Incendio en Pocitos: un matricidio y la macabra historia de la casa que se prendió fuego

En 2021, la casa que este miércoles tomó fuego y generó una enorme columna de humo por el depósito que tenía en el primer piso, fue escenario de un matricidio y desmembramiento.

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Bomberos trabajando en la extinción del incendio en Scoseria y Berro.
Bomberos trabajando en la extinción del incendio en Scoseria y Berro.
Foto: Francisco Flores/El País

Redacción El País
Este miércoles se produjo un incendio en una casa ubicada en la esquina de José Scoseria y Pedro Francisco Berro, en Pocitos.

Tres personas resultaron intoxicadas y la columna de humo se vio desde diversos puntos de la ciudad. El fuego tomó las dos plantas de la finca, que abajo tenía un depósito y arriba funcionaba como vivienda.

La casa que se prendió fuego este miércoles tiene una historia macabra detrás que se remonta al año 2021, cuando una mujer mató allí a su madre y separó su cuerpo en bolsas, en uno de los casos más estremecedores de la historia reciente. Así consta en las crónicas de El País de la época.

En mayo de 2021 se supo de la desaparición de Rebeca Hersztain, una mujer de 75 años que había llegado a Uruguay desde Israel con la intención de vender la casa, que era suya pero era habitada por su hija.

La mujer septuagenaria, al llegar, alquiló un apartamento y se vio con su hija en algunas oportunidades.

El 20 de mayo, luego de que fuera denunciada como desaparecida en la seccional 2° de Montevideo, la Policía comenzó a indagar sobre lo ocurrido.

Bomberos trabajando en la extinción del incendio en Scoseria y Berro.
Bomberos trabajando en la extinción del incendio en Scoseria y Berro.
Foto: Francisco Flores/El País

La Policía se contactó con la hija de la mujer para preguntarle sobre el paradero de su madre. Esta otra mujer, de 43 años, dijo ante los efectivos que había visto a su madre entre el 20 y el 21 de mayo, que habían discutido y que la madre se había ido rumbo al este, sin saber adónde.

Los investigadores comenzaron a trabajar con el contenido de las cámaras de videovigilancia de la zona del apartamento de Scosería y Berro, y vieron algo que les llamó la atención: la mujer de 78 años había entrado a la casa de su hija el 20 de mayo y nunca había salido.

También en las cámaras se ve a la hija de la mujer salir con varias bolsas y tirarlas en distintas volquetas de la zona. Esto motivó que la Policía fuera al vertedero Felipe Cardoso para corroborar lo que había en esas bolsas, pero no se halló nada.

En paralelo, otra mujer, al notar que la Policía estaba trabajando sobre la zona, dijo que ella había recibido una bolsa de la mujer de 43 años. La denunciante, dueña de una peluquería, le compraba a la otra productos de limpieza. Entonces contó que dentro de la bolsa había encontrado cenizas.

Incendio en vivienda de Scosería y Berro, Pocitos, este 10 de julio de 2024.
Incendio en vivienda de Scosería y Berro, Pocitos.
Foto: Francisco Flores/El País.

Finalmente, la hija de la mujer ausente se presentó ante la Policía con su abogado y narró lo sucedido. Según su versión, discutió con su madre y luego de un forcejeo cayó contra el water, se golpeó la cabeza y murió. Como se asustó, dijo, la quemó en una bañera que estaba en la azotea, la desmembró y la colocó en bolsas. Una de esas bolsas llegó por error a una clienta.

En octubre de 2022 la mujer fue condenada 13 años y seis meses de penitenciaría, por un delito de homicidio especialmente agravado.

El juicio permitió saber qué ocurrió en la casa de Scoseria y Berro

El juicio permitió conocer a fondo el caso, porque se supo con detalles qué fue lo que ocurrió. La casa ubicada en la esquina de Scosería y Berro había sido adquirido por el esposo de la señora Hersztain, quien había decidido otorgárselo a su mujer antes de fallecer.

Hersztain no tenía buena relación con sus familiares. De hecho, no tenía casi relación. Ni siquiera hacía visitas a Uruguay. Sin embargo sí tuvo que volver al decidir que lo mejor para ella sería vender la propiedad, y el macabro resultado ya es conocido.

La hija aplicó la estrategia de poner a su pareja como interesado en la compra y pagar ella los costos económicos asociados.

El hombre accedió y logró firmar un contrato de compra con la señora Hersztain, el 20 de mayo de 2021. La suma total que acordaron fue de US$ 230.000, que debía ser otorgada a la propietaria del inmueble vía depósito bancario.

El problema fue que la propietaria del inmueble no tenía cuenta bancaria en Uruguay y por tanto decidió postergar el negocio hasta el día siguiente, donde cumpliría con los trámites necesarios.

Ese mismo día, una horas después, la señora Hersztain recibiría la visita de su hija en el apartamento que alquilaba en la calle San José.

De un momento a otro las mujeres comenzaron una discusión que duró tres horas y que terminó cuando la imputada golpeó a su madre con una tabla y esta comenzó a sangrar, tal como relevaron muestras en las sábanas de la cama.

Las cámaras de la cuadra captaron luego a la agresora llevando a rastras a su víctima hasta forzarla a entrar en un taxi. La imputada fue ayudada por un hombre en situación de calle, quien la acompañó hasta bajar del auto a la mujer de 78 años y hacerla entrar en la casa de la disputa, en la calle Scoseria. Las cámaras del lugar registraron esto, como también la salida del indigente del lugar. Y estas imágenes son las últimas que muestran con vida a la señora Hersztain.

Según declararon vecinos, al poco rato de esta escena -que ellos no habían presenciado- vieron una fogata en la azotea. Lo que en realidad veían -sin saberlo- era el cuerpo de la señora Hersztain siendo incinerado. El cometido de la responsable, que confesó todos los hechos, era eliminar los rastros que la inculparan.

Incendio en vivienda de Scosería y Berro, Pocitos.
Incendio en vivienda de Scosería y Berro, Pocitos.
Foto: Francisco Flores/El País.

Pero como debía deshacerse también de las cenizas y restos óseos, tomó bolsas de residuos y comenzó a tirarlas en varias volquetas de la zona. Pero no todas fueron encontradas allí. Algunas otras estaban en un depósito que tenía la homicida y una en particular fue enviada por error.

Un zapato, cenizas y restos de huesos les llegaron a una de las clientas de la mujer, que denunció a la Policía el hecho tan cruel como extraño.

En un principio la pena por el homicidio agravado era de 18 años de prisión. Pero la defensa de la victimaria, dirigida por Carlos Bustamante, logró reducirla a 13 años y seis meses. El fundamento estuvo en la colaboración de la acusada durante la investigación, a lo que se sumaba que además no tenía antecedentes.

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