Ana María Abel
Lic. Ciencias Familiares
En recientes partidos de fútbol en Sudáfrica muchos éxitos fueron cosechados por jugadores zurdos o que utilizan muy bien ambas piernas. Un futbolista zurdo distrae más fácilmente al rival y una estrategia de los DT es poner un zurdo por la punta derecha: al hacer enganche hacia adentro tienen más facilidad de entrar en la zona peligrosa de la cancha y hacer un buen pase o un tiro al arco.
La lateralidad preocupa a muchos padres por ser un aspecto que se relaciona con la escritura y la lectura. Se inquietan al observar que un hijo alrededor de los 2 o 3 años se inclina por la mano izquierda. Hasta hace unos lustros la zurdera se consideraba un trastorno. Se conocía que el lado izquierdo del cerebro humano (hemisferio simbólico o lógico) controla el discurso y el lenguaje, mientras que el derecho (hemisferio visual u holístico) lo hace con las emociones. Hoy, merced a un reciente descubrimiento de la Universidad de Oxford se sabe que la zurdera es una opción natural: hallaron el gen LRRTM1 que modifica la asimetría del cerebro y hace a una persona más propensa a utilizar los miembros izquierdos de su cuerpo.
Actividades tan simples como cortar con tijeras o abrir una canilla suponen a veces una dificultad para los zurdos pues viven en un mundo diseñado a medida de los diestros: no es síntoma de falta de destreza, ya que son tan hábiles como los diestros con su mano preferida. Tampoco se puede afirmar a priori que los zurdos presenten trastornos de lenguaje o aprendizaje. En general la lateralización se define entre los 3 y los 6 años al madurar el cerebro. Si el niño muestra claramente rasgos zurdos, no hay que obligarle a utilizar su mano derecha para tareas cotidianas sino enseñarle a desenvolverse como zurdo. Forzar la lateralidad es lo que puede ocasionar trastornos de escritura, dificultades de lectura, torpeza manual e inseguridad en los movimientos. Muchos niños escriben y comen con la mano derecha realizando el resto de actividades con la mano, ojo y pie izquierdos. Las estadísticas indican que los zurdos suelen destacarse como pensadores y creativos (Leonardo, Miguel Ángel, Beethoven, Mozart) y la alta proporción de arquitectos zurdos habla de su facilidad para la percepción y el pensamiento tridimensional. Los zurdos también son buenos en la mayoría de los deportes de pelota por una mayor coordinación entre mano y ojo.
Ánimo pues a los papás de niños zurdos: los tiempos van cambiando y ya pueden encontrarse muchos objetos diseñados para zurdos: reglas con la numeración de derecha a izquierda, tijeras, calculadoras electrónicas, teclados informáticos o cuchillos. Esto les facilita la actividad cotidiana en un mundo de diestros.
flia@iuf.edu.uy
Aciertos para pensar.
Diane Loomans vuelca en un poema: "Si pudiera volver a educar a mi hijo construiría primero su autoestima y la casa después. Pintaría más con el dedo y señalaría menos. Haría menos correcciones y más conexiones. Sería menos firme y afirmaría más."