Un intenso fuego arrasó en la madrugada del lunes varias hectáreas en la zona del Mirador de la Tahona. Este martes el fuego fue controlado, pero hay varias familias que ya lo perdieron todo.
Los principales damnificados no se encontraban en el barrio privado. Sus viviendas se ubicaban a pocos metros, en un espacio donde no existía separación entre la vegetación y el avance del fuego.
Francisco, quien vive con sus padres en uno de los campos damnificados, cerró su negocio en Montevideo y se acercó al lugar apenas supo del incendio. Nació y vive en unas 12 hectáreas que utilizaba su familia para criar caballos y plantar lechuga.
Los primeros vecinos salieron ilesos, ya que fueron trasladados por los bomberos hacia la ruta, pero las plantaciones quedaron hechas cenizas.
Francisco recordó que años atrás su familia tuvo que combatir contra las llamas, por lo que ya contaban con elementos para brindar apoyo al trabajo de Bomberos con bidones, botellas y baldes de agua.
“El incendio que arrancó anoche (domingo) era chico, pero el viento cambió su fuerza y arrasó con todo. Por suerte fue casi campo en su mayoría”, explicó en diálogo con El País.
El saldo negativo fue para los tres damnificados de la zona, conocidos como los De León, quienes perdieron sus viviendas y su único medio de ingreso: un desarmadero. Se trata de una familia de tres hermanos: Walter (79), Raúl (76), y Omar (69).
Sus viviendas estaban ubicadas en camino Eduardo Pérez, y solo uno de estos se encontraba dentro de la casa en el momento en que se desató el fuego. El hombre padecía una discapacidad para caminar, por lo que personal de Bomberos debió trasladarlo en andas hasta un lugar seguro.
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Una vez fuera de peligro, el hombre presentó dificultades para respirar, por lo que fue trasladado a un centro asistencial con un principio de intoxicación por el humo inhalado.
Según explicó Pablo Benitez, vocero de Bomberos, las casas eran de materiales como barro, chapa y paja, por lo que fueron consumidas casi al instante por el fuego que avanzaba a gran velocidad.
Uno de los hermanos -Raúl- explicó entre llantos que se encontraba bien de salud, pero lamentaba el haber perdido todo: "Por suerte pudimos sacar a mi hermano chiquito. Nos ahogaba el humo. Queríamos salvar las cosas, pero hay que salvar la vida", relató.
El hombre contó en diálogo con Telemundo (Canal 12) que vivía en aquella zona desde que era un niño. A sus 76 años, no pudo aguantar las lágrimas tras lo sucedido. "Toda una vida de sacrificio y se pierde en un rato. Y con nuestra edad no es fácil volver a empezar".
Los vecinos de la zona se solidarizaron con los implicados y organizaron donaciones para intentar devolverle lo que las llamas le quitó a los hermanos.
Esta iniciativa solidaria permitió que se les entregara a los damnificados electrodomésticos, prendas de ropa y dinero en efectivo para rehacer su negocio.