Jack el Destripador sigue siendo una figura tan mediática como fantasmagórica, a la que se le han asignado más de 20 identidades. En base a cálculos y análisis documentales, un profesor uruguayo afirma quién fue realmente el asesino serial más famoso de todos los tiempos.
Eduardo Cuitiño -profesor de Estadística en la Facultad de Ingeniería de la ORT- tiene la convicción de haber quitado el velo a uno los misterios de la historia de la criminología: la identidad del mítico Jack el Destripador. La teoría la expuso con todo detalle en un trabajo titulado "Viajando en el tiempo para atrapar a Jack the Ripper".
Distintos elementos contribuyeron a acrecentar la figura de Jack el Destripador: la gran popularidad que alcanzó en su momento gracias a los periódicos europeos, el tratamiento sensacionalista que le dio la prensa a sus crímenes de 1888, fotografías y detallados informes sobre sus mutilaciones, y la publicación de algunas de las cartas que recibió la Policía.
Pero nunca más se volvió a saber del asesino después de esa fecha. No hubo más cartas escritas con tinta roja, ni crímenes espeluznantes que llenaran las primeras planas de los diarios. Jack abandonó la escena del crimen y finalmente su expediente se archivó, en 1892, cuando el inspector encargado del caso pasó a retiro.
Scotland Yard jamás pudo atraparlo, ni fue capaz de identificar a un culpable.
Nunca se halló semen en sus víctimas. Se habló de un hombre con impotencia o con repulsión hacia las mujeres. E incluso de una mujer.
Lo cierto es que la tesis más aceptada a través de los años es la que señala que Jack era un cirujano, por la destreza mostrada con el bisturí para asesinar a sus víctimas.
En eso coincide el uruguayo Cuitiño, aunque aporta un nombre hasta ahora jamás revelado: el del doctor Stephen Herbert Appleford.
LAS PRUEBAS. Cuitiño no le teme a los desafíos. Ya ha realizado un estudio en base a gráficas estadísticas, análisis genéticos y fotográficos con el que llegó a la conclusión de que Carlos Gardel nació en Uruguay en 1887, tesis que expondrá próximamente en un libro.
Con la misma convicción que defendió la nacionalidad uruguaya del "Mago", el docente de la ORT asegura que Appleford fue el hombre que generó el terror en el Este londinense a fines del siglo XIX, transformándose después en curiosa fuente de inspiración para escritores y guionistas de cine, por lo general con un cierto halo de romanticismo.
"El acusado que propongo vivía en la zona en el momento de los hechos, en el número 17 de Finisbury Circus. Tenía 36 años en 1888 (edad promedio de máxima operatividad en asesinos seriales según la psiquiatría) y era zurdo" (una carta que dejó Jack el Destripador la escribió un zurdo; los médicos de la época también le atribuían esa característica, por la dirección de los cortes que infligía a sus víctimas).
"Appleford fue un médico eminente, que llegó a ser presidente de la Hunterian Society, y presentaba entonces un cociente intelectual superior a la media, típico en psicópatas", relató Cuitiño.
"Tenía conocimientos de anatomía (cortó los cuerpos a oscuras, con rápidez y destreza). Trabajaba en la zona (los ataques fueron los viernes de noche o en un fin de semana); estudió con los mejores cirujanos de Europa (la caligrafía de las cartas del asesino muestra su formación) y tenía una considerable fuerza de brazos: fue campeón de natación y participó en competencias de remo", agregó el docente de la ORT.
ANÁLISIS GEOGRÁFICO. Los asesinatos de Jack el Destripador tuvieron lugar en la zona de Whitechapel, en 1888, en un período de tres meses en el que cinco prostitutas fueron sacrificadas y mutiladas salvajemente por una mente desquiciada.
Analizado los mapas de Londres y las posibles vías de escape de la época, Cuitiño identificó que el asesino siempre huía en una misma dirección, hacia el Oeste, donde entonces había un hospital (en el que trabajaba el Dr. Stephen Herbert Appleford).
Este cirujano vivía en el centro de la zona "caliente", donde se cometieron los homicidios, en la Finisbury Circus Square. Y todos los cirujanos de la zona fueron en su momento calificados como sospechosos.
Cuitiño trazó un área alrededor de la zona de los crímenes y estudió el censo de Londres.
"Los ingleses son muy rigurosos con el censo", explica, "y Jack el Destripador tuvo que ser censado".
En la década del 80 del siglo XIX, Londres tenía una población de 50.000 habitantes. Cuitiño localizó a todos los médicos residentes en el área de los crímenes, entre ellos al Dr. Appleford, y cotejó la escritura y la firma del médico en el formulario censal de 1891, con la primera y conocida carta atribuida a Jack el Destripador: la coincidencia era asombrosa.
"Al comparar su caligrafía contra la del asesino, se encontraron resultados significativos", aseguró Cuitiño. "Ambos eran zurdos; el trazo de la doble "P" de TheRipper coincide con la doble "P" de Appleford, y hay muchos otros detalles caligráficos de gran similitud".
Otro detalle significativo que encontró Cuitiño, en su laboriosa investigación, proviene del periódico The British Medical Journal, en su edición del 14 de septiembre de 1895. En una sección denominada "nuevos inventos" se describe e ilustra un estuche compacto, de bolsillo, con espacio para llevar instrumentos médicos y de cirugía (tijeras, forceps, agujas y cuchillas), cuya invención se atribuye el Dr. Appleford, "quien lo ha usado de forma constante desde hace cinco o seis años", reza el artículo. Eso lo hace coincidir con las fechas de los crímenes de Jack el Destripador.
"Ese estuche compacto es significativo, porque una de las dudas acerca de los crímenes era dónde podía ocultar el asesino los instrumentos cortantes que utilizaba".
UNA MUJER LO CAMBIÓ. Según la tesis de Cuitiño, Appleford dio muestras de presentar una psicopatía en ascenso, ya que "un asesino serial no comienza a matar de un día para el otro".
"Jack" fue marcado por un suceso traumático inicial: la muerte de su madre en 1881. Era el único hijo varón y era el menor. También fue blanco de burlas de joven -un rasgo típico en psicopatías- por ser oriundo de Coggeshall (los habitantes de esa ciudad siempre fueron catalogados como muy brutos por los londinenses).
Para Cuitiño, Appleford "el Destripador" dejó de matar porque se casó y se mudó de ciudad. No tuvo descendencia.
UNA SERIE DE EVIDENCIAS
Los rasgos de la caligrafía
GRAFFITI, CARTAS Y FORMULARIO DEL CENSO
Arriba, un antiguo graffiti que se descubrió en Londres recientemente y que reza: "I am going to do one on the 27th. Jack". Es objeto de pericias en la actualidad. A la derecha, arriba, la firma del Dr. Stephen Herbert Appleford en la ficha del censo de 1891. Entre otras coincidencias, se destaca el rasgo similar de la doble "P" del apellido con la firma de "Ripper" en la primera carta atribuida al asesino (abajo). Otras características de la escritura revelaron a los investigadores ingleses que el Destripador era zurdo. Appleford también.
Instrumental
ESCONDITE PERFECTO
El Dr. Appleford se atribuyó, en un artículo publicado en 1895 en "The British Medical Journal", una invención para llevar instrumental médico y quirúrgico en un estuche de bolsillo. Una de las incógnitas acerca de los crímenes era dónde podía el asesino ocultar los instrumentos cortantes que utilizaba.
HECHOS, TEORÍAS Y FICCIONES
1.LAS CINCO VÍCTIMAS DE JACK
El 31 de agosto de 1888, la prostituta Mary Anne Nichols aparece degollada con dos cortes profundos, y fuertes puntadas en el abdomen. El 8 de septiembre, Annie Chapman, al igual que el caso anterior, aparece degollada y con cortes en el abdomen. Se le extrajo el útero. El 30 de septiembre es la fecha de un doble asesinato: Elizabeth Stride y Catherine Eddowes aparecen asesinadas de forma similar, en un lapso de 45 minutos y en zonas próximas una de otra. El 9 de noviembre de 1888, Mary Jane Kelly aparece brutalmente mutilada. Su cuerpo es reconocido sólo por sus ojos y color de pelo. No aparece su corazón.
2.CRÍMENES BAJO SOSPECHA
Otros crímenes fueron atribuidos por algunos investigadores a Jack el Destripador: la muerte de Alice McKenzie, el 17 de julio de 1889, y el hallazgo de un torso de mujer en la calle Pinchin (Whitechapel). Carecía de cabeza y piernas y no pudo ser identificada. Fue descubierto en septiembre de 1889. En la zona de Whitechapel ocurrieron en esa época 11 casos sin aclarar.
3.UNA VEINTENA DE SOSPECHOSOS
Otros dos uruguayos, Gabriel Pombo y Juan Carlos Anselmi, se han distinguido en años recientes por investigaciones acerca de Jack el Destripador. Ambos registraron una lista de 20 sospechosos históricos de los crímenes. En esa lista figuran incluso dos mujeres, pero son los médicos los que hacen la profesión mayoritaria entre los sospechosos. También figuran en la lista un carnicero, un zapatero (John Pizer, apodado por la prensa "Mandil de Cuero") y un barbero de origen polaco.
4.UNA VEINTENA DE SOSPECHOSOS
En la lista de sospechosos que se han manejado hay además algunas personalidades muy prominentes, entre ellas el príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence, nieto de la reina Victoria (fue mencionado por primera vez como sospechoso en 1962). Otro es el obstetra Sir John Williams, médico de la princesa Beatriz, hija de la reina (mencionado en un libro de 2005). También se incluyó en la lista a F. G. Abberline, Inspector Jefe de la Policía Metropolitana e investigador de los crímenes.
5.EL DESTRIPADOR EN EL CINE
Varias decenas de películas se han basado en los crímenes de Whitechapel o en el personaje. La más reciente, del año 2001, es Desde el infierno, con Johnny Depp encarnando al inspector Abberline. La realeza y la francmasonería aparecen involucradas en los crímenes.
6.¿ESTUVO JACK EN URUGUAY?
Un artículo publicado el domingo 11 de diciembre de 1892 en el diario "La Época" de Montevideo indicaba lo siguiente: "La legación inglesa ha dado a la jefatura política de la capital la filiación del célebre Jack, el destripador, famoso por los crímenes cometidos en Whitechapel, con motivo de haberse comunicado de Londres que este sombrío personaje abandonó la Inglaterra, hace algunas semanas, dirigiéndose, al parecer, al Río de la Plata".