VIOLENCIA CARCELARIA

Un ataque de celda a celda en el exComcar derivó en personas envueltas en llamas en un calor que, según pericias de Bomberos, alcanzó los 300 grados. Además del fuego, la agresión incluyó cortes carcelarios. Dos reclusos jóvenes murieron como consecuencia y otros cinco están internados con heridas graves. El enfrentamiento entre varios presos se dio en la noche del martes y la tragedia que se desencadenó puso la mira, una vez más, en las grandes falencias que arrastra el sistema carcelario, pese al esfuerzo de quienes trabajan allí.

El caos en la Unidad N° 4 de Santiago Vázquez comenzó cerca de las 22:30 del martes. Varios reclusos rompieron el candado de las rejas, salieron de su celda y luego arremetieron contra el candado de otra celda. Una vez que lograron vencerlo prendieron fuego los colchones y atacaron con cortes carcelarios a los siete reclusos que había en su interior.

Los policías escucharon gritos, vieron llamas, humo tóxico y enseguida, según relató a El País el comisionado parlamentario, Juan Miguel Petit, “intervinieron con valentía y compromiso rescatando a los heridos en medio de las llamas”.

Dos personas murieron producto del fuego y otras cinco resultaron heridos: tres están internados en el Centro Nacional de Quemados (Cenaque) y dos en el Hospital de Clínicas. Todos sufrieron quemaduras.

El director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, Santiago González, dijo a El País que el hecho ocurrió en el módulo 3 del exComcar, más precisamente en el sector 2b. “Hubo una pelea probablemente entre dos celdas y no se sabe aún el porqué”, dijo González. Agregó que dentro de una cárcel el motivo puede ser “porque me miraste mal, por una pelea por una radio o porque ya veníamos cruzados de antes”.

“Es un módulo que recibimos totalmente destruido y una de las cosas que está para revisarse es arreglarlo, porque no hay nada. No hay camas y muchas de las rejas están rotas, por lo cual los reclusos salen. Es un módulo muy destrozado”, explicó González, que añadió que en este momento se encuentran arreglando el módulo 11 que está “todo destruido”.

Personal penitenciario, efectivos de la Guardia Republicana, del Grupo de Reserva Táctica (GRT) y bomberos trabajaron durante gran parte de la madrugada en el lugar. También acudieron el propio González y todas las autoridades del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).

“Ha sido un hecho grave e impactante. No es momento de hacer desde nuestra oficina comentarios grandilocuentes, sino tratar de reflexionar ante eso cómo se construye aquí una política pública”, reflexionó Petit en diálogo con El País.

El comisionado parlamentario indicó que el módulo 3, donde ocurrió la tragedia, es uno de los sectores del exComcar con muy malas condiciones. “En los últimos meses el INR venía trabajando, cubriendo algunas cuestiones esenciales, con gran esfuerzo de los funcionarios y presencia de las propias autoridades en el lugar, pero con un hacinamiento que supera las mejores intenciones: casi 600 internos para un lugar con 280 plazas”, señaló Petit.

Y agregó: “Murieron dos jóvenes y hay otros cinco graves que podrían haber tenido otro futuro con un sistema de rehabilitación. Aclaro que yo también me siento responsable; soy parte del sistema, desde un rol específico pero soy parte del sistema, y soy responsable”.

Para González, la actuación policial evitó algo mucho peor. “Los guardias fueron con bomberitos y sacaron presos para enfermería; después todo el ministerio colaboró”, indicó.

Si bien los primeros testimonios de las personas que estuvieron en el lugar identifican ya a los responsables, el caso está siendo investigado por la fiscal de Homicidios de 2° turno, Mirta Morales.