Los distintos tipos de tos y su tratamiento

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La tos es el síntoma más frecuente de las enfermedades respiratorias en invierno y es la causa del 70% de las consultas en los diferentes centros de atención.

La tos, como los bostezos o el parpadeo, es un mecanismo reflejo, que se puede provocar en forma voluntaria o bien inhibir con algunos fármacos. La tos es un importante mecanismo defensivo de la vía aérea, hecho para eliminar el exceso de mucosidad y evitar que penetren sustancias al sistema respiratorio, por ejemplo alimentos.

De acuerdo a la doctora Patricia Schönffeldt, médico broncopulmonar, la tos se produce por la estimulación de los receptores tusígenos que existen en la vía aérea especialmente los de la laringe, traquea o la mucosa de los bronquios.

Esta estimulación puede ser causada por la presencia de virus, bacterias o por acumulación excesiva de mucosidad. También la tos se puede producir por inhalación de humos causados por diferentes sistemas de calefacción intradomiciliaria, por respirar aire seco y frío o por diversas sustancias químicas como las que hay en el humo del cigarrillo y smog.

La tos se puede clasificar de acuerdo a su duración en: 1) Tos aguda: es la que dura menos de tres semanas.

2) Tos crónica: dura más de tres semanas.

De acuerdo a la presencia de secreción se divide en : 1) Tos seca o no productiva, porque no elimina expectoración.

2) Tos productiva: en la que se elimina expectoración.

Lo principal es encontrar la causa y estudiar el tratamiento para cada caso. De acuerdo a los especialistas, el mejor tratamiento para la tos es tomar mucha agua, y mantenerse hidratado.

En cuanto al tratamiento farmacológico, los antitusígenos ideales deben bloquear el receptor para inhibir la tos y no tener un efecto sedante sobre el cerebro. Los medicamentos para la tos no deben tomarse durante períodos largos (3 o más semanas) y deben estar indicados por un médico.

Cuando se tiene tos, hay que evitar los espacios públicos especialmente donde haya humo de tabaco porque es irritante, evitar los cambios de temperatura; y no comer en forma abundante antes de acostarse ya que esto puede favorecer el reflujo gastro- esofágico.

Extracto la Segunda.com

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