Redacción El País
Este martes, el juez Marcelo Souto imputó por tentativa de homicidio muy especialmente agravado por el parentesco al joven de 25 años que este lunes le dio cinco tiros a su padre, de 41 años, en la casa que ambos compartían, en el Cerro.

A su vez, el magistrado dispuso la prisión preventiva por 40 días mientras continúa la investigación. El padre está “grave pero estable”, dijo en la audiencia que se hizo este martes la fiscal adjunta de Homicidios de 3^º Turno, Alana Eccher, a cuyo registro accedió El País. Junto a ella estaba la adscripta Alexandra González.

Según la médica que lo atendió en la mutualista, recibió disparos en ambos muslos, el omóplato derecho, el brazo izquierdo y otro en el abdomen. La principal prueba contra el joven, más allá de que lo detuvieron al momento del hecho, es la llamada a la Policía que realiza la propia víctima pasadas las 22:30 horas y que dura seis minutos.

Tras recibir los disparos, el padre logró refugiarse en una vivienda en construcción que había en un terreno continuo y fue desde allí que pidió asistencia. La Fiscalía reprodujo citas textuales de esa llamada en audiencia y dijo que todo se dio “entre lamentos de dolor y respiración dificultosa”.

En esa llamada al 911, el hombre dijo que su hijo de 25 años, a quien mencionó por su nombre, le había disparado, que creía que le había dado en la espalda y que tenía miedo de que lo encontrara y lo matara. Aseguró que tenía “lesiones por todos lados”.

La teoría de la Fiscalía es que el agresor pensaba reunir más municiones para disparar de nuevo contra la víctima, que jou se encuentra internada en CTI, gravemente herida.

Finalmente, la Policía terminó deteniendo al joven en un patio lindero. Estaba armado y en el domicilio se incautaron proyectiles y un arma.

El motivo del crimen aún no está claro. Mientras que vecinos que declararon en Fiscalía señalaron que nunca habían visto que hubiera un problema entre padre e hijo, la defensa del agresor aseguró que tenían un vínculo complicado.

Al imputado lo asistieron Florencia Mazzei y Óscar Brum (del Estudio Brum & Costa). Pretendieron que se lo imputara por lesiones y no por tentativa de homicidio. Ante la negativa de Souto, apelaron la decisión. También pretendieron se lo mantuviera en prisión domiciliaria —alegaron que estudia, trabaja, no consume drogas, que su padre no quiere que vaya preso y que tiene un lugar donde cumplir la medida—, pero el juez dispuso la prisión preventiva.

La Fiscalía había pedido que la medida se mantuviera hasta diciembre pero Souto consideró que el plazo debía de ser 40 días, aunque en ese entonces puede renovarse, flexibilizarse o cesar, dependiendo de las circunstancias.