El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa fue declarado ayer visitante ilustre de Montevideo, por lo que dijo estar "agradecido y conmovido" y destacó el "espíritu democrático, abierto y tolerante" de Uruguay.
La intendenta de Montevideo, Ana Olivera, dijo que los tres partidos que integran la Junta Departamental habían solicitado al gobierno de la capital designar a Vargas Llosa ciudadano ilustre.
Olivera puso sobre la mesa el libro La ciudad y los perros de Vargas Llosa, que le regalaron a su madre en 1962 y que conservó durante la dictadura (1973-1985), cuando era un libro que tenía que esconder. "La literatura tenía un rol preponderante en nuestras vidas", acotó. Reconoció que discrepa en muchas cosas con Vargas Llosa.
En representación del Poder Ejecutivo, el ministro de Educación, Ricardo Ehrlich, le entregó un grabado de la artista plástica Petrona Viera.
El edil Dari Mendiondo, presidente de la comisión de Cultura de la Junta, elogió a Vargas Llosa, al que catalogó de "patriarca de la literatura"
Vargas Llosa recordó la "enorme impresión" que tuvo la primera vez que visitó Montevideo en 1966, al ver una ciudad que parecía "no estar en América Latina (recorrida por dictaduras militares y con enorme violencia social) sino de otro continente".
"Era el espectáculo de una sociedad democrática, libre", en la que se daba la "coexistencia en la diversidad", dijo.
Rememoró "el nivel cultural de la sociedad" uruguaya y el "altísimo nivel de la crítica", y mencionó a Carlos Maggi, Ángel Rama, Emir Rodríguez Monegal y Homero Alsina Thevenet. También recordó a Mario Benedetti, con quien tuvo una polémica que consideró "un modelo de discrepancia en la amistad" y reiteró su admiración por Juan Carlos Onetti.