VIOLENCIA EN EL FÚTBOL
El penalista Gumer Pérez dijo que trabajará con la Fiscalía para "individualizar a los responsables del crimen"
El abogado Gumer Pérez asumió la defensa legal de la familia del adolescente asesinado en el barrio de La Unión el pasado lunes. El penalista y sus defendidos procuran que la Justicia resuelva el caso a la brevedad posible para que los familiares del joven tengan así “un poco de paz interior” que al momento no consiguen.
“Vamos a coadyuvar con la Fiscalía para el esclarecimiento del hecho y tratar de individualizar a los responsables del crimen de Ignacio”, dijo el penalista en diálogo con El País.
La víctima, de 17 años, murió de un disparo en la tarde del lunes. Se sabe, hasta el momento, que los atacantes iban en una moto y que gritaron “venganza” al disparar, según declaró un testigo. La principal hipótesis de los investigadores es que el asesinato fue una respuesta a lo ocurrido cuatro días antes en la avenida 8 de Octubre, cuando se desató un tiroteo tras el cual falleció un hincha de Nacional, quien era a su vez coautor del homicidio cometido contra Hernán Fiorito —hincha de Peñarol—, asesinado en setiembre de 2016.
Sin embargo, Pérez y la familia niegan que el menor tuviera la más mínima vinculación con este enfrentamiento, con la barrabrava de Peñarol e incluso con el fútbol en general, ya que, de acuerdo al penalista, nunca fue al estadio a ver al club del que era hincha.
“Jamás estuvo vinculado al club, y mucho menos intervino en actos de violencia, ni integrando una barra de nada”, dijo Pérez.
Contó que la víctima y su familia supieron de los disparos ocurridos en la feria Vía Blanca —donde además de la muerte del hincha de Nacional otras dos personas resultaron heridas— por versiones de “vecinos”, y que habían ido al lugar ese mismo día de Reyes a “comprar regalos” para parientes.
“Ignacio no estuvo en el lugar cuando se produjeron los disparos, y que se lo vincule es horrible, porque no estaba relacionado a la barra de Peñarol”, insistió Pérez. “El estadio Campeón del Siglo, por ejemplo, recién lo conoció cuando fue a ver un partido de la selección uruguaya”.
El penalista también entendió necesario destacar que el adolescente era “un chiquilín de familia, de padre y madre trabajadores, con un hermano que es profesor de matemáticas y una hermana que es enfermera”. “Tenía una barra de amigos del liceo Dámaso, donde iba a cursar quinto año; era un chiquilín muy sano, sin ninguna problemática de nada, sin vinculación con la droga, la delincuencia, y ajeno totalmente a los ambientes delictivos”, dijo el abogado.
Pérez, por otra parte, resaltó el trabajo que lleva adelante la Fiscalía, y en particular la Unidad de Víctimas del Ministerio Público, desde donde ofrecieron a la familia “apoyo psicológico y terapéutico” y es probable que acepten ese servicio, agregó.
Consultada esta tarde en rueda de prensa, la fiscal del caso, Mirta Morales, aseguró que no haría declaraciones sobre la investigación.