DROGAS

Un barco que transportaba cinco toneladas de cocaína en uno de sus contenedores salió desde el puerto de Paraguay, estuvo en tránsito en Uruguay y arribó al puerto de Amberes en Bélgica. El ministro del Interior Luis Alberto Heber, confirmó que la carga pasó por el puerto de Montevideo, pero dijo que cuando las autoridades paraguayas avisaron a Uruguay el buque ya se había ido.

“Cuando se avisó a la Dirección Nacional de Aduanas del Uruguay de la existencia, ya había pasado el barco por nuestro país, dijo el ministro. Quien emitió la voz de alerta a las autoridades uruguayas fue Paraguay, aunque este país le había informado antes de la situación al puerto de Amberes.

Las autoridades paraguayas tomaron conocimiento de que los contenedores estaban contaminados cuando el barco ya había partido de Montevideo, apuntó una fuente de investigación a El País. Fue por eso que la aduana de nuestro país no pudo revisar la carga a tiempo, justificó.

“Se nos comunicó por parte de inteligencia aduanera en Paraguay que había pasado ese barco, que no se había abierto, simplemente estaba en tránsito”, dijo Heber. Incluso, acotó que la carga “estaba con el mismo precinto”.

A su vez, el ministro explicó que hace un mes sabían de este embarque (que salió el de abril de Paraguay y llegó el 21 de junio a Amberes), pero se mantuvo el silencio para preservar la investigación y que se pueda incautar la droga. “Guardamos el prudente silencio como para que el barco llegara a Amberes y fuera capturado”, manifestó.

“La jurisdicción del puerto no es mía, pero es importante que nosotros tengamos la tecnología suficiente como para poder fiscalizar”, señaló el ministro. “En ese sentido la Dirección de Aduanas está haciendo una compra de escáneres como para poder tener mayor control de las cosas que pasan”, puntualizó el jerarca de seguridad.

Por el puerto de Montevideo pasan cientos de contenedores a diario y la aduana no revisa los que están en tránsito, ni siquiera revisa todos los que salen de la capital. Los contenedores que son inspeccionados son aquellos sobre los que se haya emitido una alerta o generado sospechas en autoridades.

En este sentido el ministro del Interior también destacó: “En el tema de inteligencia tenemos que aceitar aún más. Estamos en muy buenos contactos con Paraguay, con Brasil y con Argentina”.

Una fuente de la investigación dijo a El País que se está trabajando para conocer cuál es la empresa propietaria del barco “para monitorearla”. Tampoco se sabe cuál es el cártel al que pertenecía la cocaína.

“Paraguay es un país de mucho tránsito de cocaína” porque es vecino de Bolivia, indicó la fuente. Colombia, Perú y Bolivia son los mayores productores y abastecedores de cocaína en el mundo.

“Paraguay tiene la problemática de la cocaína mucho más instalada que nosotros y tienen un problema de corrupción en la frontera”, detalló.

Un narcotraficante y uno de los líderes del Primer Cartel Uruguayo (PCU), llamado Sebastián Marset, se encuentra prófugo y desde hace dos semanas está en la lista roja de Interpol por el transporte de al menos 16 toneladas de cocaína hacia Europa a través de la Hidrovía Paraná-Paraguay. Según un expediente judicial al que accedió La Nación, la ruta abarca Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y también Bolivia.

“La sospecha más fuerte es que esté escondido en algún país africano, donde hacían escala los cargamentos con cocaína que navegaban por la Hidrovía”, señala el medio argentino sobre el traficante uruguayo.

La Secretaría Nacional Antidroga paraguaya señaló en marzo que Marset tenía vínculos con una organización dedicada al tráfico de cocaína que fue desarticulada en el marco del operativo A Ultranza, del que estaba a cargo el fiscal Marcelo Pecci.

El fiscal fue asesinado en su luna de miel en mayo y uno de los sicarios, que fue detenido a comienzos de junio, confesó que el Primer Comando Capital (PCC) le pagó a este grupo US$ 530.000 para ejecutarlo.