El 2 de marzo de 2020, Luis Lacalle Pou recibió en Torre Ejecutiva a los 19 jefes de Policía y a su entonces ministro del Interior, Jorge Larrañaga, quien había planteado que se estaba ante “una situación extremadamente compleja en materia de convivencia” y remarcó que el objetivo era “restituir el orden, el respeto y el imperio de la ley como base de convivencia”. Con el quinquenio a poco de finalizar y, con una campaña electoral que tiene a la seguridad como uno de sus puntos claves, El País analizó la evolución de los homicidios, por ser el delito más violento y el que menos depende de la denuncia. Así, aunque este quinquenio tuvo una tendencia relativamente estable, durante los cuatro años y medio de este gobierno hubo 1.591 homicidios, mientras que en el mismo período del gobierno anterior fueron 1.439.
De esta forma, surge que entre enero de 2015 y junio de 2019 (la tercera gestión frentista comenzó en marzo de 2015) hubo 152 homicidios menos que entre enero de 2020 y junio de 2024 (el gobierno de coalición inició en marzo de 2020).
Aunque en valores absolutos los resultados de la gestión anterior son mejores, desde el Ministerio del Interior resaltaron la importancia de valorar la tendencia. Durante esta gestión los homicidios se mantuvieron relativamente estables -hay 77 de diferencia entre su cifra más alta y la más baja- mientras que en la administración frenteamplista fue in crescendo. La diferencia entre su cifra más alta y la más baja fue de 152.
Las autoridades actuales remarcaron, además, que cuando asumió esta administración las bandas criminales asociadas al narcotráfico estaban más desarrolladas. De hecho, en su discurso inicial, Larrañaga lo puso como el objetivo principal. “La batalla madre es contra el narcotráfico”, dijo entonces.
El ex director general de Secretaría y referente del candidato Álvaro Delgado en materia de seguridad, Luis Calabria, insistió en la necesidad de “ver la tendencia y no los números absolutos”. Hizo hincapié en que en esta gestión, “aún con fluctuaciones, se contuvo” y que “si hubiera continuado la tendencia ascendente que mantuvo el Frente Amplio en sus últimos 15, en lugar de estar en torno a los 400 homicidios por año se estaría en más de 500”.
Al comparar los primeros tres años de cada gestión, se puede ver que en el caso del gobierno de coalición, los homicidios ocurridos en ese lapso de tiempo fueron casi el 65% del total (tomando como cifra global los cuatro años y medio de gestión). Si se imitara el ejercicio respecto del gobierno frenteamplista, los homicidios de los primeros tres años fueron el 59% del total. Esto se debe a que las cifras de 2015, 2016 y 2017, pese a que venían teniendo un ascenso respecto de años anteriores, eran bajas comparado con las cifras actuales. El año 2017 fue el último en el que se registró una cifra menor a 300.
En 2018 hubo un gran salto, que a su vez significó el récord histórico de casos, cuando se acumularon 420 asesinatos. Esa cifra y la de 2019, cuando hubo 393 casos, no se volvieron a repetir hasta la actualidad.
El senador frenteamplista Charles Carrera, quien supo ostentar el mismo cargo que Calabria, utilizó como contrapunto el hecho de que, a su juicio, la pandemia fue la causa del marcado descenso de los homicidios en 2020 y 2021.
“Hay mucha más violencia hoy, este va a ser el quinquenio más sangriento”, aseguró.
A su vez, volvió a apuntar al incremento de los casos de muertes dudosas y las diferencias entre los datos del Observatorio de Violencia y Criminalidad del ministerio y los aportados por la Fiscalía General de la Nación.
Sobre estos puntos, el oficialismo se ha expedido en otras oportunidades. Respecto de las muertes dudosas, se basaron en estudios del académico Emiliano Rojido que negó la posibilidad de que estos casos puedan ser homicidios encubiertos. En cuanto a las cifras de Fiscalía, sostuvieron que obedece a que Interior solo cuenta los homicidios dolosos, mientras que el Ministerio Público toma las investigaciones que luego resultan en una legítima defensa o un “abatimiento”.
Los motivos
El análisis de los distintos informes que publicó el Observatorio de Violencia y Criminalidad y de los datos que surgen de su visualizador, no solo permite saber si hay más o menos casos, sino algunos detalles de esos homicidios.
Por ejemplo, ¿por qué se mata en Uruguay? ¿Se mata por los mismos motivos que hace cinco años? ¿Cómo han ido variando? A partir del procesamiento de datos que hizo El País, se puede apreciar un aumento -en términos porcentuales- de los ajustes de cuentas u homicidios producto de conflictos criminales. Mientras que, durante la gestión del Frente Amplio, el año en que esta categoría fue la más preponderante (2018) reunió el 48% de los casos, el año récord de esta gestión fue 51%, en 2023. Esta comparación es en términos porcentuales, dado que en valores absolutos hubo más casos en 2018, cuando fueron 202, que en 2023, con 194.
Aunque ha sido más fluctuante, otro de los motivos que ha tenido más peso en este período, es el de los altercados espontáneos. Esto se refiere, principalmente, a peleas callejeras o de vecinos. En 2021 tuvo su punto más alto, cuando significó el 20% de los homicidios. El año de la gestión anterior donde tuvo su techo fue en 2017, cuando alcanzó el 17% del total.
El motivo de homicidio que más ha caído es aquel derivado de copamientos o rapiñas. Mientras que en la administración frenteamplista siempre estuvo por arriba del 10% de los casos, los cuatro años y medio de esta gestión estuvo por debajo de esa cifra y llegó a ubicarse en mínimos históricos. Esto, por ejemplo, sucedió en 2022 cuando resultó ser el motivo del 4% de los homicidios a nivel país.
Este dato es especialmente valorado por el gobierno. En palabras del exministro Luis Alberto Heber, tenían una preocupación especial por el tema porque este es el homicidio que “golpea a la familia trabajadora”.
También ha habido variaciones en las edades de las víctimas de estos crímenes. Mientras que en esta gestión se dio una leve baja en las víctimas de entre 18 y 28 años comparado a los últimos años de gestión del FA (hay un aumento respecto del comienzo), se incrementó el porcentaje de víctimas de la franja etaria siguiente. El peso de las víctimas de entre 29 y 38 años viene creciendo sostenidamente desde 2016.
Las zonas con más homicidios se repiten
Pese al paso de los años, los cambios de administración y de ministros, en los últimos nueve años, la seccional 17 siempre fue la zona con más homicidios de Montevideo, a excepción del año 2019. Esta seccional nuclea los barrios de Casavalle, Las Acacias, Marconi, Manga y parte de Piedras Blancas. A lo largo de los años, los conflictos, las bandas y las formas en esos barrios han ido mutando. En el último tiempo, fue el barrio Marconi el que llegó a los titulares de los diarios por una sangrienta lucha de bandas que en 2023 generó una ola de homicidios. Sin embargo, los conflictos que provocan estas muertes encadenadas tienen sus ciclos y, a la vez, se van corriendo en el territorio.
La única excepción a la regla ocurrió en 2019, cuando la seccional con más homicidios de todo Montevideo fue la 24. Esta seccional abarca las zonas del Cerro, Casabó, Santa Catalina y La Paloma. Ese año, la segunda seccional con más casos fue la 12 -Brazo Oriental, Aires Puros, 40 Semanas, Barrio Lavalleja, Parque Posadas y Cerrito- y tercera quedó posicionada la número 17.
Para ese entonces, los grupos narco ya operaban en la zona y de hecho, ese año tuvo como particularidad la fuga de Ricardo “Ricardito” Cáceres, hermano de Luis “Betito” Suárez, cuyos grupos operaban en esa zona. Cáceres se había fugado en el marco de una salida transitoria de la que había sido beneficiario.
En este primer semestre de 2024, la seccional con más asesinatos fue la número 24, con 20 casos, y la siguiente la número 17, con 18.
Desde hace algunas semanas, la zona de Cerro y Cerro Norte está siendo víctima de intensas balaceras y una serie de homicidios. Esto, estiman los investigadores, en el marco de una guerra por territorio entre facciones de la zona: Los “Colorados” y otra banda vinculada a los Suárez (parientes de los ya mencionados “Ricardito” y “Betito”).
También operan en la zona otros dos grupos, uno de ellos llamados “Los Calidad” y otros de apellido Fernández Albín.
La semana pasada se hicieron más de 20 allanamientos para intentar neutralizarlos.
Lacalle Pou destaca baja de otros delitos
Otros delitos, como los hurtos, las rapiñas y el abigeato, habían tenido un fuerte repunte a partir de 2017. Habían llegado a sus cifras máximas en 2018, 2019 y 2020, respectivamente. Sin embargo, desde el comienzo de esta gestión han mantenido una tendencia a la baja. El caso donde el descenso ha sido más significativo es respecto del abigeato. En 2023 se registró la mitad de las denuncias por este delito que en 2020.
El presidente Luis Lacalle Pou ha valorado positivamente que haya “descendido sensiblemente” las denuncias por estos delitos, pero manifestó una “preocupación enorme” por las cifras de homicidios. “No hemos podido con los homicidios”, dijo tiempo atrás.