Embargan a narcos millones de dólares y se incautan toneladas de drogas.

Casi 10.000 personas trabajaron o tuvieron relaciones de algún tipo con el narcotráfico en los últimos seis años, según se desprenden de anuarios y estadísticas del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior.

Esta cifra representa a personas que fueron detenidas por la Policía o procesadas por la Justicia Penal por casos de tráficos de estupefacientes entre los años 2010 y 2016.

Fuentes del Ministerio del Interior dijeron a El País que, además de los detenidos o procesados (9.825), hay otros miles de uruguayos que tienen vínculos con traficantes de drogas, pero nunca fueron indagados.

Esos individuos llegan a esta actividad ilegal atraídos por el dinero fácil. Se sabe que el tráfico internacional y el comercio minorista de drogas generan ganancias siderales al tener una rentabilidad superior al 1.000% entre el cultivo y el consumidor.

Por ejemplo, un kilo de cocaína vale unos US$ 2.000 en Colombia o Bolivia. Arriba a Argentina en manos de bolivianos, ya que esa comunidad allí es muy grande. Posteriormente, la cocaína llega a Uruguay a través de puentes limítrofes con Argentina escondida en motores y chasis de vehículos. La Prefectura también ha realizado operativos contra traficantes que se desplazaban en lanchones por el río Uruguay.

Ya en nuestro país, el mayorista entrega a los traficantes barriales paquetes de cocaína más pequeños. Estos, a su vez, obtienen una ganancia sideral al estirar la cocaína con otras sustancias como analgésicos, anestésicos y estimulantes. En esta etapa, el precio del kilo de cocaína supera los US$ 23.300.

El Programa Antidrogas Ilícitas de la Comunidad Andina y la Unión Europea detectó, en 2013, que en 373 muestras de cocaína extraídas en 13 ciudades colombianas, había cafeína, un estimulante del sistema nervioso central; fenacetina, un analgésico, y levamisol, un fármaco que fue retirado hace más de diez años de los mercados de EE.UU. y Canadá debido al riesgo de efectos secundarios graves en humanos y que hoy es utilizado por los veterinarios para desparasitar el ganado.

Según el diario colombiano El Espectador, también se detectaron sustancias en la cocaína relevada como aminopirina, un analgésico que alivia dolores musculares; lidocaína (anestésico), el diltiazem (medicamento contra la hipertensión) y la hidroxicina (fármaco para reducir las náuseas y disminuir la ansiedad).

En Uruguay, la Policía también detectó en la cocaína sustancias para "alargarla" como talco y yeso. En 2014, autoridades sanitarias de Bella Unión recibieron denuncias sobre que en Rivera y Artigas se consumía cocaína mezclada con veneno de víbora coral, informó Subrayado en aquel momento.

Un joven falleció al consumir este cóctel y otro fue internado grave. Relató que adquirió la cocaína en la ciudad brasileña de Uruguayana.

En un barrio como el Cerro, una "boca" de drogas puede obtener ganancias de $ 20.000 o más por día. Para investigadores policiales es difícil establecer un margen de ganancia de un negocio ilícito. Algunos propietarios de "bocas" declararon que sus márgenes de ganancias oscilan entre un 200% y un 300%, dijo un jerarca policial de la Zona IV, jurisdicción que abarca el Cerro, La Teja y otros barrios ubicados en el oeste de Montevideo.

Hay "bocas" de drogas en barrios periféricos, pero también en Pocitos y Carrasco.

En los años 2015 y 2016, la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid) desbarató 1.481 centros de microdistribución, informó el Ministerio del Interior en su página web.

Una fuente policial señaló a El País que en Montevideo funcionan por lo menos 3.000 "bocas" de drogas y agregó que rara vez la Policía desarticula totalmente un "puesto de venta minorista". La mayoría de ellas vuelven a funcionar a los pocos días por dos razones: se trata de "negocios" familiares y el vendedor sabe dónde ir para adquirir drogas. Si el padre cae preso por regentear un microcentro de distribución, continúa al frente su pareja. Y si esta es procesada con prisión, la siguen los abuelos o los hijos. (Ver nota aparte).

La explicación de este fenómeno es sencilla: la "boca" debe continuar funcionando para poder pagar las deudas a los mayoristas y cubrir las necesidades de los familiares presos. Si se corta ese "circuito", aparecen los cadáveres. En las cárceles los deudores contumaces son "ayudados" a suicidarse, heridos en los patios y pasillos o, días después que salen en libertad, asesinados en su propia casa o cuando caminan por el barrio. Otra razón es que el comprador sabe que en esa casa o edificio funciona una "boca" y cada vez que necesite drogas se dirigirá hacia ese lugar a comprarla.

Según el Ministerio del Interior, los embargos a traficantes dispuestos por la Justicia son millonarios. En 2015, en una sola causa, un juez ordenó embargos a narcos por US$ 25 millones. Las incautaciones también alcanzan récord año a año. En 2016, los decomisos de pastillas de éxtasis alcanzaron un incremento de más de 400%, según el Ministerio del Interior. Pero la marihuana fue la droga más incautada el año pasado: 4 toneladas. Un 70% más que en 2015. En tanto, las incautaciones de pasta base en 2016 (137 kilos) duplicaron las del año anterior (67 kilos).

En 2014, un comprador de marihuana buscaba droga de buena calidad y trataba de escaparle al porro de cannabis prensado que viene de Paraguay. Según relató a El País, su objetivo era comprar un paquete de 25 gramos de cogollo (la flor hembra de cannabis) porque produce mayor efecto que la droga paraguaya. El comprador recorrió primero algunas "bocas" de drogas de Piedras Blancas y solo encontró "porro paraguayo". Por avenida Instrucciones se dirigió a los accesos de Montevideo y de allí a los suburbios de Las Piedras. El comprador hizo contacto con la vendedora y esta acudió al encuentro con un niño. El comprador le hizo notar que el niño estaba escuchando la conversación. La mujer respondió: "No hay problema. Él también vende".

UNA GUERRA PERDIDA