UNA HISTORIA TRÁGICA
Por primera vez se conoce la declaración de la exesposa de Martín Bentancur.
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En las primeras horas del 28 de marzo de 2018, Martín Bentancur (31), hasta ese momento una persona muy apreciada en Quebracho, asesinó a disparos a su suegra, Nelly Goyeneche (41) y al policía Juan Oviedo (25) y estuvo a punto de ultimar a su expareja, Valeria Martínez Goyeneche (24). Bentancur tomó la moto del agente Oviedo y se fue a la chacra de los padres de la pareja de Valeria e incendió la casa principal, galpones y maquinaria. Las pérdidas fueron estimadas por la familia Latapié en US$ 1.000.000.
Once horas después de los crímenes en la localidad sanducera, Valeria declaró a la fiscal Carolina Martínez que su expareja había sido cazador desde muy joven, tenía un rifle calibre 22 con mira telescópica y que conocía al dedillo los campos, montes y arroyos cercanos a Quebracho.
En la sede de Investigaciones de la Jefatura de Policía de Paysandú, Valeria dijo que, días antes, Bentancur le había dicho que la iba a matar a ella y a su familia. El siguiente es un resumen de la declaración de Valeria:
Fiscal Martínez: Contame tu participación en los hechos ocurridos en la madrugada de hoy en Quebracho. ¿Qué pasó?
Valeria: Cuando decidí separarme de él (Martín Bentancur), hacía tiempo que no nos llevábamos bien. Él es mi esposo. Estamos juntos hace nueve años y en septiembre íbamos a hacer seis años de casados. Tenemos una hija en común de siete años.
Fiscal Martínez: ¿Cuándo comenzaron los problemas entre ustedes?
Valeria: En realidad él no dejaba que me faltara nada en lo material. Pero después lo otro… era muy raro. Se cerraba en él. Yo agachaba la cabeza y seguía. Un día la madre de él me insultó y Martín no dijo nada. Claro, era la madre de él. Está todo bien. Eso ocurrió hace tres años. Después de eso la pareja no fue la misma. A partir de ahí nos peleábamos por cualquier cosa. Anteriormente me había pegado. Ya no daba para más (la pareja). Podía terminar peor. Al separarme, nunca pensé lo que iba a suceder.
Una persona confiable pero muy reservada.
Un día antes del doble crimen, la imagen de Martín Bentancur era la de alguien muy trabajador. Sus empleadores, una empresa grande en la zona de Quebracho, le tenían una confianza total: le entregaron todas las llaves de los silos y de los galpones de la empresa. Era un hombre callado. En su trabajo jamás dijo que tenían problemas en su matrimonio con Valeria Martínez. Sus amigos lo apreciaban. Estaba algo distanciado de sus padres y de su hermano. Pese a que desde que se había separado de Valeria vivían a poca distancia. Trascendió que el diferendo entre Bentancur y su familia se debió a una cuestión de herencia. Ello no consta en el expediente del Juzgado de Paysandú.
Fiscal Martínez: Dijiste que él te había pegado tiempo atrás. ¿Lo denunciaste?
Valeria: No.
Fiscal Martínez: Durante la separación, ¿hubo algún problema?
Valeria: Sí. Él me buscaba y me perseguía. Un día lo cité para hablar. Él me dijo que fuera a su casa. Yo fui. Cuando nosotros nos separamos quedamos bien. No queríamos pasar lo mismo que otras parejas. Fue una decisión de los dos. En su casa le pregunté qué entendía él por estar separados. Me respondió: “Estar separados”. Le dije que no estaba entendiendo lo que era una separación. “Lo que estás haciendo no significa esa palabra”, le dije. Le hice saber que tenía una nueva pareja (Valentín Latapié) y ahí él me pegó.
Fiscal Martínez: ¿Martín te hizo algún reclamo por algún dinero?
Valeria: Sí. Me dijo que me había gastado toda la plata (ríe en forma irónica). La casa que nos hicimos en el fondo de la de los padres, nos cobraron los materiales cuando nos echaron. Él (Martín) insistía en que me había gastado todo el dinero.

Fiscal Martínez: ¿En qué se gastó el dinero?
Valeria: En la casa de mi abuelo tenemos un bruto galpón que por lo menos salió 10.000 dólares. Después hicimos otro en el fondo. Compramos aire acondicionado; terminamos de pagar el auto. El dinero que teníamos era US$ 25.000. Tampoco era mucho. Entre el galpón y el auto tenemos 15.000 dólares. Compramos televisor y salimos de vacaciones. Terminamos una pieza que estábamos haciendo para nosotros. Y le compramos una cama y una cómoda para nuestra hija. Martín hizo otro galpón, se compró un torno, una soldadora eléctrica, una amoladora y una piedra de afilar.
Fiscal Martínez: ¿Por qué pensás que él te reclamó el dinero?
Valeria: Él nunca pagó las cuentas. Siempre fui yo la que hacía los mandados. Él dice que yo le gasté la plata. Pero no puedo creer que no conozca los precios. Esa parte nunca la entendí.
Fiscal Martínez: Cuándo estaban separados, ¿él contribuía con alimentos o dinero?
Valeria: No. Jamás. Me pedía para ver a mi hija. Cuando estaba con ella en la casa, le preguntaba sobre mí, qué hacía yo, etc.

Fiscal Martínez: ¿Qué ocurrió ayer (27 de marzo de 2018)?
Valeria: Pasó muy despacio por el costado de la casa de mi madre en la camioneta de su trabajo. De tardecita fui al almacén donde trabajo. Vi en la reja de la casa de él que había alguien parado. Estacioné el auto y entré a comprar. En una casa que se alquila siempre hay gente. Entré a comprar. Cuando arranqué el auto, las luces alumbraron hacia las rejas, él se escondió tras las rejas. Ahí me di cuenta que era él. Después de eso, me encontré con Valentín. Y yo le dije: “Algo me está diciendo que algo no está bien, que algo va a pasar y que no es lejano”. Con Valentín llegamos a casa. Valentín se bajó. Valentín gritó: “No, no”. Vi que Martín iba corriendo a Valentín con una pala.
Fiscal Martínez: ¿Valentín había dejado la moto de él en tu casa?
Valeria: Sí. Y habíamos salido en el auto. Cuando vi que Martín iba corriendo a Valentín con la pala, entré a mi casa. Y le conté a mi madre lo que ocurría. Mi madre quedó supernerviosa. Mi cuñado estaba acostado. Mi otra hermana lo levantó. Martín entró de la casa y levantaba la pala a mí y a mi mamá. Martín sacó la puerta de entrada y yo quedé entre la puerta y la pared.
Fiscal Martínez: Decís que él mostraba la pala. ¿Era afuera de la casa?
Valeria: No. Adentro.
Fiscal Martínez: ¿Y cómo Martín sacó la puerta?
Valeria: No sé bien. Levantó la hoja de la puerta y la sacó. Mi madre le decía: “Adentro no, vamos afuera. Está tu hija”. En eso viene Enzo, mi cuñado, le agarró los brazos y lo sacó para afuera. Valentín ya no estaba más. Yo tiro la puerta y me voy para el cuarto. Tomé a mi hija en los brazos y la llevé al otro cuarto con mi sobrino y otra niña. Escuchábamos gritos. En un momento no escuchábamos más nada. Salimos las mujeres y vimos a Enzo en la esquina. Le preguntamos dónde estaba Martín. Enzo dijo: “Se fue, se fue”. Enzo regresó a la casa. Ahí supe que mi vida corría peligro. Y llamé a la seccional.

Fiscal Martínez: Ya en la comisaría, ¿por qué pensaste que le podía ocurrir algo malo a ella?
Valeria: Si Martín mató al policía, sin tener una razón, era obvio que la iba a matar a ella. Aparte, mi madre cuando habló con él, le dijo que pensara o hiciera lo que quisiera, pero que ella iba a estar para defenderme a mí. Supongo que se sacó la rabia y que me iba a doler si mataba a mi madre.
Fiscal Martínez: ¿Tu hija vio algo?
Valeria: Ella se acuerda hasta cuando estaba debajo de la cama. Llegamos acá (a la Jefatura de Paysandú) y ella preguntó por la Abu. Y no le dije nada (Llora).
Fiscal Martínez: ¿Martín Bentancur tuvo alguna patología psiquiátrica?
Valeria: Que yo sepa, no.
Fiscal Martínez: ¿Te parece que Martín se podría suicidar?
Valeria: Al contrario, él decía que iba a matar a todo el mundo. No creo que lo haga. Como ya dije, tiene la cara pero no es bobo. Juro que sería lo mejor. Es lo que yo quiero que haga.
Juan Oviedo, un policía despedido como "héroe".
En la comisaría, Valeria Martínez Goyeneche relató al agente Juan Oviedo que su madre dijo que Martín Bentancur rondaba la casa. Oviedo se subió a una moto Honda y partió hacia el hogar de la familia Goyeneche. Oviedo desenfundó su arma. Ingresó a la casa y cruzó el living. En la puerta del pasillo chocó contra Bentancur, quien ya había matado a su suegra de dos disparos en el dormitorio. Oviedo y Martín forcejearon. El policía recibió un tiro de su propia arma debajo del mentón que le atravesó el cráneo. En su sepelio, el jefe de Policía de Paysandú, Luis Mendoza, destacó “el heroísmo” del policía, que perdió su vida por defender la de otros. “El agente es un héroe que lo enterramos porque dejó su vida para defender a una ciudadana víctima de violencia doméstica”, dijo el jerarca.
