Por Eduardo Barreneche
El violento episodio protagonizado por policías durante la “Fiesta de la Primavera” de 2018 realizada en la rambla de la ciudad de Dolores, conmocionó a los uruguayos en su conjunto. En tres ocasiones, un mecánico y chapista recibió múltiples disparos de policías tras huir para evitar una multa de tránsito. El desenlace llegó ahora, con una condena a los agentes por parte de la Suprema Corte de Justicia (SCJ).
El mecánico fue tiroteado en El Rosedal (rambla de Dolores), en el Centro de la ciudad y luego nuevamente en El Rosedal. Como era de esperar, resultó herido de entidad.
Un policía, que se encontraba a poca distancia, además, sufrió un balazo disparado por sus propios compañeros. Un vehículo, estacionado a unos 40 metros de lugar, también recibió tiros.
La investigación del caso fue realizada por la fiscal de Dolores, Virginia Sigona, quien tomó declaraciones a los policías que protagonizaron la balacera y a testigos. Tres agentes fueron defendidos por el abogado Juan Vicenti Morandi y otros dos por los abogados Luis Moyano y Julián Gonçalves.
En 2019, la jueza de Dolores, Ximena Menchaca, condenó a dos policías por abuso de funciones y lesiones graves. Y a los otros tres les tipificó abuso de funciones.
El Tribunal de Apelaciones de 2° Turno eliminó el delito de abuso de funciones para los cinco policías y solo tipificó lesiones graves para los dos funcionarios que dispararon contra el mecánico.
El jueves 4 de este mes, en tanto, la SCJ condenó a los dos policías por incurrir en dos delitos de lesiones graves agravadas a título de dolo eventual, a la pena de dos años y seis meses de penitenciaría, y nada más. Es decir, la Suprema Corte mantuvo el fallo del Tribunal de Apelaciones.
La Corporación ordenó, además, a la jueza Menchaca la detención de los dos policías. La magistrada ya libró dicha medida contra los agentes, según dijo una fuente del caso a El País.
La balacera
A las 5.00 horas del 14 de octubre de 2018 se realizaban los festejos por la edición N° 58 de la “Fiesta de la Primavera”, en Dolores.
A esa hora, el mecánico Leonardo U. se encontraba con su novia y una amiga bebiendo cerveza dentro de su auto marca Toyota en la rambla conocida como El Rosedal.
Como la Policía había detectado que minutos antes el auto conducido por Leonardo U. circulaba en forma irregular, personal de la Intendencia de Soriano y varios agentes realizaron un control de rutina cuando ubicaron al vehículo estacionado en la rambla.
Así las cosas, los inspectores efectuaron una prueba de espirometría a Leonardo y esta dio positiva (1,3 gramos por litro de alcohol en sangre). Así fue que un funcionario de tránsito le informó a Leonardo que se le retendría el Toyota.
En la inspección realizada al auto no se encontraron armas de fuego, drogas ni cualquier otro indicio de un accionar delictivo por parte del mecánico. Pero en un momento dado, Leonardo tomó las llaves de auto, volvió a subir a él, arrancó y escapó para evitar la retención del vehículo.
Dos agentes policiales que acompañaban al equipo municipal le dieron la voz de “alto”. Al no detenerse, los policías desenfundaron sus pistolas Glock y comenzaron a dispararle sin importar que en la rambla había una gran cantidad de personas por la Fiesta de la Primavera.
Leonardo logró huir a toda velocidad. No sabía que era seguido por un móvil tipo “furgón” perteneciente al Grupo de Respuesta Táctica (GRT).
El furgón llevaba a otros agentes que no habían participado en el incidente de la inspección en la rambla. Después de perder al Toyota por unos minutos, el furgón logró ubicarlo. Después de dar un rodeo, el furgón impactó al Toyota conducido por Leonardo.
Varios policías descendieron del furgón. Algunos agentes dispararon a las ruedas del auto, mientras que otros no dudaron en tirar a la carrocería, señala el fallo de la Corte.
Leonardo U. logró mover otra vez el Toyota y regresó al Rosedal. Allí recibió nuevamente disparos por parte de los agentes que le habían tirado en el primer episodio. En el lugar se encontraban un comisario y un subcomisario, quienes gritaron a sus subalternos que dejaran de tirar al auto que se acercó a escasa velocidad y con una rueda desinflada. El auto estacionó.
En El Rosedal los relevamientos de Policía Científica encontraron 32 vainas de pistola Glock 9 milímetros y al menos 25 orificios de bala en el automóvil del mecánico, agrega la sentencia de la Corte.
El comisario y un subcomisario lograron sacar a Leonardo del coche y lo trasladaron hacia un vehículo. En el camino, el herido balbuceó: “¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué?”.