Eran las 7:26 horas de este sábado cuando las cámaras de un comercio ubicado en Avenida Brasil y Juan Benito Blanco captaron al ómnibus de Cutcsa de la línea 121 circulando a contramano y a toda velocidad hacia la rambla.
El chófer, que según la principal hipótesis al cierre de esta edición se había quedado sin frenos varias cuadras antes, se llevó por delante un gacebo típico de quienes más tarde se reunirían para repartir listas partidarias y luego siguió su carrera hacia la playa.
Pudo torcer levemente el volante para pasar entre un semáforo y una columna, pero después no pudo hacer más nada. Cruzó, rompió el muro de la rambla, pegó en una duna sin tumbarse y se detuvo ya muy cerca del agua.
“Mi esposo estaba paseando el perro en Avenida Brasil y Berro. Vio pasar el ómnibus a gran velocidad. Escuchó el griterío de los pasajeros. La hora de la mañana y el escaso tránsito jugaron a favor del chofer y los pasajeros. Si ocurría dos horas más tarde, hubiera sido una masacre”, consideró, en declaraciones a El País, Ana Victoria, que atiende también un comercio ubicado sobre la avenida, casi sobre la rambla, epicentro del reparto de listas para varios partidos políticos.
El jubilado Darío Quiñones también estaba en la esquina de la rambla y la transitada avenida al momento del accidente. Vio cómo pasaba el ómnibus a contramano. “Venía a toda velocidad. La plazoleta (que divide las dos sendas de Avenida Brasil y la rambla) la pasó volando, literalmente. No hay huellas de neumáticos en la plaza”, destacó Quiñones.
Luego que el ómnibus detuviera su marcha, varios vecinos bajaron a la playa para socorrer a los heridos. Muchos buscaron de inmediato al chofer y no lo encontraron.
Según el parte policial de la Seccional 10a, el conductor, de 65 años, salió despedido por el parabrisas del vehículo cuando este se detuvo. El chofer, dice el comunicado, al momento que llegaran las ambulancias “se encontraba en el agua” y “fue asistido -primariamente- en el lugar”.
Los jóvenes Valentino Marino y Nicolás Friedmann se encontraban en la rambla al momento del siniestro. Estaban a dos cuadras de la escena de los hechos. “Cuando vimos el accidente, le dije a Valentino, “corré, corré”. Fuimos hasta el lugar para intentar ayudar. La primera puerta del ómnibus estaba bloqueada. Miramos debajo y no había nadie. Me pude al fin meter para dentro y comencé a ayudar. Llegaron enseguida policías y bomberos para sacar a los heridos”, contó Nicolás. Y agregó que observó cómo los paramédicos se llevaban a una decena de pasajeros heridos con cortes en la cabeza a las ambulancias. En el ómnibus iban 16 personas. El chofer y 15 pasajeros. Todos sufrieron lesiones. Cinco de ellos de gravedad, incluido el conductor.
Rubén Darío Suárez también fue testigo del accidente. Estaba acostado en un banco cuando escuchó un fuerte estruendo, levantó la cabeza y vio el ómnibus detenido cerca del agua. Se levantó y corrió para intentar ayudar.
“Había unos cuantos heridos en la playa, afuera del ómnibus. Algunos estaban acostado y otros sentados. Vi gente gritando de dolor sobre la arena. Había policías, enfermeros y personal de Prefectura en la playa”, afirmó.
Andrés Cóppola expresó que también llegó al lugar minutos después del accidente. “El chofer del ómnibus esquivó todo lo que pudo y luego impactó contra el muro de la rambla. O existe un Dios o es un corredor de Fórmula 1”, expresó Cóppola en alusión a la pericia del conductor.
Dos señoras que residen en un edificio ubicado a metros de la rambla comentaron a El País que escucharon “un chirrido de acero” en la avenida y salieron al balcón. Era, dijeron, como si se frotara un trozo de metal contra otro. “Es obvio que al ómnibus le pasó algún desperfecto”, comentó una de las mujeres.
Los heridos
Funcionarios de la Prefectura de Trouville informaron a las 8:06 horas del día de ayer al fiscal de Flagrancia de 8° Turno, Leonardo Morales, los primeros detalles recabados sobre el accidente. Tras esto, Morales dispuso que se tomara declaraciones a los pasajeros a medida que se pudiera y que fueran revisados por médicos forenses. También ordenó pericias al ómnibus.
Por su parte, el Departamento de Relaciones Públicas de la Armada fue quien consignó que los 16 estaban heridos y que uno de los que revestía mayor gravedad era justamente el conductor.
Según el informe, los lesionados fueron internados. La hipótesis que manejaban los funcionarios de la Prefectura -la playa se encuentra bajo su jurisdicción- era que el ómnibus se había quedado sin frenos y que el chofer había hecho todo lo posible para evitar el accidente, primero yendo a contramano para no irse encima de quienes iban por su carril. Al lugar concurrió personal de Policía Científica y de Bomberos para realizar las pericias al ómnibus siniestrado.
Despliegue
A las 11 horas de ayer se montó un intenso operativo para sacar el ómnibus que se encontraba a unos 100 metros de la rambla.
Primero arribó al lugar un camión de la empresa Cutcsa trasladando neumáticos nuevos. Un equipo de mecánicos los colocó en el ómnibus. En forma paralela, otros “actores” comenzaron a llegar. Cuatro camiones guinche -dos de la empresa y otros dos contratados- estacionaron en la rambla dentro del perímetro acordonado por efectivos de la Prefectura, policías e inspectores de Tránsito de la Intendencia de Montevideo.
Una retroexcavadora comenzó a quitar arena de la duna que había rozado el ómnibus cuando ingresó a toda velocidad en la playa. Mientras tanto, trabajadores colocaron enormes tablones preparando el camino por donde se intentaría sacar el ómnibus. La retroexcavadora dejó el lugar listo tras cuatro horas de trabajo. Posteriormente, un camión guinche maniobró y estacionó con su parte trasera en línea con el ómnibus accidentado. Un obrero tomó una linga de acero y la amarró a la parte trasera del ómnibus.
El operativo fue muy lento para evitar que la linga se rompiera. Así, a cada empujón de medio metro del malacate del camión guinche, el ómnibus fue transitando la distancia que lo separaba de la rambla.
Por lo peligroso de la maniobra, efectivos de la Prefectura, Policía e IMM agrandaron el perímetro de seguridad mientras esta se realizaba.
Para evitar que el ómnibus se enterrara en la arena, la retroexcavadora lo empujó por la parte delantera, mientras que el camión guinche tiraba de la linga atada en la parte trasera del vehículo siniestrado.
A las 15:40 horas el ómnibus llegó a la vereda de la rambla. Minutos después alcanzó la calle. Estaba lleno de curiosos. Muchos de ellos aplaudieron.
Fiscal Morales recibirá pericias en unos días
El fiscal de Flagrancia de 8° Turno, Leonardo Morales, recibirá en el correr de la semana que viene los resultados de las pericias que solicitó a Bomberos y a Policía Científica, entre otros organismos. Así lo señaló el representante del Ministerio Público a El País.
Morales pidió a departamentos de Policía Científica que hicieran un relevamiento de los lugares por donde pasó el vehículo antes de que se descontrolara en Avenida Brasil.
También reclamó un estudio sobre el estado del ómnibus en general, y de sus frenos en particular, con el objetivo de confirmar la presunción de que se habría quedado sin frenos. Esta es la hipótesis del Departamento de Relaciones Públicas de la Armada.
Morales recordó que el chófer del ómnibus estaba internado y señaló ayer que se encontraba en la sala de cuidados intensivos de un hospital con heridas de gravedad. “No tengo detalles sobre su evolución”, sostuvo en horas de la noche a El País.
Sin embargo, trascendió que el conductor del ómnibus accidentado podría tener fracturas varias y contusiones provocadas por golpes en su cabeza, ya que salió despedido cuando el vehículo se detuvo bruscamente en la arena.
En la mañana de ayer, algunos efectivos de Prefectura y de la Policía manejaron la posibilidad de que el chófer del ómnibus hubiera sufrido un derrame cerebral y que ello motivó que perdiera el control del vehículo. Sin embargo, esa hipótesis quedó en un segundo plano luego de la investigación primaria de la Prefectura.
En tanto, jerarcas policiales, al igual que vecinos de la zona, especularon ayer con que si el accidente hubiera ocurrido dos horas más tarde, con la rambla ya llena de militantes partidarios y peatones, el resultado hubiera sido aún más trágico.