A las 17:30 horas de ayer comenzó la audiencia de formalización en el Juzgado de Canelones del chófer del auto donde viajaron las víctimas de la balacera en Pinar Norte, dijo a El País una fuente del caso.

La fiscal de la causa penal, Sandra Fleitas, solicitará su formalización por los delitos de encubrimiento y omisión de asistencia.

A las 20 horas de la víspera, la Justicia hizo lugar al pedido de la fiscal y lo formalizó por encubrimiento y omisión de asistencia. La audiencia continuaba con la discusión de las medidas cautelares.

El chófer, según la fuente, entró a una casa por un tema de drogas y desde adentró escuchó las ráfagas de disparos que mataron a un hombre de 22 y a un niño de dos años. Luego, salió con otro niño de tres años que no había sido herido y caminó varios kilómetros hasta una pizzería. Allí dejó al niño y un celular. El individuo incurrió en ilícitos por no llamar a la Policía y avisar del ataque donde habían personas heridas.

La fiscal Fleitas sospecha que el incidente se debió a un enfrentamiento por drogas.

La Fiscalía pidió a la Justicia que autorice, además, el allanamiento de la casa donde ingresó el chófer del auto baleado. También analizará la responsabilidad penal de dos mujeres por permitir que sus pequeños hijos de dos, cinco y seis años anden en un auto a las 23:00 horas con hombres vinculados a hechos delictivos.

Una de las madres de los niños está presa por tráfico de drogas y la otra tiene antecedentes por el mismo delito.

“Hay que preguntarse por qué esos niños estaban a esa hora en ese lugar y quién era que se encargaba del cuidado de ellos”, afirmó la fiscal Fleitas. En este sentido, dijo, en el mundo del narcotráfico “es común” que los adultos utilicen a los niños, es decir, hay un “modus operandi” que consiste en ir con ellos a cometer delitos para evitar levantar sospechas de las autoridades.

Los dos crímenes conmocionaron el viernes 23 al país. Además de la muerte del padre y de su pequeño hijo, en la balacera también resultaron heridos un niño de cinco años y otro de ocho, mientras que un menor de tres y un adulto -el chofer- de 40 salieron ilesos. Los seis, se presume, estaban en el mismo auto frente a una finca que, al menos hasta hace un tiempo, funcionaba como una boca de venta de drogas.

De hecho, una persona ya había sido formalizada por comercializar estupefacientes en ese lugar.

El chófer del auto tiene antecedentes penales, al igual que el joven de 22 que murió. Con respecto a los asesinos, de momento se desconoce quiénes son pero se presume que llegaron en una moto y en un auto, o sea que fueron al menos dos.