Redacción El País
Una casa del barrio Marconi, ubicada en la cercanía del cruce de Enrique Castro y Aparicio Saravia, fue baleada este jueves a las 10 de la mañana. Al llegar, la Policía encontró por lo menos 18 casquillos de bala, además de varias pedradas de los vecinos y se requirió la intervención de la Guardia Republicana. Este hecho generó, además, que la policlínica Misurraco, ubicada a escasos metros de allí, recibiera varios impactos de bala y debiera cerrar, dejando a los usuarios sin la asistencia médica que habían ido a buscar.
Había varias personas esperando para ser atendidas en el lugar, relató Martín Pereira, dirigente de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) a Subrayado (Canal 10) y dijo que algunos proyectiles impactaron en las paredes. "Fue una situación de inseguridad tanto para los trabajadores como para los usuarios y en base a lo que tenemos acordado, nos retiramos cuando el Ministerio del Interior planteó que era seguro salir", explicó.
El dirigente sindical dijo que casos así "se vienen dando en reiteradas veces" y que los trabajadores están esperando que se acelere la mudanza de la policlínica a otra zona del barrio más segura. "Lo venimos trabajando en eso con las autoridades de la Red de Atención Metropolitana (RAP)", dijo Pereira y recalcó que han expresado en más de una ocasión la necesidad de que se proceda de forma urgente a ese cambio de locación.
Por otra parte, relató que los funcionarios de la policlínica son esperados cada día por un auto de la RAP en las paradas de ómnibus para trasladarlos hasta el lugar de trabajo y así darles seguridad. Justamente, agregó, por estos problemas de inseguridad, el horario de atención al público se ha ido acortando.
"Es algo similar a lo que ocurre en la Cruz de Carrasco, en el Cerro, en Piedras Blancas. Se dan situaciones de violencia casi a diario", resumió.