Médicos dicen sentir más lástima y enojo que satisfacción; estudio analiza tensión "entre acción técnica y moral"

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"Las reacciones emocionales predominantes que expresan sentir los profesionales (de la salud) ante situaciones complejas de la práctica cotidiana profesional son compasión, lástima, impotencia, enojo y preocupación. Mientras que otras como frustración, satisfacción, angustia, empatía, alivio o indiferencia fueron poco referidas por los profesionales". Esta es una de las conclusiones del "Informe 2010 del Observatorio Nacional en Género y Salud Sexual y Reproductiva" que será presentado hoy y al que tuvo acceso parcialmente El País.

El estudio, preparado por Mujer y Salud Uruguay (MYSU) encuestó a 233 profesionales de 12 centros de salud pública del primer nivel de atención.

El informe indica que, para el personal de la salud, "las tensiones entre la acción técnica y la acción moral se expresan en asuntos tales como cumplir con la orientación de la política pública cuando ésta no concuerda con la posición personal del profesional". Esto hace referencia a la obligación de asesorar y proporcionar métodos anticonceptivos a quien lo solicite, así como asesorar en cuanto a las formas seguras de abortar.

Pero además, el estudio revela que esta tensión "también se expresa frente a situaciones de discordancia entre la decisión del paciente y la postura personal del profesional frente a la misma".

Por ejemplo, se expresa, si bien "los profesionales consideran que la ligadura tubaria y la vasectomía no son una decisión técnica y que las mujeres y los hombres son quienes deben tomarla, independientemente -incluso- de la opinión de sus parejas (...) apenas la mitad considera que no se deben realizar estos procedimientos a personas sin hijos, siendo que la norma sanitaria vigente establece como únicos criterios tener 21 años o más y tener capacidades psíquicas e intelectuales plenas para consentir con el procedimiento".

En el estudio se señala que "los profesionales sienten impotencia y enojo como emociones predominantes frente a situaciones de violencia (y que) la mayoría tiene la percepción que la violencia sexual en la pareja es un fenómeno de alta incidencia y que la violencia doméstica no prevalece en las mujeres pobres.

Estos resultados "sugieren que la violencia contra las mujeres es una realidad que impacta en los servicios de salud y para la cual los profesionales no se sentirían en condiciones afectivas y técnicas para intervenir".

Sin embargo, cuando se trata de la violencia contra los niños ejercida por padres o madres, si bien mayoritariamente es sancionada por los profesionales, lo hacen en porcentajes llamativamente menores. "¿A qué se debe que la violencia contra los niños genere un menor rechazo que la violencia contra las mujeres? ¿Qué motivos producen una mayor "tolerancia" con este tipo de violencia?", se pregunta el estudio.

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