El hallazgo en la playa Brava de Punta del Este de dos tarrinas con ácido clorhídrico, precursor usado entre otros fines para cocinar cocaína, levantó sospechas sobre la instalación en el país de laboratorios para elaborar esa droga. La alerta por la aparición de la sustancia química fue planteada en el Parlamento por un legislador del Frente Amplio, que advirtió que Uruguay está cambiando su estatus y se está convirtiendo en un país de producción de estupefacientes. Para el director de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid), Alfredo Rodríguez, “decir que somos un país productor de cocaína es un disparate”.
De todas maneras, en territorio oriental se han detectado laboratorios clandestinos con ese propósito. Dos meses atrás, el 31 de agosto, la Dgrtid puso en marcha la operación Bolbe, por la que desmanteló a una organización, integrada por dos ciudadanos bolivianos que habían ingresado al país una semana antes y dos uruguayos, que habría utilizado una casa en Costa Azul, Canelones, para cocinar entre 10 y 20 kilos de cocaína, como reveló la investigación policial. Las cuatro personas fueron imputadas y se incautó tres escopetas, tres rifles, una chumbera y una pistola; dos miras telescópicas; 244 municiones de distintos calibres; dos camionetas con un fondo falso vacío debajo del valijero trasero, que serían utilizadas para transportar los estupefacientes, un envoltorio con 116 gramos de marihuana y dos con 28 gramos de cocaína.
No es una novedad la instalación en el país de las llamadas cocinas que convierten pasta base en cocaína. El laboratorio más importante que recuerda el director de Drogas fue desmantelada en el año 2008 en un establecimiento rural sobre la ruta 86, cerca de Sauce, también en Canelones, adonde llegaron los policías tras seguir a un camión con matrícula de Paraguay. Allí incautaron 297 kilos de marihuana, 37 de cocaína y 6,5 de pasta base, además de varios precursores químicos: cuatro bidones de 10 litros de acetona, una bolsa de permanganato de potasio, bicarbonato de sodio, dos botellas de ácido clorhídrico de dos litros y medio, otra con éter sulfúrico, un litro de hidróxido de amonio, dos botellas de ácido sulfúrico, carbón activado granulado, entre otras sustancias.
Sí son novedosos los laboratorios que fabrican drogas sintéticas, como LSD, éxtasis y tusi (o “cocaína rosa”), entre otras. En 2022, se desmontaron cuatro, uno de ellos a dos cuadras de la playa Pocitos. Sin embargo, el director de Drogas sostiene que ninguno logró procesar grandes cantidades de estupefacientes.
Ante este escenario, en la Evaluación Nacional de Riesgos de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo realizada a pedido del gobierno y publicada en julio, el consultor internacional Alejandro Montesdeoca planteó que “Uruguay ya no es solo un país de tránsito de drogas, sino que se ha podido constatar, por un lado, la producción nacional de drogas sintéticas y, por el otro, un aumento en el consumo de drogas a nivel local, tales como la cocaína y metanfetaminas”. Además, aseguró que “por el momento, los circuitos de acopio y exportación de drogas se encuentran diferenciados de los dedicados a la distribución para el consumo interno y están en manos de grupos pequeños, de naturaleza familiar y/o barrial; no obstante, existe un vínculo entre los grupos locales que se dedican al mercado interno con los grupos regionales que movilizan la droga en tránsito”. Y afirmó que “por ello (...) existe un riesgo creciente de que se produzcan cambios cualitativos y cuantitativos que potencien la problemática del narcotráfico en el país”.
Mezcla
En base a este informe fue que el diputado frentista Mariano Tucci, del Movimiento de Participación Popular, alertó el pasado martes, durante la discusión sobre la Rendición de Cuentas en el Parlamento, que “la mezcla” hallada en las dos tarrinas de 200 litros que aparecieron en la playa Brava el 3 de octubre “es exactamente igual a la de los laboratorios que cocinan cocaína”, por lo que “esto se ata al informe de riesgo” de Montesdeoca “que habla de la situación que Uruguay atraviesa cambiando de estatus, de ser un país de tránsito a uno de tránsito, acopio y producción de algunas drogas en territorio nacional”. Ese fue el pie del legislador para sostener que “no hay una estrategia nacional, porque no hay un reflejo presupuestal de la lucha contra el narco”.
El director de Drogas, encambio, afirmó que existe una estrategia nacional en el combate al narco. Como prueba de ello resaltó los resultados y aseguró que no tiene “evidencia de que se estén cocinando grandes cantidades de cocaína en Uruguay”, aunque admitió que “puede haber” algún laboratorio chico. Por eso, insistió: “Decir que somos un país productor de cocaína es un disparate”.
“El ácido clorhídrico”, la sustancia hallada en las tarrinas, “puede ser uno de los precursores que se utilizan” para cocinar cocaína, “pero también es de uso legal y lícito”, dijo Rodríguez a El País, y agregó: “Pudo haberse caído de un embarque o ser un desecho. Al 29% (la dilución hallada) se usa sobre todo en las obras, para limpiar. También se usa para cocinar cocaína, pero no solo el ácido. Le faltan un montón de cosas: faltan oxidantes. Es uno de los precursores, pero ya con eso decir que se está cocinando… Nosotros no descartamos la hipótesis de que se pueda estar cocinando, pero no hemos encontrado grandes laboratorios ni grandes incautaciones en el mercado negro de precursores químicos, más allá de que el control no lo hacemos nosotros, sino el Ministerio de Salud Pública, y siempre estamos en contacto con ellos”.
Aunque ningún país parece estar libre de estas cocinas. En España, donde no tenían registro de pasta base, se desmontó en abril el mayor laboratorio de Europa, con capacidad para producir hasta 200 kilos de cocaína por día. La Policía incautó allí 1.300 kilos de pasta base, 151 kilos de cocaína, y más de 23.000 litros de precursores y otras sustancias químicas.
Estrategia de combate en 3 niveles
La Dirección de Drogas (Dgrtid) celebró el martes pasado sus 30 años con un acto al que asistieron el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y embajadores, pero al que no estuvo invitada la prensa para preservar la identidad de los investigadores. “Los golpes que le hemos dado al narcotráfico han sido históricos. Hemos atacado los tres niveles: al gran narcotráfico, a la distribución del narcotráfico y al narcomenudeo”, dijo allí Heber.
En ese sentido, el director de la Dgrtid distingue tres tipos de organizaciones en Uruguay: las que hacen logística de la droga en tránsito, principalmente cocaína, para grupos transnacionales; en segundo lugar, “otros grupos nacionales que se encargan de ingresar cargamentos grandes, de 300 o 400 kilos, para nutrir a las organizaciones del microtráfico, principalmente de pasta base y, en menor cantidad, de cocaína”; y por último, “40 grupos distribuidos en Montevideo y la periferia que se encargan de la distribución, que tienen varias bocas”.
Rodríguez, que de 2002 a 2012 trabajó en la Dirección de Drogas, dice que el principal cambio de la actual gestión es la nueva estrategia en el combate al microtráfico. “Cuando asumimos en 2020, se golpeaba únicamente la boca, el centro de distribución, que es el último eslabón de la organización criminal o clan familiar encargado de la distribución de la droga principalmente en Montevideo y zona metropolitana. Yendo solo por el centro de distribución es muy poco lo que se incauta. Ahora vamos por la organización. Además, se fortaleció el sistema de combate al microtráfico creando las brigadas departamentales antidrogas de Montevideo y Canelones”, que dan “oxígeno” a la dirección, dijo.
Junto a la DEA
La Administración para el Control de Drogas (DEA) de EEUU retiró su oficina de Montevideo en 2019 y coordina acciones desde Buenos Aires. El director de Drogas dijo que hay “una exclente relación con la DEA, de cooperación e intercambio, incluso de investigaciones activas y en conjunto”, y agregó: “En nuestro acto aniversario el martes 17 estaba presente el jefe de la Oficina de Buenos Aires y los agentes especiales a su cargo, como así también la embajadora de EEUU”. Allí, Heber agradeció a “agencias, embajadores y elementos de información e inteligencia que ayudan a tener éxito”.
Desde 2020, incautaron 2.281 kilos de pasta base, más que en 17 años
Tucci no es el único legislador opositor que alerta sobre la posibilidad de que se esté produciendo cocaína en el país, aunque sí el que lo ha dicho en público. Otros lo sospechan por la mayor cantidad de pasta base incautada, que no se explicaría por la demanda de consumidores locales. El director de Drogas lo destaca con orgullo: desde marzo de 2020 al 30 de setiembre de este año, incautaron 2.281 kilos de pasta base, lo que supera las casi dos toneladas decomisadas entre 2002 y 2019. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala un incremento en la producción regional de cocaína, pero Rodríguez destaca que el mayor decomiso de estupefacientes se justifica por “el cambio en la estrategia del combate a la oferta del microtráfico”, y afirma: “Ya no vamos solo por la boca; vamos por la organización” que las provee. Asegura que el refuerzo de las tareas de inteligencia es clave. “La nueva estrategia es más ambiciosa. No solo estamos incautando más, sino que tenemos mayor cantidad de bocas desarticuladas, de indagados, de condenados, de formalizados; de droga, dinero y armas incautadas. No es casualidad. Se está siendo mucho más efectivo”, plantea, y recuerda que en 2021 superaron dos veces el récord nacional por confiscación de un solo cargamento de pasta base, en julio de 407 kilos y en setiembre de 409 kilos, lo que llevó a que ese año decomisaran 1.200 kilos. Para el director de Drogas, no hay dudas de que la pasta base incautada se destina al consumo local y no a cocinas de cocaína. La Junta Nacional de Drogas del 2019 informó que “la población de usuarios problemáticos de pasta base en Montevideo y el área metropolitana está entre 7.500 y 9.900 personas”. Rodríguez estima que en el país “seguramente hoy sean 15.000; pero haciendo la cuenta con 9.000 adictos, por lo que consume cada uno, 400 kilos les da para 40 días”.
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