Los pasacalles están incorporados al paisaje urbano en Montevideo aunque es común la percepción de que están "prohibidos". Por eso llamó la atención que la Intendencia eligiera este medio para difundir la campaña de presupuesto participativo.
Ricardo Prato, director de la Inspección General de la Intendencia dijo a El País que la reglamentación municipal prohíbe la colocación de estos pasacalles. Pero la norma es voluble. Hay excepciones, algunas conocidas por el público y otras no. Por ejemplo, en período de campaña electoral se permite colgar carteles. También en los días previos a un evento cultural o acto político, para lo cual se requiere un permiso de la IMM. No se autorizan mensajes de amor, feliz cumpleaños o publicidades comerciales.
Para los casos permitidos igual se deben cumplir ciertos requisitos, como asegurarse de que el pasacalle no esté sobre las señales de tránsito, semáforos y árboles, o en determinadas plazas, avenidas y espacios declarados monumentos históricos. Si el cartel cruza la vereda, debe estar a 4,5 metros de altura como mínimo.
Ahora, con la campaña municipal del presupuesto participativo y de la que se encarga cada centro comunal zonal, en algunos barrios comenzaron a proliferar los pasacalles llamando al público a presentar sus propuestas.
Consultado al respecto, Prato dijo que cuando se trata de campañas municipales sí se permite la colocación de este tipo de cartelería. Siempre y cuando, y como en el caso de las otras excepciones, se respeten las normas.
Sin embargo, admitió que la comuna ha observado a un centro comunal que no colgó el pasacalle como debería. Dijo, además, que si los funcionarios que realizan la inspección detectan algún otro cartel colgado de manera indebida, también se llamará la atención al centro comunal correspondiente.
Basta recorrer la ciudad para advertir que el control de la colocación de estos pasacalles no es tarea sencilla. En avenida Italia y Centenario, por ejemplo, hay uno que está atado a la columna del semáforo, algo que la reglamentación municipal no permite. No son la mayoría los que cuelgan de semáforos, pero los hay.
Uno de los dueños de la empresa Impacto Comunicación Publicitaria, que colocó 15 pasacalles para dos centros comunales, dijo a El País que "se debe ser responsable a la hora de colgarlos; es lo que tratamos de hacer. Hay que tener cuidado, por ejemplo, de sujetarlos bien para que el viento no los tire abajo". Los pasacalles, dijo, cuestan entre $ 500 y $ 1.000.
Cada centro comunal cuenta con una partida de $ 50.000 para la difusión de la campaña, y decide a su criterio y en función del barrio qué tipo de publicidad utilizará.