DISTRIBUÍAN PRODUCTOS BRASILEÑOS

Una llamada telefónica de forma anónima disparó la silenciosa investigación. La voz confidencial narraba que todos los lunes un camión salía desde la ciudad de Chuy (Rocha) con destino final en San Carlos (Maldonado) y que en su interior llevaría cientos de productos de contrabando.

Esa llamada y esa denuncia cayó en manos de la Fiscalía de 1° Turno de San Carlos, cuya titular es la doctora Mariela Núñez. Enseguida empezaron a trabajar para detectar la posible ruta ilegal del contrabando. En coordinación con personal de investigaciones de la Jefatura de Policía de Maldonado y con apoyo del Grupo de Reserva Táctica (GRT) de la Policía, se montó un plan.

La investigación logró corroborar que el camión que venía del Chuy efectivamente frenaba todos los lunes en un campo ubicado en Camino de Los Ceibos. Ahí esperaban por él varias personas en un gran galpón.

Detectada la maniobra y la ruta de contrabando, unos 200 kilómetros que hacía el conductor del camión por Ruta 9 llevando productos para luego distribuirlos en distintas zonas, la Fiscalía solicitó a la Justicia una orden de allanamiento en el lugar del destino final. La Policía se desplegó en una zona estratégica con la orden en mano y esperó el momento en que el camión llegara al campo de San Carlos para así poder detenerlo.

Ese momento llegó a las 7:30 horas del pasado lunes. Lo observaron desde distintos puntos. Era un camión de zorra marca Volskwagen, donde iban escondidos los cientos de productos.

Los efectivos policiales aguardaron a que las personas que estaban en el galpón se pusieran a descargar la mercadería. Cuando eso sucedió, los efectivos se acercaron al lugar, pero algo se los impidió: otro policía. El efectivo intentó negarles el paso a los investigadores, pero estos mostraron la orden de allanamiento y siguieron hacia su objetivo.

El policía que quiso impedir que los investigadores allanaran el galpón se encontraba de licencia médica desde 2016 y en subsidio transitorio de incapacidad parcial desde 2019. Según indicaron fuentes a El País fuentes de la investigación, el hombre tenía un rol fundamental en la operativo del grupo contrabandista: hacía de “puntero” del camión. El puntero es el encargado de ir adelante del vehículo para avisar si hay “luz verde”, es decir, si no hay policías que impidan el paso. Esta persona, además, utilizaba un carné de policía y un chaleco antibalas que él mismo había denunciado como extraviado.

Una vez en el galpón, la Policía detuvo a siete personas, incluido el efectivo que participaba del grupo, y luego inspeccionó el lugar. En ese gran depósito hallaron cientos de productos de origen brasileño prontos para ser colocados en el mercado. El valor de la mercadería incautada ascendió a los $ 5.360.000. También se decomisaron un total de seis vehículos: el camión con zorra donde se transportaban los productos, otro camión, dos camionetas y dos autos. Estos vehículos fueron valuados en $ 4.468.000.

Luego de la detención de las siete personas, la Policía los condujo hacia el juzgado para una audiencia de formalización de la investigación. Durante la misma la fiscal Núñez solicitó la imputación de cuatro personas. Otros tres quedaron en libertad. La Justicia hizo lugar al pedido fiscal y decretó que se imputara a los cuatro, dos de ellos por un delito de asociación para delinquir en concurso formal con un delito de contrabando agravado. Se dispuso para estas personas la prisión preventiva por 60 días a la espera de una acusación final.

Por los mismos delitos, pero con el agregado del peculado (por la condición de funcionario público), fue imputado el efectivo policial que también esperará en prisión el juicio oral. El restante detenido fue imputado por un delito de contrabando y se dispuso su arresto domiciliario nocturno por 90 días, ya que presenta patologías. Ahora la investigación continúa con el análisis de celulares incautados. Se cree que hay más personas implicadas.