la menopausia, porque influye en la disminución de la masa ósea. Según el estudio, las zonas más afectadas en personas depresivas son el fémur, la cadera y la columna.
Las grasas trans y el riesgo cardíaco.
La ingesta diaria de 5 grs. de grasas trans basta para aumentar un 25% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. A la mayor concientización sobre sus riesgo contribuyeron dos hechos: su presencia como ingrediente en muchos productos y la comprobación de su capacidad para causar alteraciones graves en el sistema cardiovascular.