Hay células que tienen una suerte de fuente de la juventud, una enzima que logra que siempre se mantengan jóvenes. El cáncer sabe cómo hacerlo. Ahora, un consorcio de científicos también. Podría ser aplicado en nuevos tratamientos.
El cuerpo humano tiene 50 trillones de células y en cada una hay 46 cromosomas, la típica estructura con forma de "X" que tanto aparece en las notas de ciencia. Los cromosomas cuentan con el material genético de la persona, el ADN.
El final de cada cromosoma está protegido por "los telómeros", una suerte de capuchones que impiden que se deshilachen (como el plástico en la punta de los cordones).
Cada vez que una célula se divide el telómero se acorta y llega un momento en que es demasiado pequeño para proteger al cromosoma. Es como si la célula tuviera un abono de boletos. Llega un momento en que no tiene más y no puede viajar; entonces deja de duplicarse.
Este proceso está asociado tanto con el envejecimiento del organismo como con las enfermedades. Ciertas patologías aceleran el desgaste de los telómeros y otras, como el cáncer, logran regenerarlos para tener a sus células siempre jóvenes. ¿Cómo lo hacen? Mediante una enzima específica, la telomerasa. Una vez activada los telómeros se alargan.
Ahora, un consorcio internacional de científicos logró, por primera vez, realizar un mapa de la enzima, esta suerte de fuente de la juventud celular. "Cada día nos acercamos más a los mecanismos de las enfermedades vinculadas a la edad", dijo emocionado el científico Stig E. Bojesen en diálogo con El País.
Bojesen, de origen danés, es investigador de la Facultad de Salud y Ciencias Médicas de la Universidad de Copenhague. En el Departamento de Bioquímica de su hospital fue uno de los 1.000 expertos que participaron del trabajo de mapeo, realizado entre 14 universidades de distintos continentes.
La identificación precisa y acabada de esta fuente de la juventud demandó cuatro años de trabajo, millones de dólares y muestras biológicas de 200.000 personas. Los resultados fueron difundidos ayer en simultáneo por Nature Genetics y otras ocho publicaciones científicas.
LOS CIMIENTOS. El trabajo de los científicos no sólo analizó la enzima que alarga "el capuchón" de los cromosomas. Hizo foco en un paso anterior, en cómo se crea, en el gen que la genera. En los cimientos de la fuente vieron que el gen tenía muchas variantes diferentes.
"Descubrimos que las diferentes variantes estaban asociadas tanto con el riesgo de sufrir distintos tipos de cáncer como con la extensión de los telómeros", contó Bojesen.
"Lo más sorprendente fue que las variantes que causaban las enfermedades no eran las mismas que provocaban la extensión de los cromosomas". Esto sugiere que la telomerasa, la enzima en cuestión, juega un rol mucho más complejo en el cuerpo humano de lo que se creía, señaló el experto desde Dinamarca.
¿Qué implicancias puede tener esto en la salud de las personas? Siembra el terreno para crear nuevas formas de tratamiento contra enfermedades como el cáncer. Conociendo mejor la enzima que alarga los telómeros, los científicos apuntan a inhibir el mecanismo por el que las células tumorales la activan. Así, podrían evitar que se mantengan jóvenes.
Para Bojesen los genes son como países. "Mapear uno es ver sus ciudades", ilustró. "Una determina que desarrollarás cáncer de mama o de ovario y otra que podrás alargar los telómeros del cromosoma. Mapear la telomerasa es, por lo tanto, un paso importante hacia ser capaces de predecir el riesgo de desarrollar distintos tumores.
La enzima parece tener la respuesta a muchas enfermedades. "Este mapa potenciará nuestro conocimiento sobre el cáncer y su tratamiento", aseguró Bojesen. De todas formas, hay preguntas que aún no logran ser respondidas, lamentó el experto. "Claramente, tenemos mucho por aprender todavía sobre este tema", concluyó.
Los telómeros
Son una suerte de capuchones presentes en el extremo de los cromosomas, esas estructuras presentes en cada célula que contienen el ADN.
Los resultados
El análisis de 200.000 muestras de personas permitió identificar genes vinculados a los telómeros que inciden en el riesgo de sufrir cáncer.
STIG E. BOJESEN
"Esto no llevará a prevenir el cáncer"
¿Qué significa haber mapeado la enzima "telomerasa"?
En sí lo que mapeamos fue el gen que la codifica, el TERT. Mapear significa que medimos muchas variaciones genéticas en 200.000 personas y testeamos si esas variaciones del gen eran más frecuentes en pacientes con cáncer o en personas sanas.
¿Por qué creen que este trabajo es un paso en la lucha contra el cáncer?
El trabajo es un paso en muchos sentidos. Primero, identificamos muchos marcadores que podrían ser aplicados directamente en la práctica clínica. Medir las variaciones en un marcador puede servir para distinguir si una persona tiene un riesgo alto o bajo de desarrollar un tipo cáncer.
¿En qué otro sentido es importante?
En que vimos las variantes de la enzima que están asociadas con el cáncer y demostramos que es un tema mucho más complejo que decir que si el cromosoma tiene los telómeros cortos hay riesgo de tener tumores.
¿En qué sentido es más complejo?
Hay variaciones de un mismo gen que están asociadas con los telómeros y el cáncer; otras con el cáncer pero no con los telómeros, y otras con los telómeros pero no con el cáncer. Es un mapa entreverado.
¿Qué le diría hoy a los pacientes que leen esta nota?
Que este conocimiento acumulado nos llevará, algún día, a mejores formas de prevención y tratamiento del cáncer y enfermedades asociadas a la edad.